La Iniciativa “Yogur en Nutrición”, congregó en su simposio satélite del congreso anual “Nutrition Live” de la ASN, a científicos del mundo entero con motivo de su evento en línea: “Equilibrando la salud planetaria y humana: El papel crucial de la biodiversidad”.
El objetivo global de esta 9.ª cumbre era subrayar la importancia decisiva de la biodiversidad y del microbioma en nuestra propia salud a través de la microbiota intestinal y de la salud del planeta (diversidad del microbioma del suelo). Con la interesantísima moderación aportada por Sharon Donovan y Emeran Mayer, tres expertos, Fabrice DeClerk, Heribert Hirt y Joel Doré, compartieron sus conocimientos sobre este tema tan amplio de la biodiversidad y la interconexión entre planeta, personas y salud.
Un planeta: Evidencia creciente sobre la interconexión entre el planeta, los humanos y la salud.
Fabrice DeClerk (investigador principal, Servicios de biodiversidad agrícola y ecosistémicos, Bélgica y Francia) inauguró la conferencia subrayando las interconexiones fundamentales entre la salud planetaria y humana y la necesidad de abordarlas a través de un «enfoque planetario global».
Fabrice DeClerk investiga sobre ecología y empezó su ponencia con la definición de esta palabra. “Ecología” significa etimológicamente “estudio de la casa”. Y nosotros tenemos dos casas: la humana y la Tierra, nuestro planeta. En este planeta, el ser humano posee mucho poder y su actividad surte un enorme impacto.
Una de estas actividades, es la alimentación. Esta proporciona una relación íntima con la naturaleza y la salud: los alimentos que ingerimos, cómo los tomamos y dónde los producimos… Sin embargo, esta relación está rota. La alimentación se ha transformado en un generador de mala salud y en una de las mayores causas de mortalidad prematura en el mundo. Mientras que casi la mitad de la población mundial lucha para disponer de alimentos suficientes o adecuados, el consumo excesivo se ha convertido en un problema sanitario y ambiental, ya que los alimentos constituyen también una fuente importante de degradación ambiental que tensa los límites planetarios hasta extremos críticos.
Estamos empezando a atisbar las consecuencias de esta transgresión alimentaria para el clima, el suelo, el agua y los nutrientes. Ahora nos damos cuenta de que la diversidad alimentaria de nuestros platos está disminuyendo, la cocina se está homogeneizando en todo el mundo y, al mismo tiempo, la biodiversidad global está decayendo.
Los alimentos que producimos y consumimos no solo surten un impacto en la biodiversidad, también afectan directamente a dos ecosistemas integrados en ella: el microbioma del suelo y la microbiota intestinal humana.
Para conservar la biodiversidad y la riqueza de estos microbiomas debemos responder a dos cuestiones esenciales: ¿cuáles son las fuentes de estos microbiomas y cómo se preserva el microbioma (efecto de los antibióticos y dietas en el microbioma humano; tratamientos del suelo, extensión masiva de los cultivos o rotaciones de los cultivos para los microbiomas del suelo)?
El enfoque planetario global parte en esencia de la naturaleza biológica de la vida en la Tierra y propone prácticas de colaboración con la naturaleza, nunca de oposición. Así, lograremos alcanzar los objetivos de sostenibilidad y reconstruir el medio ambiente.
Un gran objetivo para 2030 es frenar la curva y preservar y enriquecer de nuevo la biodiversidad. En cuanto a los microbiomas, la gran cuestión es si lograremos preservar mejor la diversidad del microbioma y reemplazar los “anti-bióticos” por “pro-bióticos”.
La diversidad del microbiota intestinal: La conexión entre los alimentos, la microbiota intestinal y la salud
Después de este recorrido por los ecosistemas de la biodiversidad y los microbios, Joel Doré (Director de investigación, INRAE, Francia) atrajo la atención sobre la microbiota intestinal y la relación entre alimentación, microbiota intestinal y salud.
Los humanos somos una simbiosis y esta comienza al momento de nacer. La maduración de nuestra inmunidad está inexorablemente ligada a nuestra microbiota. Nuestra microbiota intestinal contiene más de 5.000 millones de células, tantas como células humanas hay.
Gracias a los estudios sobre la microbiota, sabemos que todos compartimos un pequeño grupo de especies bacterianas comunes y albergamos un conjunto singular y muy numeroso de microbios. Nos diferenciamos en nuestra ecología intestinal y en el número de sus genes.
Sin embargo, esta microbiota intestinal parece estar cambiando. A lo largo de la historia hemos comprobado que, pese a controlar mejor la medicina, las epidemias y la higiene, el número de enfermedades crónicas, incluidas las autoinmunes, está aumentando.
El hilo conductor de estas afecciones crónicas guarda sobre todo relación con una modificación de la microbiota y con la disbiosis (desconexión de la simbiosis entre huésped y microbios).
Los estudios sobre los genes del microbioma revelan que la escasa diversidad de la microbiota intestinal (recuento bajo de genes, conocido también como paucibiosis) se asocia a rasgos metabólicos e inflamatorios anómalos en la obesidad, las enfermedades hepáticas…No obstante, la buena noticia es que una dieta variada y rica en fibra corrige esa paucibiosis del sobrepeso y la obesidad.
Aún más, la mezcla de micronutrientes, probióticos y fibra restaura la simbiosis, así que podemos restablecer la simbiosis actuando sobre los alimentos.
«Los humanos son microbianos, ecosistemas, simbiosis», Joel Doré
La importancia de la diversidad del microbioma: Conexión entre el microbioma del suelo, las plantas, los alimentos y la salud
Tras examinar la microbiota humana, Heribert Hirt (Director del Instituto de genómica vegetal INRA/CNRS de París, Francia, y del Centro de agricultura del desierto de la KAUST en Thuwal, Arabia Saudí) ahonda en un tema innovador: el microbioma del suelo.
Los últimos descubrimientos ponen de manifiesto que los microbios beneficiosos resultan esenciales para establecer y conservar un microbioma intestinal saludable. Muchos de estos microbios beneficiosos para el intestino humano se obtienen por la ingesta de alimentos saludables, pero la presencia de microbios saludables no se contempla aún en la mayoría de los conceptos actuales sobre alimentación saludable.
La alimentación saludable contiene fruta, verdura y fibra en abundancia, así es como suele describirse. No obstante, los alimentos sanos también deben incluir abundantes microbios y, en este caso, frutas y verduras representan una fuente interesante, ya que el suelo, donde crecen, está lleno de microbios.
Un solo gramo de suelo alberga 10 billones de células microbianas y las plantas adoptan los microbios del suelo, del que se nutren y donde prosperan.
Casi nadie sabe que muchos de estos microbios beneficiosos de los alimentos saludables protegen a las plantas de enfermedades bacterianas, fúngicas y víricas; por eso, el uso generalizado de plaguicidas y herbicidas en agricultura amenaza la vida de los microbios del intestino y también de las plantas y el suelo.
Los plaguicidas afectan a la microbiota, tanto del intestino como del suelo. Hoy sabemos que los plaguicidas han erradicado las especies bacterianas de la microbiota del suelo y favorecido a otras especies, con el desequilibrio consiguiente en la microbiota del suelo. Como es natural, las verduras y frutas tratadas podrían contener no solo restos de plaguicidas sino también un microbioma más pobre.
Para avanzar en la agricultura del futuro, la clave pasa por reemplazar la mayoría de los plaguicidas convencionales. La consecuencia indirecta será un microbioma intestinal más saludable.
Mensajes fundamentales:
- suelo saludable = fuente rica de microbios y plantas saludables
- plantas saludables = alimentos saludables
- alimentos saludables = fuente rica de microbios saludables = seres humanos sanos
Según Heribert Hirt, los alimentos saludables constituyen la base de la salud humana y nuestro objetivo debería consistir en procurar alimentos saludables a todos los seres humanos.
«Casi nadie sabe que muchos de estos microbios beneficiosos de los alimentos saludables protegen a las plantas de enfermedades bacterianas, fúngicas y víricas», Heribert Hirt
Estos tres temas han proporcionado una oportunidad maravillosa y fascinante para tender puentes entre los estudios sobre la microbiota intestinal, la microbiota del suelo y sus interacciones… ya que quedan muchas cuestiones por resolver.
Esté atento, en unos días se publicará en línea el texto detallado de la presentación de cada experto y, si no ha podido asistir a la reunión, podrá seguir el simposio entero en Twitter @yogurnutricion