Por eso, los expertos han aunado sus fuerzas para establecer un consenso sobre los alimentos fermentados y su importancia en la dieta humana. A raíz de una convocatoria de la Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos, los expertos se reunieron para dar respuesta a muchas de las cuestiones que científicos y consumidores se ponen sobre los alimentos fermentados.

¿Qué es un alimento fermentado?

En su artículo de consenso, los expertos definen los alimentos y las bebidas fermentados como «alimentos elaborados mediante una proliferación microbiana controlada y la transformación enzimática de los nutrientes». Entre estos alimentos se cuentan los producidos por fermentación que no siempre contienen microorganismos (bacterias u hongos) vivos en el momento de su ingestión.

En todo el mundo se producen y consumen más de 5000 tipos de alimentos fermentados. El pan, el vino, la cerveza y los productos lácteos, como el yogur, el queso y el kéfir, son algunos ejemplos.

Se distinguen dos grupos:

• Alimentos con microorganismos vivos (puede tratarse de «alimentos probióticos»): leche fermentada yogur, kéfir, tempeh o natto, por ejemplo.
• Alimentos sin microorganismos vivos: pan, vino, cacao en grano o café, por ejemplo.

Algunos alimentos fermentados contienen probióticos

Los probióticos son microorganismos específicos que permanecen vivos dentro del intestino después de su ingestión y que confieren un beneficio demostrado para la salud.

Un alimento fermentado se califica como «probiótico» solo si:

• contiene microorganismos vivos en el momento de su ingestión,
• dichos microorganismos (cepas de bacterias o levaduras) se encuentran bien definidos y han conferido un beneficio para la salud en un estudio científico y
• las cepas están presentes en el producto alimentario final en cantidad suficiente para conferir ese beneficio para la salud.

La mayoría de los alimentos fermentados que se comercializan no pertenecen a la categoría de «alimentos probióticos».

¿Aportan los alimentos fermentados beneficios para la salud?

En estudios científicos, el consumo de yogur se ha asociado a un menor riesgo de obesidad, diabetes de tipo 2 y cardiopatías. En Europa, los reclamos sobre salud de los cultivos vivos del yogur y la mejora de la digestión de la lactosa están autorizados por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria debido a la presencia de la enzima lactasa en los cultivos de yogur (Lactobacillus delbrueckii subsp. Bulgaricus y Streptococcus thermophilus).

Para saber más sobre este tema específico, consulte nuestro libro blanco sobre intolerancia a la lactosa.

Exceptuando los productos lácteos fermentados, se han publicado muy pocos estudios científicos sobre los beneficios de los alimentos fermentados para la salud.

Los alimentos fermentados podrían aportar beneficios diversos para la salud, por ejemplo, mejorando la composición y la actividad de nuestra microbiota intestinal e influyendo en nuestro sistema inmunitario.

¿Las guías dietéticas incluyen la recomendación de consumir alimentos fermentados?

El único país con una guía específica sobre alimentos fermentados es la India, que alienta a las madres a consumirlos durante el embarazo y la lactancia. Las guías de otros países, como Estados Unidos y Canadá, mencionan el yogur y el kéfir en el apartado de productos lácteos, pero no ponen ningún énfasis en los alimentos fermentados.

Para entender mejor la importancia de los alimentos fermentados para la salud, conviene juzgar los alimentos fermentados por sus propios méritos y no incluirlos dentro de otras categorías alimentarias, sostienen los autores.

«…la mayoría de los organismos reguladores no han contemplado la posible inclusión de los alimentos fermentados en los programas de orientación dietética más allá de su contribución nutricional a la salud». – Marco, 2021.

Para obtener más información, consulte el artículo original

Marco ML, Sanders ME, Gänzle M et al. The International Scientific Association for Probiotics and Prebiotics (ISAPP) consensus statement on fermented foods. Nat Rev Gastroenterol Hepatol. 2021;18(3):196-208.

De acuerdo con investigaciones preliminares, la lactosa (el azúcar presente de forma natural en la leche y los productos lácteos) podría constituir una fuente energética valiosa para los deportistas y para quienes simplemente desean mantenerse en forma.

La lactosa no se menciona de manera específica en las guías de nutrición deportiva, probablemente porque no se ha investigado aún mucho sobre ella. Sin embargo, es probable que los deportistas consuman más productos lácteos que la mayoría de las personas, así que conviene examinar los efectos de la lactosa para la salud y para el rendimiento, declaran los autores.

La lactosa es un disacárido (azúcar) que se digiere en el intestino por la enzima llamada lactasa; esta libera glucosa y galactosa que se absorben en el organismo. Al final, estos azúcares simples se descomponen liberando energía o son utilizados por los músculos y el hígado para acumular reservas de glucógeno; estas reservas las utiliza el organismo como fuente energética cuando las necesita.

Lactosa o sacarosa: ¿cuál es la mejor durante el ejercicio?

En un estudio reciente, los autores investigaron si la lactosa es capaz de descomponerse con rapidez para liberar energía durante el ejercicio y la compararon con la sacarosa («azúcar de mesa»), otro disacárido formado por glucosa y fructosa. Los participantes consumieron lactosa o sacarosa (a razón de 0,8 gramos por minuto) o bien agua mientras pedaleaban sobre una bicicleta con una intensidad moderada durante 2,5 horas. Según se comprobó, las tasas de descomposición de la lactosa y la sacarosa durante el ejercicio se parecían mucho.

Según apunta este estudio, la lactosa podría resultar igual de útil que la sacarosa como fuente energética durante el ejercicio. La lactosa mostró una ventaja aparente, al asociarse a una mayor descomposición de grasa y a una menor descomposición del glucógeno almacenado.

«Los alimentos lácteos, como la leche o el yogur, podrían ofrecer un beneficio añadido respecto a la lactosa aislada, ya que la matriz láctea (como la del yogur) mejora, como se sabe, el ‘confort gastrointestinal’ y aporta nutrientes importantes, como proteínas y electrolitos». – Odell, 2021.

¿Y si tienes intolerancia a la lactosa?

Hasta las personas con intolerancia a la lactosa suelen ser capaces de consumir entre 12 y 15 g de lactosa (el equivalente a un vaso de leche) sin sufrir ningún síntoma. Para consumir la cantidad diaria recomendada de calcio, las personas con intolerancia a la lactosa pueden consumir, por ejemplo, otros productos lácteos, como quesos (que contienen poca o ninguna lactosa) o, más concretamente, yogures (que contienen bacterias vivas). De hecho, el yogur se tolera en general mejor que la leche, porque contiene bacterias vivas que descomponen la lactosa.

La lactosa que acaba en el intestino grueso podría actuar como fuente alimentaria para las bacterias beneficiosas que allí residen y que ejercen efectos favorables para la salud. Estos posibles efectos prebióticos de la lactosa aún no se han investigado, afirman los autores.

Según los autores, hay que continuar investigando todas estas cuestiones antes de emitir alguna recomendación.

Para obtener más información, consulte el artículo original

Odell OJ, Wallis GA. The application of lactose in sports nutrition. International Dairy Journal. 2021;116:104970.

El Nutrition Forum, es un evento organizado por el Instituto Danone México donde se celebraron varias ponencias de la mano de expertos internacionales. Todo está disponible durante todo el año de manera gratuita y subtitulada al español. Inscripciones: Nutrition Forum 2021 

La alimentación saludable y sostenible son patrones de alimentación que fomentan todas las dimensiones de la salud y el bienestar de los individuos,  y que al mismo tiemporepresentan un bajo nivel de presión e impacto ambiental, son seguros y equitativos, aceptables desde el punto de vista cultural.

Esto permitirá alcanzar un crecimiento y desarrollo óptimo de todos los individuos y apoyará sus funciones físicas y mentales, en todos los períodos de la vida y el bienestar social. También contribuirá a prevenir la malnutrición y reducirá el riesgo de enfermedades no transmisibles relacionadas a la alimentación (FAO/WHO, 2019).

Realizando un análisis de los tipos de dietas entorno a la alimentación basada en plantas, podemos decir que es amigable con el planeta, pero conlleva ciertos riesgos que debemos tener en cuenta, por ejemplo, mantener una correcta suplementación de vitamina B12, vitamina D, omega 3 y calcio; poniendo especial atención en toda la población el aporte zinc y la vitamina D como hormona moduladora del sistema inmunológico.

La dieta tiene un poder muy alto para influenciar en la microbiota sobre todo durante el primer años de vida. Luego del año de edad, los niños hacen la transición a los alimentos y patrones alimentarios familiares y culturales, es allí donde la microbiota comienza a tener variaciones, determinando la identidad del microbioma de cada individuo.

Estudios como el Proyecto Microbioma Humano [1] ha mostrado que aquellos patrones de alimentación altos en proteínas y bajas en carbohidratos y fibra, utilizadas para la pérdida de peso, reduce los niveles de AGCC (ácidos grasos cadena corta), descienden los metabolitos protectores del cáncer y aumentan las concentraciones de metabolitos de riesgo aumentando el riesgo de cáncer de colon.

Un estilo de vida occidental con alto consumo de sal puede dar lugar a hipertensión y enfermedades cardiovasculares aumentando los procesos de autoinmunidad y la microbiota podría ser una potencial diana terapéutica para contrarrestar los efectos de este estilo de alimentación.

Un gran soporte de este ‘jardín’ de bacterias intestinales es el consumo de alimentos funcionales, que tienen patrones activos de salud. Un ejemplo de esto son los polifenoles, compuestos de origen vegetal con potentes propiedades antioxidantes que se encuentran en muchas frutas y verduras como las moras, el aceite de oliva, frijol de soya, los arándanos y las uvas.

Dos patrones de alimentación con alto contenido en polifenoles son:

La dieta DASH: es baja en sal y alta en frutas, vegetales, granos integrales, lácteos bajos en grasas y proteínas magras. DASH corresponde a las siglas en inglés de Enfoques Alimentarios para Detener la Hipertensión (Dietary Approaches to Stop Hypertension).

La dieta MILPA: de origen mesoamericano, que tiene como centro nutritivo-cultural a los productos de la milpa (maíz, frijol, chile y calabaza), más los demás alimentos de origen mesoamericano que se consumen en México. Muchos estudios analizan las características moduladoras en la microbiota del frijol negro en todos los procesos de prevención de la diabetes.

Y en este punto, al conocer cual es el mejor estilo de alimentación para prevenir obesidad sobre todo en la primera infancia, nos vuelve a colocar el foco en la azúcar añadida, en las bebidas azucaradas y en los colegios o centro educativos como epicentro del cambio.

Un gran impacto a gran escala, de forma masiva en temas de prevención es actuar en los colegios promoviendo una alimentación real y fomentar el consumo de agua como bebida de hidratación en los escolares.

Los niños deberían reconocer desde temprana edad la diferencia entre producto y alimento (identificando el gran impacto que tiene la epigenética, que es todo aquello que rodea al niño e impacta en su genética), para eso la educación en etiquetado frontal, en que conozcan a los alimentos en sus formas originales, que aprendan a comer sin sal y sin azúcar desde bebés y como familia que podamos volver sobre nuestros pasos reconociendo al alimento como aquel que comían nuestros abuelos o bisabuelos.

Tener un patrón de alimentación basado en el consumo de legumbres, granos enteros, vegetales, frutas, nueces y semillas tiene asociación con un efecto protector en el desarrollo de la DM2. Frutas y vegetales específicos como tubérculos, vegetales de hoja verde, uvas, arándanos y manzanas se asocian con menor riesgo de desarrollar DM.

Las legumbres se asocian con una menor resistencia a la insulina. Malik y colaboradores encontraron que reemplazar el 5 % de la energía proveniente de la proteína animal por proteína vegetal disminuye en un 23 % el riesgo de Diabetes Mellitus. Los vegetales son fuente de grasas mono- y poliinsaturadas, las cuales tienen un efecto favorable sobre la glucemia, la resistencia y la secreción de insulina.

Se recomienda el consumo de aguacate, nueces y aceitunas. Las dietas basadas en plantas son ricas en fibra, antioxidantes y magnesio, los cuales promueven la sensibilidad a la insulina. Algunos antioxidantes como los polifenoles pueden inhibir la absorción de glucosa, estimular la secreción de insulina, disminuir la liberación de glucosa hepática y mejorar la captación de glucosa.

La fibra modula la respuesta posprandial y al fermentarse en el intestino produce ácidos grasos de cadena corta, los cuales también mejoran la respuesta glucémica, la señalización y la sensibilidad a la insulina. También aumenta la sensación de saciedad y disminuye los marcadores proinflamatorios y la resistencia a la insulina.

Un niño será saludable si logramos ser saludables como familia

Y para concluir…

Prevenir enfermedades y promover salud, depende de una intervención integral. justamente aquí, en la diversidad de alimentos que aporten prebióticos, probióticos, con un correcto manejo del stress y pensamientos, una adecuada hidratación con agua, un descanso reparador, actividad física diaria moderada, viviendo cerca del trabajo, siendo agradecidos diariamente, buscando espacios de meditación y fe, pasando tiempo en familia y con amigos, caminando descalzos en la tierra y teniendo mascotas, justo allí encontraremos la salud, en ese sutil equilibrio, el universo agradece a quien confía en sus recursos naturales y los protege.

[1] https://www.gutmicrobiotaforhealth.com/es/presentamos-el-proyecto-de-microbioma-humano-el-mayor-mapa-microbiano-jamas-realizado-hasta-la-fecha/

Más información sobre Romina Sánchez

www.rominasancheznutricion.com  – Instagram: @nutricionistaromina

Nutrition 2021: vivencias de un congreso histórico en el que la sostenibilidad y la covid19 son protagonistas

El pasado junio se celebró el Congreso organizado por la American Society for Nutrition, que tuvo lugar del 7 al 10 de junio, aunque en realidad podemos seguir disfrutando de gran parte del contenido hasta septiembre. Fui un privilegiado por asistir al mismo y poder disfrutar del magnífico programa virtual, que a pesar de ser 100% online nos ha permitido una interconexión prácticamente histórica en este formato.

Esta ha sido sin duda una de las grandes contribuciones y puntos diferenciadores del congreso, de hecho, para enfocar todo lo que ofrecía el encuentro he tenido que afrontarlo no como un programa, sino como una base de datos. Estamos hablando de más de 1300 abstracts, así que mejor disponer de más tiempo para conocer el trabajo de muchas compañeras de dedicación.

Hay que reconocer que el mundo de los congresos ha cambiado profundamente, y que disponer ahora de estas facilidades nos permite poder actualizarnos y seleccionar nuestro propio itinerario de una forma mucho más certera.

Las sesiones más importantes han sido grabadas de modo que no solo puedes volver a revisionarlas, sino que además tienes la posibilidad de poder aprovecharlo al máximo, cuestión que muchas veces por cuestiones de horario, coincidencia de sesiones o incompatibilidad horaria, es una limitación.

Personalmente, una de las mesas que más me ha aportado ha sido la de “Equilibrando la salud humana y planetaria: El rol crucial que juega la biodiversidad”

También porque personalmente es una de las áreas en las que me he especializado los últimos años. En ella pudimos escuchar a diferentes especialistas como Fabrice DeClerck,  Heribert Hirt o Joël Doré, donde expusieron los aspectos más robustos de la sostenibilidad (como la interconexión entre planeta y seres humanos), hasta cuestiones tan punteras como que la biodiversidad no solo importa “fuera”, sino también en nuestro propio organismo, por ejemplo con el microbioma que albergamos en nuestro intestino.

El symposio está en línea y puede ser visto en replay.

Si tuviera que destacar otras temáticas, probablemente señalaría las sesiones de COVID-19 y nutrición, prácticamente obligatorio en un curso como el 2020-21 en el que ha sido el tema central, y por supuesto la nutrición es crucial en ello. Otras mesas redondas también me han podido permitir profundizar en esta misma línea de manera indirecta, especialmente las que versaban sobre los diferentes roles y producción de la proteína. También sobre el papel que juegan algunas legumbres como la soja en la salud humana, derribando mitos que hay alrededor de ella.

Por supuesto, hemos tenido una carga importante de contenido clínico, sesiones como  “Maternal and Paternal Nutrition,” “Early Life Nutrition,” “Multidimensional Approaches to Malnutrition, Nutrition and Health,” “The Field of Precision Nutrition”

Por si fuera poco, el congreso terminó con unas reflexiones sobre inseguridad alimentaria y poblaciones más vulnerables, el mejor recordatorio de que esas situaciones se pueden ver facilitadas si no atajamos de manera conjunta la salud planetaria y mundial.

Sin duda, y tras haber conocido el evento de primera mano, volveré a repetir en futuras ediciones.

Nutrition forum

Los días 29 y 30 de junio se celebró el foro de Nutrición de México que albergó a su vez un módulo organizado por la iniciativa Yogurt in Nutrition. Tuve el privilegio de poder asistir al mismo y disfrutar de las ponencias que había programadas.

Quiero destacar la magnífica interface del programa, que nos permitió disfrutar del mismo como si se tratase de una modelo “second life” durante todo el evento.

Todas las conferencias del Nutrition Forum estarán disponibles durante todo el año.  La inscripción es gratis y todas las ponencias en ingles están subtituladas al español. Mas información aquí: ENTRADA | Nutrition Forum 2021

Concretamente tenía mucho interés en las áreas de salud y sostenibilidad, que tuvieron lugar la primera tarde del Foro. Esta mesa redonda de dietas saludables y sostenibles, creo que presentó una concatenación perfecta desde el aspecto más teórico al más aplicado.

Se empezó exponiendo las cuestiones principales que pueden construir una dieta sostenible desde diferentes puntos de vistas: el origen de los alimentos, la cantidad de proteína animal / vegetal, el peso de los alimentos locales y de temporada, el uso de envases e incluso los métodos de producción. De esta forma quedó bien definido a qué nos referimos con una “dieta sostenible”

Parte de estas claves las quise plasmar en esta serie de infografías en colaboración con “alimentando el cambio” que podéis encontrar aquí, en las que marcamos los aspectos clave y las diferentes dietas sostenibles que existen.

A continuación, la mesa redonda se centró en uno de los aspectos clave de la sostenibilidad planetaria, pero de una forma aplicada, trataba cómo la proteína juega un papel fundamental en el desarrollo-prevención de Diabetes tipo 2 y de obesidad. Este aspecto es clave ya que por un lado estamos hablando del nutriente a considerar en término de sostenibilidad (hay que recordar que la proteína es el macronutriente que más recursos cuesta producir, y hacerlo de forma sostenible es clave para el medioambiente), pero a su vez se vinculaban con los mayores retos de salud pública actuales en materia de nutrición (las enfermedades no transmisibles derivadas de una incorrecta alimentación).

De modo que podemos sacar una conclusión de: “proteína sí, poder aumentarla podría ayudarnos, pero no a costa de cualquier origen.”  Muy interesante para sumar en la dualidad de la proteína vegetal y la proteína animal.

Por último tuvimos la visión de cómo contribuyen las legumbres a la salud intestinal, siendo un cierre redondo, ya que después de haber hablado de sostenibilidad y prevención de enfermedades evitables era la concatenación perfecto. Las legumbres son un cultivo que permite fijar muchos nutrientes al suelo, y además es la referencia de la proteína vegetal.

Una vez más tenemos la certeza de que poder pensar en el futuro del planeta, es perfectamente compatible con el futuro de la salud pública.

Aitor Sánchez es Dietista-Nutricionista y Tecnólogo alimentario. Está especializado en divulgación científica y educación alimentaria. Trabaja en diferentes medios de comunicación como TVE, RNE, Onda Cero. Co-director de Centro Aleris y Aleris Academia, donde imparte formación además de en otras Universidades. Autor de diferentes libros y charlas TEDx sobre nutrición.

Específicamente sobre Alimentación y sostenibilidad ha escrito recientemente “Tu dieta puede salvar el planeta”

El vídeo de las conferencias ya está disponible en línea.

En el siguiente vídeo completo, tendrá acceso a todo el simposio en línea (en inglés):

• Equilibrio entre la salud planetaria y la humana: el papel crucial de la biodiversidad – Introducción de Sharon Donovan, EE.UU.
• «One Earth»: cada vez más pruebas de la interconexión entre el planeta, la gente y la salud – Fabrice DeClerck, Bélgica
• Diversidad del microbioma intestinal: Relación entre la alimentación, la microbiota intestinal y la salud – Joël Doré, Francia
• Diversidad del microbioma del suelo: El vínculo entre el microbioma del suelo, las plantas, los alimentos y la salud – Heribert Hirt, Austria
• Conclusión – Emeran A. Mayer, EE. UU.

Una perspectiva de los expertos del Nutrition Forum 2021

Síntesis de Mariana Camarena

Como cada año, pero en formato 100% virtual, el pasado 29 y 30 de junio 2021 se llevó a cabo el Nutrition Forum, un evento organizado por el Instituto Danone México en el que se reúnen diferentes expertos nacionales e internacionales para hablar sobre los hallazgos más recientes en temas de nutrición. Este año los temas centrales fueron la inmunonutrición, las dietas saludables y sostenibles, la hidratación y la nutrición a lo largo de la vida.

“INMUNONUTRICIÓN: Diversidad de la dieta, estilo de vida saludable y microbiota ¡son la clave!

En el área de inmunonutrición las conclusiones se centraron en la importancia de la variedad en la dieta desde temprana edad (6 meses) para impactar positivamente en el control de ciertas alergias alimentarias, ésto gracias al incremento en la producción de butirato, un ácido graso de cadena corta que, como bien lo explicó la Dra. Carina Venter, cuando aumentan sus concentraciones en el intestino, también aumenta la producción de linfocitos T- reg, los responsables de la disminución de reacciones alérgicas en niños hasta de 6 años.

Dentro del sistema inmune, y ahora con la pandemia por Covid-19, no podía faltar una revisión exhaustiva, hecha por el Dr. Martín Hewison, sobre el metabolismo de la vitamina D y sus efectos antimicrobianos, antiinflamatorios y anticancerígenos, así como su impacto en la recuperación post Covid tras una suplementación adecuada, lo mismo para el zinc, el cuál es un mineral indispensable en la homeostásis inmunológica, así lo dijo el Dr. Dr. Lothar Rink.

Hablar de sistema inmune sin mencionar  la microbiota, era hablar de él de forma incompleta, por eso la Dra. Ascensión Marcos fue muy clara y contundente en su mensaje sobre la importancia que tiene el llevar un estilo de vida saludable para modificar la microbiota y con ello regular nuestra respuesta inmunológica.

Siguiendo con la importancia de la microbiota y el estilo de vida saludable, en el módulo 2 el Dr. Luis A. Moreno, habló sobre dietas saludables y sostenibles, partiendo de la definición que ha dado la FAO/OMS en el 2019 en su documento “Sustainable Healthy Diets, Guiding Principles”, en el cuál se menciona la dimensión de la salud y el bienestar de los individuos dentro del concepto de sostenibilidad e impacto ambiental de las dietas.

Si bien los objetivos de una alimentación saludable y sostenible abarcan desde el desarrollo óptimo de los individuos en la parte fisiológica, pasando por la parte mental y el bienestar social, hasta la preservación de nuestro medio ambiente, este concepto es tan amplio que el Dr. Luis nos llevó de la mano para entenderlo desde la perspectiva más básica: la conciencia.

Una vez que logramos que una población se concientice sobre los límites planetarios que debe respetar, tendremos una población que, por ejemplo, emita menor cantidad de gases de efecto invernadero, por mencionar una de las huellas ecológicas que más fácilmente se pueden medir, ya que la ciencia y el conocimiento que tenemos sobre este tema es muy reciente y escaso.

Respetando estos límites podemos tener esperanza sobre la seguridad que puede tener nuestro planeta para mantener condiciones favorables para la vida de la humanidad, pero para ello debemos de hacer cambios en los sistemas alimentarios, ya que todas las actividades relacionadas con ellos, desde la producción al consumo, son responsables del 20 – 30% de la producción de gases de efecto invernadero y del 70% del uso de agua, lo que contribuye significativamente al cambio climático.

Analizando el aporte de nutrientes de ciertos patrones de alimentación y su impacto en la microbiota, principalmente de niños, la Dra. Sharon Donovan concluyó que una dieta rica en cereales refinados, grasas saturadas y azúcares, modifica la diversidad microbiana en el intestino, lo que no sucede en aquellos patrones de alimentación ricos en verduras, frutas, lácteos fermentados, cereales integrales, leguminosas, semillas, etc., dicho patrón de alimentación se asocia a mayor riqueza microbiana con un perfil de microbiota abundante en Dorea y Eubacterium y una menor abundancia de Cianobacterias, Bacteroidetes, Rikenellaceae, etc.,  asociadas con un mayor riesgo de enfermedad en los 4 y 15 años de edad.

Adentrándonos más en el análisis de las dietas y su impacto en la microbiota, el Dr. André Marette, respondió una de las preguntas que pocos se habían hecho: ¿qué impacto tiene el consumo de proteína en el desarrollo de obesidad y diabetes tipo 2 por los cambios que se generan en la microbiota?, y para sorpresa de muchos, la conclusión fue contundente, el consumo de caseína exclusivamente, se asoció a un mejor control de peso, menor resistencia a la insulina y menor intolerancia a la glucosa, gracias a que ésta aumenta los niveles de Akkermansia Muciniphila, una bacteria que activa una ruta metabólica (mTOR) llevada a cabo en el hígado, por lo que en el contexto de la obesidad, es mejor consumir caseína en lugar de otro tipo de proteínas, y siguiendo este modelo hecho con ratones de laboratorio, lo que sucede con el consumo de yogurt es igual, una menor resistencia a la insulina, una menor intolerancia a la glucosa y una reduccción del 50% de los triglicéridos del hígado, gracias al aumento que genera éste en la producción de hidroxiácidos de cadena ramificada, todo esto si la dieta es baja en grasas saturadas y azúcares.

Para cerrar con broche de oro el módulo 2, la Dra. Nimbe Torres compartió resultados asombrosos sobre los efectos del frijol negro en el control de la ganancia de grasa corporal, así como en el control de la glucosa y la regulación de la insulina, gracias a que la fibra de esta leguminosa incrementa los niveles de una bacteria llamada Ruminococcus Bromi que en el intestino aumenta la producción de butirato, mejorando así la integridad de la barrera intestinal y con ello la estabilidad de las rutas metabólicas involucradas en el control de la diabetes y la obesidad.

Este año, el Nutrition Forum al ser 100% virtual, las ponencias estarán disponibles todo el año, por si les interesa acceder a ellas, con previo registro, todas valen mucho la pena ya que el cierre del evento con el módulo de hidratación y de nutrición en las etapas de la vida, acabó de enriquecer nuestro conocimiento sobre estos temas que son de vital importancia para la salud de nosotros y de nuestro planeta.

Mariana Camarena es Licenciada en Nutrición y Ciencia de los Alimentos por la Universidad Iberoamericana con maestría en Nutrición y Dietética con especialidad en Nutrición Deportiva por la Universidad Internacional Iberoamericana. Durante 15 años ha dado consulta privada con un abordaje integral, enfocando su práctica y estudios en los procesos digestivos, la microbiota y su impacto en la salud de las personas y de su entorno. Es docente e imparte cursos sobre Salud Digestiva y Microbiota Intestinal en formato digital, y es colaboradora en temas de salud y nutrición en diferentes medios de comunicación, además es coautora del libro “Jugos Que Curan” y la encuentras en todas las redes sociales como @NutricionActiva.

El objetivo global de esta 9.ª cumbre era subrayar la importancia decisiva de la biodiversidad y del microbioma en nuestra propia salud a través de la microbiota intestinal y de la salud del planeta (diversidad del microbioma del suelo). Con la interesantísima moderación aportada por Sharon Donovan y Emeran Mayer, tres expertos, Fabrice DeClerk, Heribert Hirt y Joel Doré, compartieron sus conocimientos sobre este tema tan amplio de la biodiversidad y la interconexión entre planeta, personas y salud.

Un planeta: Evidencia creciente sobre la interconexión entre el planeta, los humanos y la salud.

Fabrice DeClerk (investigador principal, Servicios de biodiversidad agrícola y ecosistémicos, Bélgica y Francia) inauguró la conferencia subrayando las interconexiones fundamentales entre la salud planetaria y humana y la necesidad de abordarlas a través de un «enfoque planetario global».

Fabrice DeClerk investiga sobre ecología y empezó su ponencia con la definición de esta palabra. “Ecología” significa etimológicamente “estudio de la casa”. Y nosotros tenemos dos casas: la humana y la Tierra, nuestro planeta. En este planeta, el ser humano posee mucho poder y su actividad surte un enorme impacto.

Una de estas actividades, es la alimentación. Esta proporciona una relación íntima con la naturaleza y la salud: los alimentos que ingerimos, cómo los tomamos y dónde los producimos… Sin embargo, esta relación está rota. La alimentación se ha transformado en un generador de mala salud y en una de las mayores causas de mortalidad prematura en el mundo. Mientras que casi la mitad de la población mundial lucha para disponer de alimentos suficientes o adecuados, el consumo excesivo se ha convertido en un problema sanitario y ambiental, ya que los alimentos constituyen también una fuente importante de degradación ambiental que tensa los límites planetarios hasta extremos críticos.

Estamos empezando a atisbar las consecuencias de esta transgresión alimentaria para el clima, el suelo, el agua y los nutrientes. Ahora nos damos cuenta de que la diversidad alimentaria de nuestros platos está disminuyendo, la cocina se está homogeneizando en todo el mundo y, al mismo tiempo, la biodiversidad global está decayendo.

Los alimentos que producimos y consumimos no solo surten un impacto en la biodiversidad, también afectan directamente a dos ecosistemas integrados en ella: el microbioma del suelo y la microbiota intestinal humana.

Para conservar la biodiversidad y la riqueza de estos microbiomas debemos responder a dos cuestiones esenciales: ¿cuáles son las fuentes de estos microbiomas y cómo se preserva el microbioma (efecto de los antibióticos y dietas en el microbioma humano; tratamientos del suelo, extensión masiva de los cultivos o rotaciones de los cultivos para los microbiomas del suelo)?

El enfoque planetario global parte en esencia de la naturaleza biológica de la vida en la Tierra y propone prácticas de colaboración con la naturaleza, nunca de oposición. Así, lograremos alcanzar los objetivos de sostenibilidad y reconstruir el medio ambiente.

Un gran objetivo para 2030 es frenar la curva y preservar y enriquecer de nuevo la biodiversidad. En cuanto a los microbiomas, la gran cuestión es si lograremos preservar mejor la diversidad del microbioma y reemplazar los “anti-bióticos” por “pro-bióticos”.

La diversidad del microbiota intestinal: La conexión entre los alimentos, la microbiota intestinal y la salud

Después de este recorrido por los ecosistemas de la biodiversidad y los microbios, Joel Doré (Director de investigación, INRAE, Francia) atrajo la atención sobre la microbiota intestinal y la relación entre alimentación, microbiota intestinal y salud.

Los humanos somos una simbiosis y esta comienza al momento de nacer. La maduración de nuestra inmunidad está inexorablemente ligada a nuestra microbiota. Nuestra microbiota intestinal contiene más de 5.000 millones de células, tantas como células humanas hay.

Gracias a los estudios sobre la microbiota, sabemos que todos compartimos un pequeño grupo de especies bacterianas comunes y albergamos un conjunto singular y muy numeroso de microbios. Nos diferenciamos en nuestra ecología intestinal y en el número de sus genes.

Sin embargo, esta microbiota intestinal parece estar cambiando. A lo largo de la historia hemos comprobado que, pese a controlar mejor la medicina, las epidemias y la higiene, el número de enfermedades crónicas, incluidas las autoinmunes, está aumentando.

El hilo conductor de estas afecciones crónicas guarda sobre todo relación con una modificación de la microbiota y con la disbiosis (desconexión de la simbiosis entre huésped y microbios).

Los estudios sobre los genes del microbioma revelan que la escasa diversidad de la microbiota intestinal (recuento bajo de genes, conocido también como paucibiosis) se asocia a rasgos metabólicos e inflamatorios anómalos en la obesidad, las enfermedades hepáticas…No obstante, la buena noticia es que una dieta variada y rica en fibra corrige esa paucibiosis del sobrepeso y la obesidad.

Aún más, la mezcla de micronutrientes, probióticos y fibra restaura la simbiosis, así que podemos restablecer la simbiosis actuando sobre los alimentos.

«Los humanos son microbianos, ecosistemas, simbiosis», Joel Doré

La importancia de la diversidad del microbioma: Conexión entre el microbioma del suelo, las plantas, los alimentos y la salud

Tras examinar la microbiota humana, Heribert Hirt (Director del Instituto de genómica vegetal INRA/CNRS de París, Francia, y del Centro de agricultura del desierto de la KAUST en Thuwal, Arabia Saudí) ahonda en un tema innovador: el microbioma del suelo.

Los últimos descubrimientos ponen de manifiesto que los microbios beneficiosos resultan esenciales para establecer y conservar un microbioma intestinal saludable. Muchos de estos microbios beneficiosos para el intestino humano se obtienen por la ingesta de alimentos saludables, pero la presencia de microbios saludables no se contempla aún en la mayoría de los conceptos actuales sobre alimentación saludable.

La alimentación saludable contiene fruta, verdura y fibra en abundancia, así es como suele describirse. No obstante, los alimentos sanos también deben incluir abundantes microbios y, en este caso, frutas y verduras representan una fuente interesante, ya que el suelo, donde crecen, está lleno de microbios.

Un solo gramo de suelo alberga 10 billones de células microbianas y las plantas adoptan los microbios del suelo, del que se nutren y donde prosperan.

Casi nadie sabe que muchos de estos microbios beneficiosos de los alimentos saludables protegen a las plantas de enfermedades bacterianas, fúngicas y víricas; por eso, el uso generalizado de plaguicidas y herbicidas en agricultura amenaza la vida de los microbios del intestino y también de las plantas y el suelo.

Los plaguicidas afectan a la microbiota, tanto del intestino como del suelo. Hoy sabemos que los plaguicidas han erradicado las especies bacterianas de la microbiota del suelo y favorecido a otras especies, con el desequilibrio consiguiente en la microbiota del suelo. Como es natural, las verduras y frutas tratadas podrían contener no solo restos de plaguicidas sino también un microbioma más pobre.

Para avanzar en la agricultura del futuro, la clave pasa por reemplazar la mayoría de los plaguicidas convencionales. La consecuencia indirecta será un microbioma intestinal más saludable.

Mensajes fundamentales:

• suelo saludable = fuente rica de microbios y plantas saludables
• plantas saludables = alimentos saludables
• alimentos saludables = fuente rica de microbios saludables = seres humanos sanos

Según Heribert Hirt, los alimentos saludables constituyen la base de la salud humana y nuestro objetivo debería consistir en procurar alimentos saludables a todos los seres humanos.

 «Casi nadie sabe que muchos de estos microbios beneficiosos de los alimentos saludables protegen a las plantas de enfermedades bacterianas, fúngicas y víricas», Heribert Hirt

Estos tres temas han proporcionado una oportunidad maravillosa y fascinante para tender puentes entre los estudios sobre la microbiota intestinal, la microbiota del suelo y sus interacciones… ya que quedan muchas cuestiones por resolver.

Esté atento, en unos días se publicará en línea el texto detallado de la presentación de cada experto y, si no ha podido asistir a la reunión, podrá seguir el simposio entero en Twitter @yogurnutricion

Le invitamos a asistir a nuestro nuevo evento online, incluido en la conferencia «ASN Nutrition 2021 Live Online«.

El simposio se celebrará en línea el 10 de junio de 2021, de 12:00 a 13:30 EDT (18:00 a 19:30 CET), sobre el siguiente tema:

Equilibrando la salud planetaria y humana: El papel crucial de la biodiversidad.

con intervenciones de Fabrice DeClerck (Bélgica), Joël Doré (Francia), Heribert Hirt (Austria)

Para más información sobre el programa y los ponentes, visite nuestras páginas en inglés.

Estén atentos, podrán seguir la conferencia en directo en nuestra cuenta de twitter y en unos días, ¡encontrarán aquí el informe de la conferencia!

Además, los autores declaran que el fomento de hábitos (y suministros) de alimentación local alivia la presión en el bolsillo que conlleva una alimentación sana y sostenible.

Dudas acerca del coste de las recomendaciones de EAT Lancet

La dieta de referencia de Eat-Lancet es una dieta global, saludable y sostenible, que ayuda a reducir las consiguientes emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). No obstante, a los expertos les preocupa la idea de que muchas personas de diferentes regiones del mundo no sean capaces de llevar este tipo de dieta.

Para que esta dieta de referencia surta un impacto verdadero, hay que tener en cuenta el coste de los alimentos, en particular en las poblaciones con bajos ingresos, indican los autores.

Búsqueda de una alimentación sana y sostenible en Brasil

Los brasileños son uno de los mayores consumidores de carne del mundo, además comen poca fruta y verdura. Este tipo de dieta se opone a la idea consensuada por los expertos, según la cual la medida más eficaz para reducir los GEI asociados a la alimentación pasa por comer poca carne y mucha verdura.

En este estudio de modelación dietética se examinaron los cambios dietéticos necesarios para mejorar la nutrición y reducir los GEI asociados a la alimentación en poblaciones brasileñas con diferentes niveles de ingresos. Los datos sobre consumo y precios de los alimentos se extrajeron de dos grandes encuestas nacionales de casi 56.000 hogares y más de 34.000 personas. Luego, los autores diseñaron varias dietas que cumplían una serie de requisitos nutricionales, culturales y ambientales, sin alejarse demasiado de las dietas brasileñas habituales.

Ingresos de la unidad familiar y coste de la dieta

Los resultados revelaron que, si toda la población de Brasil cambiase su alimentación para satisfacer las directrices dietéticas, los GEI se reducirían hasta en un 27 %, pero el coste de la alimentación se elevaría hasta en un 24 %. Una alimentación más sana incluiría más judías, frutas, verduras, lácteos, pescado, pollo y menos carne roja, arroz, alimentos grasos/azucarados/salados y aceites.

Esto supondría más gastos para las personas con bajos ingresos. Para aliviar esta inversión suplementaria, haría falta conocer los hábitos alimentarios locales e introducir cambios alimentarios factibles, señalan los autores.

El descenso adicional de los GEI de la dieta (en un 30-60 %) no aumentó necesariamente el coste de la alimentación sana; de hecho, tendió a disminuirlo. El motivo es la reducción progresiva de la carne y de alimentos con alto contenido en grasa, azúcar y sal, que resultan costosos.

Cuando hablamos de GEI, ¿cuánto significa bajo y cuánto demasiado bajo?