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¿Por qué en Italia los amantes del yogur están más sanos?

Así lo señalan los últimos datos, que revelan que, en Italia, la calidad de la dieta es mejor entre los consumidores de yogur.  Este estudio transversal fue llevado a cabo en una muestra de hogares, seleccionados aleatoriamente tras la estratificación geográfica del territorio nacional. La muestra comprendió 2798 sujetos, con edades comprendidas entre 18 y 97 años. El consumo de yogur fue evaluado utilizando un registro de la dieta durante tres días y comparándolo con hábitos alimentarios y factores de comportamiento.  636 sujetos (un 22,7 %) consumían yogur de forma regular, con un consumo medio de 90,4 g/día. Los datos sociodemográficos, los hábitos de consumo de alcohol y tabaco, la actividad física, la dieta, las comidas fuera de casa y demás información de interés para la nutrición, también se obtuvieron a través de cuestionarios autoadministrados.

Los consumidores de yogur tienen un estilo de vida más saludable

Los resultados mostraron que el consumo de yogur puede fomentar unos hábitos más saludables en comparación con las personas que no consumen este producto. De hecho, se observó un mayor consumo de yogur en personas que se caracterizaban por un mayor nivel educativo, que practicaban dos o más horas de deporte a la semana, que tenían un mejor conocimiento de la relación entre salud y alimentación y que estaban acostumbradas a leer las etiquetas de los alimentos. Asimismo, este estudio revela que el consumo de yogur también puede considerarse un indicador de hábitos más saludables, en comparación con las personas que no consumen este producto. Sin embargo, los autores concluyeron que es necesario realizar análisis más exhaustivos de la dieta y el perfil nutricional de los consumidores de yogur, a fin de examinar con mayor profundidad el papel del yogur en la dieta italiana.

Obtén aquí más información sobre el papel del yogur en una mejor calidad de la dieta.

Fuentes:
D’Addezio, Laura et al.  Journal: Mediterranean Journal of Nutrition and Metabolism 2015, vol. 8, no. 2, pp. 119-129.
vincentpenalba: