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14 Oct 2024
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Preguntas y respuestas

La vitamina A al detalle

vitamina A
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La vitamina A es esencial para la salud en cualquier etapa de la vida. ¿Cómo nos afecta y dónde podemos encontrarla?

¿Qué es la vitamina A?

La vitamina A participa en el mecanismo de la visión: la vitamina A está presente en la rodopsina de la retina, una proteína sensible a la luz, y contribuye a la diferenciación de la membrana y la córnea en el ojo.

También interviene en la regulación (activación, represión) de la expresión génica y, por lo tanto, participa en numerosas funciones corporales: el desarrollo embrionario, el crecimiento celular, la renovación de tejidos (de la piel, de la mucosa intestinal), el sistema inmunitario…

La deficiencia de vitamina A puede causar ceguera nocturna y, en casos más graves, ceguera permanente. Durante el embarazo y las primeras etapas de la infancia, puede dar lugar a anomalías en el desarrollo pulmonar y causar riesgo de anemia. No obstante, la deficiencia de vitamina A es muy poco habitual en países desarrollados, porque la mayoría de la población la consume en cantidades suficientes en su alimentación.

Recomendaciones alimentarias

En la alimentación, la vitamina A se encuentra en dos formas principales, el retinol y los carotenoides:

  • El retinol es la forma de la vitamina A que mejor absorbe y metaboliza directamente el cuerpo humano, porque es vitamina A preconfigurada.
  • Los carotenoides (como el caroteno β) son precursores (provitamina A) que se absorben y se convierten en vitamina A.

Las recomendaciones alimentarias se dan en equivalentes de retinol (ER); 1 µg de ER es igual a 6 µg de caroteno β y a 12 µg de otros carotenoides.

Se recomiendan 650-750 µg de ER a personas adultas sanas, 700 µg de ER durante el embarazo y 1300 µg de ER durante la lactancia.

También se recomienda que los adultos no consuman más de 3000 µg de ER al día, sobretodo durante el embarazo y la lactancia, porque el exceso de vitamina A puede aumentar el riesgo de anomalías congénitas. También se recomienda que no se supere los 1500 µg de ER/día en el caso de las mujeres posmenopáusicas, ya que puede aumentar el riesgo de fractura ósea.

Fuentes de vitamina A en la alimentación

Hay vitamina A en alimentos tanto animales como vegetales.

Fuentes de vitamina A

En los vegetales, la vitamina A se presenta en forma de carotenoides. Esos carotenoides son los que aportan el pigmento naranja y rojo de las plantas y los encontramos en frutas o verduras como las zanahorias, los boniatos, la calabaza, el mango o el melón. También están presentes en las verduras de hoja oscura (p. ej., kale o espinacas).

Los alimentos de origen animal contienen vitamina A en forma de retinol. Se encuentra, por ejemplo, en los lácteos, los huevos y el hígado.

La vitamina A en los lácteos

En los lácteos, la vitamina A se presenta fundamentalmente en forma de retinol y, en mucha menor medida, como caroteno β.

La mayoría de los productos lácteos también contienen lípidos, que ayudan a absorber las vitaminas liposolubles, como la vitamina A.

Los lácteos sin grasas tienen mucha menos vitamina A.

Por eso, a la hora de elegir un yogur, es mejor elegir una opción con algo de grasa (lácteos con leche entera o semidesnatada) para optimizar el consumo de vitamina A.

La vitamina A en los lácteos - YINI

Fuentes:

30 Sep 2024
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by YINI Editorial team
Salud ósea

El consumo de yogur se asocia con huesos más fuertes y a un menor riesgo de fracturas

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El yogur (como parte del grupo de los lácteos) se recomienda en muchas guías dietéticas por su contenido en nutrimentos esenciales para la salud de los huesos.

El yogur es rico en elementos esenciales para la salud ósea

Los productos lácteos, el yogur incluido, son ricos en proteínas y diversos micronutrientes que son importantes para la salud de los huesos: fósforo, potasio, vitamina D (cuando están enriquecidos con ella) y, muy especialmente, calcio.

El consumo de yogur aumenta la ingesta de
micronutrientes esenciales para preservar la salud
ósea de los niños

Además, los yogures que contienen bacterias vivas y aquellos a los que se les añaden prebióticos — ingredientes alimenticios que potencian la proliferación o la actividad de los microorganismos beneficiosos— pueden favorecer la salud ósea al modificar la microbiota intestinal y aumentar la absorción del calcio.

El yogur está vinculado al crecimiento sano de los huesos en la infancia y la adolescencia

  • En un estudio llevado a cabo en China, la adición de una ración de yogur a la dieta habitual de unos niños en edad preescolar 5 días a la semana durante un periodo de 9 meses impulsó su crecimiento (aumento de la estatura y el peso) e incrementó de manera significativa la densidad mineral de los huesos, en comparación con los niños que no habían recibido el aporte complementario de yogur.
  • El consumo de productos lácteos fermentados, como es el caso del yogur, se asocia con una mejora de la salud ósea, sobre todo de la densidad mineral de los huesos, en niños y adolescentes.

«En la mayoría de grupos de edad, resulta complicado cubrir las necesidades de nutrimentos para garantizar unos huesos sanos con menos de tres raciones diarias de productos lácteos.»

Prof. Connie Weaver

El yogur se asocia con huesos más fuertes y a una mayor actividad física en los ancianos


Aumentar el consumo de yogur podría ser una forma adecuada para mejorar el estado nutricional y la salud de las personas ancianas, incluida su salud ósea. La relación entre el consumo de yogur y la salud de los huesos se investigó en un estudio con personas mayores de 60 años, que arrojó los siguientes resultados:

  • Las mujeres que consumían yogur frecuentemente (más de una ración al día) tenían unos huesos más fuertes que las que rara vez o nunca lo tomaban (menos de una ración a la semana). La densidad mineral total de los huesos de la cadera y el cuello femoral era un 3,1-3,9 % más elevada en las consumidoras habituales de yogur.
  • En los hombres, la densidad mineral de los huesos vertebrales de los consumidores esporádicos de yogur era un 4,1 % más alta que la de los no consumidores.
    Se observó que los consumidores frecuentes de yogur tenían unas concentraciones medias de vitamina D un 12,9 % más elevadas que las de los consumidores esporádicos o los no consumidores. Su posible efecto protector sobre los huesos fue corroborado por las variaciones en las concentraciones del biomarcador óseo TRAP 5b (fosfatasa ácida resistente al tartrato 5b), un indicador directo de los osteoclastos, las células óseas que intervienen en el mantenimiento y la reparación de los huesos.
  • Con respecto a las consumidoras esporádicas o las no consumidoras, las mujeres que tomaban yogur con frecuencia obtuvieron una mejor puntuación en el desarrollo de las actividades cotidianas y en el propio mantenimiento físico.

El yogur puede reducir el riesgo de fractura de cadera

Los datos disponibles sugieren que existe una relación entre el consumo de yogur y el menor riesgo de fractura de cadera en las personas de edad avanzada.

  • El aumento de la ingesta de calcio y proteínas con alimentos lácteos (leche, yogur y queso) reduce en un tercio el riesgo de todas las fracturas de huesos registradas en ancianos internados en residencias de mayores.
  • En un metaanálisis, una mayor ingesta de yogur se asoció a una reducción del 25 % del riesgo de fractura de cadera comparado con los casos de una ingesta reducida.
  • En un estudio en mujeres de mediana y avanzada edad de Suecia, se demostró que la ingesta escasa de productos lácteos fermentados (como el yogur y la leche agria) estaba relacionada con unas tasas más altas de fractura de cadera.
  • Los valores más bajos de esas mismas tasas se registraron entre las mujeres con un consumo elevado de productos lácteos fermentados, combinado con una alta ingesta de frutas y verduras.

El yogur podría reducir el riesgo de osteoporosis

En personas mayores de 60 años, se predijo mediante modelos estadísticos de ingesta de yogur que el aumento del consumo de yogur en una ración a la semana se asociaba a una reducción del 39 % del riesgo de osteoporosis en las mujeres y del 52 % en los hombres.
Fomentar un consumo más frecuente de yogur en las personas ancianas, especialmente los enriquecidos
con vitamina D y calcio, podría representar una valiosa estrategia de salud pública para prevenir la
osteoporosis.

El yogur se recomienda como parte de una dieta saludable


Muchos consejos asesores internacionales recomiendan el consumo de productos lácteos en cantidades equivalentes a 400-500 ml de leche al día. Con el consumo de tres raciones diarias de lácteos, se podrían alcanzar fácilmente las ingestas diarias recomendadas de nutrimentos esenciales para una óptima salud ósea.
Diversos países incluyen el yogur (como parte de los productos lácteos) en sus guías dietéticas, entre ellos, EE. UU., Canadá, Japón, el Reino Unido, Australia, Suiza, Suecia y Portugal.

«El yogur es rico en proteínas, calcio y múltiples micronutrientes que son importantes para la salud ósea en todas las edades, pero especialmente durante las fases de crecimiento infantil y en la ancianidad, para mantener los huesos fuertes y las capacidades físicas y reducir el riesgo de caídas y fracturas.»

Prof. René Rizzoli

Fuentes:

  • Rozenberg S, Body JJ, Bruyère O, et al. Effects of dairy products consumption on health: Benefits and beliefs – a commentary from the Belgian Bone Club and the European Society for Clinical and Economic Aspects of Osteoporosis, Osteoarthritis and Musculoskeletal Diseases. Calcif Tissue Int. 2016;98:1–17.
  • Drewnowski A. Measures and metrics of sustainable diets with a focus on milk, yogurt, and dairy products. Nutr Rev. 2018;76:21–8.
  • Caroli A, Poli A, Ricotta D, et al. Invited review: Dairy intake and bone health: A viewpoint from the state of the art. J Dairy Sci. 2011;94:5249–62.
  • Rizzoli R. Dairy products, yogurts, and bone health. Am J Clin Nutr. 2014;99(5 Suppl):1256S–62S.
  • Rizzoli R, Biver E. Effects of fermented milk products on bone. Calcif Tissue Int. 2018;102:489–500.
  • He M, Yang YX, Han H, et al. Effects of yogurt supplementation on the growth of preschool children in Beijing suburbs. Biomed Environ Sci. 2005;18:192–7.
  • De Lamas C, de Castro MJ, Gil-Campos M, et al. Effects of dairy product consumption on height and bone mineral content in children: a systematic review of controlled trials. Adv Nutr. 2019;10:S88–96.
  • Saviano DA, Hutkins RW. Yogurt, cultured fermented milk, and health: a systematic review. Nutr Rev. 2021;79:599–614.
  • El-Abbadi NH, Dao MC, Meydani SN. Yogurt: role in healthy and active aging. Am J Clin Nutr. 2014;99(5Suppl):1263S–70S.
  • Laird E, Molloy AM, McNulty H, et al. Greater yogurt consumption is associated with increased bone mineral density and physical function in older adults. Osteoporos Int. 2017;28:2409–19.
  • van den Heuvel EGHM, Steijns JMJM. Dairy products and bone health: how strong is the scientific evidence? Nutr Res Rev. 2018;31:164–78.
  • Iuliano S, Poon S, Robbins J, et al. Effect of dietary sources of calcium and protein on hip fractures and falls in older adults in residential care: cluster randomised controlled trial. BMJ. 2021;375:n2364.
  • Bian S, Hu J, Zhang K, et al. Dairy product consumption and risk of hip fracture: a systematic review and metaanalysis. BMC Public Health. 2018;18:165.
  • Michaëlsson K, Wolk A, Lemming EW, et al. Intake of milk or fermented milk combined with fruit and vegetable consumption in relation to hip fracture rates: a cohort study of Swedish women. J Bone Miner Res. 2018;33:449–57.
  • Bonjour JP, Benoit V, Payen F, et al. Consumption of yogurts fortified in vitamin D and calcium reduces serum parathyroid hormone and markers of bone resorption: a double-blind randomized controlled trial in institutionalized elderly women. J Clin Endocrinol Metab. 2013;98:2915–21.
  • Bonjour JP, Benoit V, Atkin S, et al. Fortification of yogurts with vitamin D and calcium enhances the inhibition of serum parathyroid hormone and bone resorption markers: a double blind randomized controlled trial in women over 60 living in a community dwelling home. J Nutr Health Aging. 2015;19:563–9.
  • Sahni S, Mangano KM, Kiel DP, et al. Dairy intake is protective against bone loss in older vitamin D supplement users: the Framingham study. J Nutr. 2017;147:645–52.
  • Prentice AM. Dairy products in global public health. Am J Clin Nutr. 2014;99(5 Suppl):1212S–6S.
  • Bell V, Ferrão J, Fernandes T. Nutritional guidelines and fermented food frameworks. Foods. 2017;6:65.
23 Sep 2024
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Preguntas y respuestas

El yodo al detalle

nutrient yodo
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El yodo es un oligoelemento que nuestro cuerpo necesita en cantidades muy pequeñas para permanecer sano. ¿Cómo funciona y dónde podemos encontrarlo?

¿Qué es el yodo?

El yodo es un mineral, un oligoelemento que, en nuestro cuerpo, se almacena fundamentalmente en la glándula tiroides, que libera varias hormonas tiroideas como la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3). El yodo es esencial para ellas, porque constituye el 65 % y el 59 % del peso de sus moléculas, respectivamente. Estas hormonas, a su vez, están reguladas por la tirotropina (TSH), cuya secreción aumenta la captación de yodo por parte de la glándula tiroides.

Todas estas hormonas regulan reacciones bioquímicas como la síntesis de proteínas, la actividad enzimática y la actividad metabólica, como, por ejemplo, la regulación de la temperatura corporal y el mantenimiento de los niveles de energía. Si se carece de yodo suficiente, la TSH permanece elevada y causa bocio: el aumento de tamaño de la glándula tiroides.

En caso de embarazo, cualquier déficit de yodo, aunque sea leve, puede tener consecuencias graves,generando problemas en el desarrollo y la función cognitiva del bebé. La carencia de yodo es una de las carencias más fáciles de evitar entre aquellas que causan trastornos del desarrollo neurológico.

Recomendaciones alimentarias

  • En el caso de adolescentes y personas adultas, se recomienda consumir 150 µg de yodo al día.
  • Esa recomendación sube hasta los 220 µg/día durante el embarazo y hasta los 290 µg durante la lactancia.
  • Las recomendaciones son mucho más elevadas durante el primer año de vida (130 µg) que durante el resto de la infancia (90 µg), porque, en las etapas iniciales del desarrollo, la carencia de yodo puede dar lugar a retrasos del crecimiento y déficits del desarrollo neurológico.
  • Entre 9 y 13 años, la recomendación vuelve a ser de 120 µg.

Aunque es difícil consumir demasiado yodo si se sigue una dieta equilibrada y saludable, se aconseja que las personas adultas sanas no consuman más de 600 µg al día.

Fuentes de yodo

Podemos encontrar yodo en las algas marinas, el pescado y el marisco, los huevos y los productos lácteos.

En muchos países se usa la sal de mesa enriquecida con yodo, porque el yodo en forma de sal es la forma que más absorbe el organismo. Se calcula que en el 88 % de los hogares se utiliza sal enriquecida con yodo. No obstante, en algunos países también se está intentando reducir el consumo de sal, así que los lácteos se están convirtiendo en una fuente de yodo más conveniente.

Casos que requieren especial atención

A algunas personas les cuesta ingerir yodo a través de la alimentación, ya sea porque su necesidad de yodo ha aumentado o porque los alimentos que consumen son limitados.

En el caso de las personas veganas, vegetarianas y que no consumen pescado ni algas, es posible que sea más difícil incorporar el yodo suficiente a su alimentación. Por esto, prestar especial atención a la ingesta de yodo, sobre todo en caso de embarazo y durante la infancia (hasta los tres años) es necesario.

El yodo en los lácteos

La cantidad de yodo que contiene la leche varía mucho en función de la alimentación de las vacas lecheras. La concentración de yodo también cambia según las estaciones; por ejemplo, cuando el ganado pasta a campo abierto en verano produce leche con menos yodo que cuando se alimenta de pienso con yodo durante el invierno. Por todo ello, la concentración de yodo en la leche puede variar de 33 a 534 µg/L, lo que significa que los lácteos pueden representar entre el 13 % y el 64 % de la cantidad diaria recomendada de yodo.

En Reino Unido, la leche contiene una media de 427 µg/L y los productos lácteos aportan el 51 % de la ingesta de yodo infantil y el 34 % en el caso de las personas adultas.

Aunque la concentración de yodo en la leche es muy variable, es una media de 10 veces más elevada que la que presentan sus alternativas de origen vegetal. Por lo tanto, los lácteos son una fuente de yodo muy adecuada para la salud, sobre todo en lugares donde no es fácil acceder al marisco ni a las sales yodadas.

Según el Estudio Nacional sobre Alimentación y Nutrición de Reino Unido, a las personas que consumían yogures con regularidad les costaba menos alcanzar las recomendaciones nutricionales sobre vitaminas y minerales esenciales (como el yodo) que a quienes no comían yogures con frecuencia.

Se recomienda consumir entre dos y tres raciones de productos lácteos al día y el yogur es una forma muy nutritiva de obtener yodo.

Referencias
16 Sep 2024
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Salud cardiovascular

Investigaciones revelan que los productos lácteos enteros pueden tener efectos positivos en nuestra salud cardiometabólica

salud cardiometabolica
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Cada vez hay más datos que indican que consumir lácteos enteros no incrementa el riesgo de enfermedades del corazón y puede incluso ser positivo para nuestra salud cardiometabólica. Hasta ahora, las guías alimentarias nos recomendaban optar por productos lácteos bajos en grasa en lugar de enteros. Estos datos lo contradicen.

Estos hallazgos inesperados han dado lugar a una oleada de investigaciones para volver a analizar en qué medida los lácteos enteros afectan a nuestra salud, más allá de su contenido en grasas saturadas.

Hace poco se ha producido un avance importante para desentrañar este misterio gracias a un equipo de investigación estadounidense que ha llevado a cabo una revisión bibliográfica de los mecanismos biológicos que explican la posible relación beneficiosa entre el consumo de lácteos enteros y los marcadores de riesgo de nuestra salud cardiometabólica (1).

Según los investigadores, el secreto está en las complejas matrices de nutrientes de los lácteos y en cómo esas matrices interactúan con nuestro organismo.

Veamos en qué consiste la matriz de los lácteos

Es demasiado simplista analizar los efectos de los lácteos sobre nuestra salud fijándose por separado en cada uno de los nutrimentos que contienen; debemos tener en cuenta la matriz del alimento en su conjunto, la forma singular en la que se combinan y organizan nutrientes como proteínas, grasas, vitaminas y minerales. La matriz del alimento completo no es igual si hablamos de leche, queso y yogur, y puede determinar cómo afecta cada uno de esos tipos de lácteos al riesgo cardiovascular.

En el caso de los alimentos lácteos enteros, parte de esa matriz son los ácidos grasos y los lípidos polares de los lácteos, que integran la membrana del glóbulo graso de la leche (MFGM). Según las investigaciones, estos componentes pueden aportar beneficios cardioprotectores por medio de vías complejas relacionadas con el metabolismo de los lípidos, la microbiota intestinal y la regulación inflamatoria.

Los lípidos polares de la leche pueden ser positivos para la salud cardiometabólica

Según la investigación, los lípidos polares de la leche (que engloban a fosfolípidos y esfingolípidos) contribuirían a mejorar la salud cardiometabólica disminuyendo los niveles de colesterol en sangre mediante la reducción de la absorción de colesterol en el intestino (2, 3).

  • En algunos estudios clínicos se apunta a que el consumo de lácteos enteros que contienen lípidos polares de la leche como parte de la MFGM no tiene efectos negativos sobre el colesterol.
  • Se ha observado que los lípidos polares de la leche mejoran los marcadores de la salud cardiometabólica porque su interacción con el intestino reduce la absorción de colesterol sin afectar negativamente a la microbiota intestinal.

Los resultados parecen indicar que los lípidos polares de la leche presentes en la MFGM también contribuyen a la salud cardiometabólica reduciendo la respuesta inflamatoria(4, 5).

  • Según los resultados de estudios preclínicos, los lípidos polares de la leche en dosis altas pueden ser positivos para la salud cardiometabólica porque modifican la respuesta inflamatoria del intestino.
  • Se ha observado en estudios clínicos que los lípidos polares de la leche que integran la MFGM pueden incrementar los niveles de citocinas antiinflamatorias.

Algunos ácidos grasos de la leche pueden tener efectos cardiometabólicos positivos

En la investigación mencionada se descubrió que algunos ácidos grasos que contienen los lácteos enteros pueden ser beneficiosos para la salud cardiometabólica mediante la modulación de los niveles de colesterol y de las vías inflamatorias o metabólicas.

  • Los resultados del estudio apuntan que es posible que los ácidos grasos de cadena impar de los lácteos, C15:0 y C17:0, repercutan positivamente en la salud cardiometabólica modulando los niveles de colesterol, estimulando la reparación celular y reduciendo la inflamación (6).
  • Según otros estudios preclínicos, es posible que los ácidos grasos de cadena ramificada de los lácteos tengan efectos positivos sobre la salud cardiometabólica a través de las vías antiinflamatorias, aunque es necesario seguir investigando esta cuestión.
  • Los ácidos grasos de cadena corta y media también se han relacionado con la modificación de la inflamación y con efectos positivos sobre la homeostasis energética y la salud metabólica (7).

La matriz de los lácteos podría estar relacionada con los efectos sobre la salud cardiometabólica

Cuando los investigadores analizaron el papel de la matriz de los lácteos en los efectos de los lácteos enteros sobre la salud cardiometabólica, averiguaron que los efectos de los lácteos enteros como la leche, el queso y el yogur son distintos y no pueden predecirse únicamente en función de su contenido en grasas saturadas. Es posible que esas diferencias se deban, en parte, a la variabilidad de las matrices de esos alimentos.

  • Puede que los efectos de la matriz de los lácteos en el metabolismo de los lípidos, el microbioma y la absorción y excreción de las grasas tengan algo que ver con el hecho de que consumir lácteos enteros no afecte al riesgo de enfermedades cardiometabólicas.
  • La matriz del queso fermentado mejora los niveles de colesterol en sangre, modula los marcadores de inflamación crónica e incrementa la producción de péptidos bioactivos.
  • La matriz del yogur fermentado puede repercutir positivamente en la microbiota intestinal, y la leche fermentada puede potenciar los efectos antihipertensores mediante la inhibición de la enzima convertidora de la angiotensina (ECA).

Estos ejemplos son una muestra de la complejidad de diversos productos lácteos enteros y de cómo pueden repercutir de forma diferencial en la salud cardiometabólica.

«La matriz de los lácteos, la manera en la que los macronutrientes, los micronutrientes y otros componentes bioactivos de los lácteos se compartimentan de forma diferente en la leche líquida, el queso y el yogur, pueden determinar cómo afecta cada uno de esos productos al riesgo cardiovascular. «

Torres-Gonzalez M, et al, 2023

Referencias
  1. (1) Source: Torres-Gonzalez M, Rice Bradley BH. Whole-Milk Dairy Foods: Biological Mechanisms Underlying Beneficial Effects on Risk Markers for Cardiometabolic Health. Adv Nutr. 2023 Nov;14(6):1523-1537.
  2. (2) C. Vors, L. Joumard-Cubizolles, M. Lecomte, E. Combe, L. Ouchchane, J. Drai, et al., Milk polar lipids reduce lipid cardiovascular risk factors in overweight postmenopausal women: towards a gut sphingomyelincholesterol interplay, Gut 69 (3) (2020) 487–501,
  3. (3) L. Anto, S.W. Warykas, M. Torres-Gonzalez, C.N. Blesso, Milk polar lipids: underappreciated lipids with emerging health benefits, Nutrients 12 (4) (2020) 1001,
  4. (4) Y. Yang, T. Zhang, G. Zhou, X. Jiang, M. Tao, J. Zhang, et al., Prevention of necrotizing enterocolitis through milk polar lipids reducing intestinal epithelial apoptosis, J. Agric. Food Chem. 68 (26) (2020) 7014–7023
  5. (5) E. Demmer, M.D. Van Loan, N. Rivera, T.S. Rogers, E.R. Gertz, J.B. German, et al., Addition of a dairy fraction rich in milk fat globule membrane to a high-saturated fat meal reduces the postprandial insulinaemic and inflammatory response in overweight and obese adults, J. Nutr. Sci. 5 (2016) e14
  6. (6) K. Kurotani, M. Sato, K. Yasuda, K. Kashima, S. Tanaka, T. Hayashi, et al., Even- and odd-chain saturated fatty acids in serum phospholipids are differentially associated with adipokines, PLOS ONE 12 (5) (2017) e0178192
  7. (7) A.L. Unger, M. Torres-Gonzalez, J. Kraft, Dairy fat consumption and the risk of metabolic syndrome: an examination of the saturated fatty acids in dairy, Nutrients 11 (9) (2019) 2200
02 Sep 2024
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by YINI Editorial team
Publicaciones Salud cardiovascular

La ingesta de yogur se asocia con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular

ECV hipertensión
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Los productos lácteos como el yogur se han vinculado de manera sostenida a unos efectos neutros o beneficiosos sobre el riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV), un hallazgo documentado en diversas
revisiones de la literatura médica y en un metaanálisis.

El yogur podría reducir el riesgo de hipertensión

En los adultos incluidos en la encuesta NHANES de EE. UU. (1999-2014), la prevalencia de hipertensión fue un 20 % más baja entre quienes consumían yogur que entre los no consumidores, y la tensión arterial registró unos valores notablemente más bajos.
Otro estudio con adultos de EE. UU. reveló que unas mayores ingestas de lácteos (de lácteos desnatados o bajos en grasa, de leche desnatada o baja en grasa y de yogur), se asociaba a un menor riesgo de hipertensión al año.
El consumo de una ración adicional de yogur a la semana se relacionó con una reducción del 6 % del riesgo de aparición de hipertensión.

El yogur podría reducir el riesgo de ECV

El consumo de yogur se asocia con un menor riesgo de ECV:

  • Un metaanálisis de 10 estudios de cohortes de EE. UU., Suecia, Países Bajos, Finlandia, Australia y el Reino Unido, que incluyeron a 385 122 participantes, reveló una reducción del 17 % del riesgo de ECV, gracias a la ingesta de alimentos lácteos fermentados. En el análisis de subgrupos, se descubrió que el consumo de yogur estaba relacionado con un descenso del 22 % del riesgo de ECV.
  • En un estudio con 7679 mujeres de Australia, la ingesta elevada de yogur (>70 g/día) se asoció a una reducción del 16 % del riesgo de ECV a lo largo de un periodo de 15 años, en comparación con la no ingesta.
  • En una población griega (N = 3042), se observó una reducción del 20-30 % del riesgo de ECV, durante 10 años, por cada 200 g/día de yogur consumido, con un mayor efecto sobre la población femenina.
  • En un estudio llevado a cabo en Francia con 104 805 adultos de la cohorte NutriNet-Santé (2009-2019), no se estableció ninguna relación entre la ingesta diaria total y el riesgo de ECV tras un periodo de 5 años, pero se halló que la ingesta de al menos 160 g/día de lácteos fermentados (yogur y queso) se asociaba a una reducción del 19 % del riesgo de enfermedad cerebrovascular en comparación con ingestas inferiores a los 57 g/día.

En las personas con hipertensión:

  • El consumo de dos o más raciones de yogur a la semana, especialmente cuando forman parte de una alimentación saludable, se asoció a un menor riesgo de infarto de miocardio o ictus, en comparación con la ingesta de menos de una ración al mes.
  • Entre los consumidores de dos o más raciones semanales de yogur, las mujeres presentaron una
    reducción del 17 % del riesgo de ECV y los hombres registraron una reducción del riesgo del 21 %, en comparación con quienes tomaban menos de una ración al mes.

Los niños y los adolescentes también se podrían beneficiar

  • En los adolescentes europeos, el consumo de leche y yogur estuvo inversamente relacionado con el
    sobrepeso y positivamente asociado a la capacidad cardiopulmonar.
  • El consumo de lácteos fue inversamente proporcional a la puntuación del riesgo de ECV en las adolescentes europeas de entre 12,5 y 17,5 años.

El yogur podría reducir el riesgo de mortalidad

El consumo de yogur se asocia con un menor riesgo de la mortalidad por ECV y por cualquier causa en todos los estudios basados en poblaciones. Un metaanálisis de 17 estudios de cohortes con 896 871 participantes, en los que se registraron 75 791 fallecimientos, reveló que:

  • Las ingestas más altas de yogur se relacionaban con una reducción del 7 % del riesgo de muerte por cualquier causa, y con un riesgo un 11 % menor de muerte por ECV, en comparación con las ingestas más bajas.
  • Cada ración adicional de yogur al día (244 g) se asociaba a una reducción del 7 % del riesgo de mortalidad por cualquier causa y del 14 % del riesgo de mortalidad por ECV.

Aunque en el pasado la relación entre el consumo de yogur y la mortalidad total haya producido resultados desiguales en estudios con grandes cohortes,152,162 en estudios más recientes se ha constatado su relación con una reducción del riesgo de mortalidad.

  • Un metaanálisis con 235 676 participantes de ocho estudios de cohortes reveló que una ingesta de yogur de al menos 200 g/día se relacionaba con una reducción del 12 % de la mortalidad general y del 13 % del riesgo de mortalidad por ECV, en comparación con una ingesta baja de yogur.
  • En el estudio epidemiológico prospectivo de poblaciones urbanas y rurales PURE (2003-2018), con 136 384 personas de entre 35 y 70 años de 21 países de cinco continentes, una ingesta más alta de yogur (>1 ración diaria) se asoció a una reducción del 14 % del riesgo de muerte o de complicación cardiovascular grave, del 17 % del riesgo de mortalidad total y del 10 % del riesgo de ECV grave, en comparación con la no ingesta.
  • Una de las encuestas con una gran población de adultos (N = 32 625), que formaba parte de la
    encuesta NHANES de EE. UU. (1999-2014), reveló una reducción del 17 % del riesgo de mortalidad por cualquier causa con la ingesta de yogur a lo largo de 8 años. Los beneficios para la salud del yogur fueron más perceptibles en las mujeres, las personas ≥60 años y las de etnia negra de origen no hispano.
  • En un estudio en la población japonesa (N= 14 264), se demostró una reducción del 28-30 % de la mortalidad a lo largo de un periodo de 9 años con el aumento de la ingesta de yogur en las personas de 40 a 74 años.
El consumo de yogur se asocia con una
mejora de la tasa de supervivencia

¿De qué forma reduciría el yogur el riesgo de ECV?

La modulación de la tensión arterial tras el consumo de yogur podría estar relacionada con la mejora de los perfiles lipídicos, la reducción del IMC o la capacidad de producir péptidos antihipertensores que inhiben la enzima convertidora de la angiotensina, la cual desempeña una función esencial en la regulación de la tensión arterial.
La relación entre el consumo de yogur y la reducción del riesgo de ECV podría deberse a las propiedades
protectoras de algunos componentes.

  • El yogur y otros productos lácteos son ricos en micronutrientes y proteínas, algunos de los cuales se ha demostrado que reducen la tensión arterial.
  • La inflamación de baja intensidad subyace a las características anatomopatológicas de la ECV, y algunos ácidos grasos saturados presentes en los productos lácteos (como el ácido láurico) podrían producir efectos antiinflamatorios.
  • El calcio, el potasio y el magnesio presentes en el yogur se han asociado a una reducción del riesgo de ictus.
  • La matriz láctea podría contribuir a los efectos beneficiosos del yogur y otros productos lácteos y
    determinar la biodisponibilidad de la grasa.
  • Los productos lácteos fermentados, como los yogures que contienen probióticos, poseen un elevado potencial antioxidante y podrían contribuir a un envejecimiento activo y saludable.

«El consumo de yogur se asocia con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular; y los estudios basados en grandes poblaciones revelan que existe una relación entre el consumo de yogur y la reducción del riesgo de muerte de origen cardiovascular y general»

Prof. Luis Moreno

Fuentes :

  • Melini F, Melini V, Luziatelli F, et al. Health-promoting components in fermented foods: an up-to-date systematic review. Nutrients. 2019;11:1189.
  • He M, Yang YX, Han H, et al. Effects of yogurt supplementation on the growth of preschool children in Beijing suburbs. Biomed Environ Sci. 2005;18:192–7.
  • Lau E, Sergio Neves J, Ferreira-Magalhaes M, et al. Probiotic ingestion, obesity, and metabolic-related disorders: results from NHANES, 1999–2014. Nutrients. 2019;11:1482.
  • Moreno LA, Bel-Serrat S, Santaliestra-Pasías A, et al. Dairy products, yogurt consumption, and cardiometabolic risk in children and adolescents. Nutr Rev. 2015;73(Suppl 1):8–14.
  • Drouin-Chartier JP, Brassard D, Tessier-Grenier M, et al. Systematic review of the association between dairy product consumption and risk of cardiovascular-related clinical outcomes. Adv Nutr. 2016;7:1026–40.
  • Givens DI. Saturated fats, dairy foods and health: a curious paradox? Nutr Bull. 2017;42:274–82.
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  • Wang H, Fox CS, Troy LM, et al. Longitudinal association of dairy consumption with the changes in blood pressure and the risk of incident hypertension: the Framingham Heart Study. Br J Nutr. 2015:114:1887–99.
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  • Buziau AM, Soedamah-Muthu SS, Geleijnse JM, et al. Total fermented dairy food intake is inversely associated with cardiovascular disease risk in women. J Nutr. 2019;149:1797–1804.
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  • Bel-Serrat S, Mouratidou T, Jiménez-Pavón D, et al. Is dairy consumption associated with low cardiovascular disease risk in European adolescents? Results from the HELENA Study. Pediatr Obes. 2014;9:401–10.
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  • Soedamah-Muthu SS, de Goede J. Dairy consumption and cardiometabolic diseases: systematic review and updated meta-analyses of prospective cohort studies. Curr Nutr Rep. 2018;7:171–82.
  • Gao X, Jia H-Y, Chen G-C, et al. Yogurt Intake Reduces All-Cause and Cardiovascular Disease Mortality: A Meta-Analysis of Eight Prospective Cohort Studies. Chin J Integr Med. 2020;26:462–8.
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26 Ago 2024
6 min de lectura
by YINI Editorial team
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El yogur puede aumentar la sensación de saciedad y ayudar a controlar la ingesta calórica

apetito calorica saciedad
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El consumo de yogur puede aumentar la sensación de saciedad, lo que a su vez podría ayudar a reducir la ingesta calórica o de alimentos.

El consumo de yogur disminuye la sensación de hambre más que otros productos lácteos

Se observa una mayor inhibición del apetito con el yogur que con otros productos lácteos:

  • Cuando los participantes tomaban yogur como tentempié a media mañana, el hambre se redujo un 8 % más que cuando comían una porción de queso con un contenido calórico y un volumen equivalentes.
  • En un estudio se observó un 10 % menos de hambre tras tomar un yogur como tentempié que al beber una ración equivalente de leche, y un 8 % menos que tras comer una porción equivalente de queso.
  • En otro estudio se logró reducir más el apetito y la posterior ingesta calórica después de tomar yogur y queso, pero solo el yogur disminuyó el apetito más que la leche en los adultos jóvenes (de entre 20 y 30 años).
  • En un estudio con niños (de entre 9 y 14 años), los tentempiés a base de yogur griego y queso redujeron más el apetito, en comparación con un tentempié a base de leche baja en grasa.
  • En cambio, se logró una inhibición del apetito y una posterior ingesta de alimentos similares tras un desayuno con yogur griego o con un producto a base de coco.
Clasificación del hambre 45 minutos después del consumo de tentempiés lácteos

Los yogures bajos en grasa aumentan la sensación de saciedad más que las bebidas de frutas

Se observaron unos niveles más altos de saciedad tras el consumo de yogures bajos en grasa en un estudio en el que se los comparaba con bebidas de frutas que contenían la misma cantidad de calorías.

El yogur que contenía melocotón —ya fuera en trozos para comerlo con cuchara o en formato bebible— fue más saciante que una bebida láctea con sabor a melocotón y que una bebida de zumo de melocotón: los dos yogures se asociaron a un menor nivel de hambre y a una mayor sensación de saciedad.

«El yogur es un alimento rico en proteínas y de bajo contenido calórico asociado a una mayor inhibición del apetito que otros alimentos lácteos. Eso podría ayudar a regular la ingesta calórica cuando se toma a modo de tentempié.»

Dr. Anestis Dougkas

El yogur rico en proteínas podría ser un sustituto saludable de los tentempiés altamente calóricos

Consumir como tentempié yogur con un alto contenido en proteínas y menor densidad calórica, en lugar de aperitivos hiperlipídicos, podría mejorar el control del apetito y la sensación de saciedad y disminuir la ingesta calórica posterior.

  • Las participantes de un estudio mostraron menos hambre tras consumir a media tarde un tentempié a base de yogur rico en proteínas que tras comer galletas saladas o chocolate ricos en grasas con el mismo contenido calórico.
  • A pesar de tener el mismo contenido calórico que los aperitivos hiperlipídicos, el yogur retrasó unos 30 minutos el deseo de las participantes de tomar la siguiente comida.
  • Además, las mujeres consumieron unas 100 calorías menos en la comida siguiente después de haber tomado yogur que después de haber comido galletas saladas o chocolate.

En los hombres jóvenes sanos, tomar una bebida a base de yogur como tentempié a media tarde provocó una mayo sensación de saciedad en la hora previa a una comida que tomar una barra de chocolate con el mismo contenido calórico.

Saciedad tras el 
consumo de un tentempié antes de demandar la cena

¿Cómo produce el yogur su efecto saciante?


Las propiedades saciantes del yogur podrían deberse a varios factores, como el contenido de nutrimentos y los efectos sobre las hormonas que regulan el apetito.

  • El elevado contenido de proteínas del yogur podría explicar en parte el mayor efecto saciante del yogur observado en estos resultados.
  • La «precarga» de proteínas —que consiste en la ingesta de pequeñas cantidades de proteínas a una determinada hora antes de una comida— aumenta la sensación de saciedad y reduce el apetito al ralentizar el vaciado del estómago y la comunicación directa con el centro cerebral que regula el apetito.
  • Otros de los factores que podrían contribuir a los efectos saciantes del yogur serían su contenido energético, el modo en que se consume (con cuchara o bebido) y su velocidad de paso por el tubo digestivo. Los posibles efectos de la fermentación también podrían influir.
  • El yogur podría activar la liberación de hormonas reguladoras del apetito en el tubo gastrointestinal.
  • La ingesta de yogur antes de una comida estimula las respuestas metabólicas que reducen el apetito antes de la comida, la ingesta posterior de alimentos y la glucemia posprandial.

«El yogur, gracias a la presencia de un patrón de aminoácidos de alta calidad, potencia la saciedad y reduce la ingesta calórica. El aumento de la acidez durante la fermentación influye positivamente en la absorción del calcio, y la mayor biodisponibilidad del calcio desempeña una función importante, especialmente en quienes consumen poco calcio, en el control de la glucemia y del metabolismo calórico.»

Dr Michele Sculati

  • Dougkas A, Minihane AM, Givens, DI, et al. Differential effects of dairy snacks on appetite, but not overall energy intake. Br J Nutr. 2012;108:2274–85.
  • Tsuchiya A, Almiron-Roig E, Lluch A, et al. Higher satiety ratings following yogurt consumption relative to fruit drink or dairy fruit drink. J Am Diet Assoc. 2006;106:550–7. 96.
  • Chapelot D, Payen F. Comparison of the effects of a liquid yogurt and chocolate bars on satiety: a multidimensional approach. Br J Nutr. 2010;103:760–7. 97.
  • Ortinau LC, Hoertel HA, Douglas SM, et al. Effects of high-protein vs. high-fat snacks on appetite control, satiety, and eating initiation in healthy women. Nutr J. 2014;13:97. 98.
  • Vien S, Fard S, El Khoury D, et al. Age and sex interact to determine the effects of commonly consumed dairy products on post-meal glycemia, satiety, and later meal food intake in adults. J Nutr. 2021;151:2161–74. 99.
  • Gheller BJF, Li AC, Gheller ME, et al. The effect of dairy products and non-dairy snacks on food intake, subjective appetite and cortisol levels in children: a randomized control study. Appl Physiol Nutr Metab. 2021;46:1097–104. 100.
  • Mather K, Boachie R, Anini Y, et al. Effects of cultured dairy and nondairy products added to breakfast cereals on blood glucose control, satiation, satiety, and short-term food intake in young women. Appl Physiol Nutr Metab. 2020;45:1118–26.101.
  • Baspinar B, Güldaş M. Traditional plain yogurt: a therapeutic food for metabolic syndrome? Crit Rev Food Sci Nutr. 2021;61:3129–43. 103.
  • Eales J, Lenoir-Wijnkoop I, King S, et al. Is consuming yoghurt associated with weight management outcomes? Results from a systematic review. Int J Obes (Lond). 2016;40:731–46. 104.
  • Sayón-Orea C, Martínez-González MA, Ruiz-Canela M, et al. Associations between yogurt consumption and weight gain and risk of obesity and metabolic syndrome: a systematic review. Adv Nutr. 2017;8:146S–54S.
19 Ago 2024
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El fósforo al detalle

Densidad Nutricional fosforo nutrientes
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El fósforo es un nutriente esencial para muchas funciones y partes del cuerpo, como los huesos y la dentadura, y también está presente en los lácteos. Vamos a echarle un vistazo.

¿Qué es el fósforo?

El fósforo es un mineral que se encuentra en muchas partes del cuerpo. El 85 % del fósforo del organismo está en los huesos y la dentadura; el 15 %, en la sangre y las partes blandas, y constituye entre el 1 y el 1,4 % de la masa corporal magra.

Las funciones del fósforo

El fósforo interviene en numerosos procesos del organismo:

  • Estructura ósea y dental: junto con el calcio, el fósforo forma la hidroxiapatita, que es el componente estructural más importante de los huesos y del esmalte dental. Tanto el calcio como el fósforo están regulados por la vitamina D, de manera que estos tres nutrientes están relacionados entre sí en lo que respecta a la salud ósea.
  • Membranas celulares: el fósforo está presente en forma de fosfolípidos, que conforman la mayoría de las membranas celulares y contribuyen a su funcionamiento normal.
  • Parte de la fuente de energía esencial del organismo: el fósforo forma parte del trifosfato de adenosina (ATP), que es la fuente de energía de los procesos metabólicos del organismo y permite el metabolismo normal de la energía.
  • ADN y ARN: forma parte de la cadena principal de la molécula e interviene en la transcripción génica y la activación enzimática.
  • Sistema nervioso: protege las células y les proporciona energía.
  • Equilibrio del pH: el fósforo actúa como amortiguador de los líquidos extracelulares.
  • Distribución de oxígeno a las células: el fósforo se une a la hemoglobina para regular la distribución de oxígeno.
  • Fosforilación de azúcares y proteínas: es el primer paso para que se conviertan en energía que pueda utilizar el organismo.
Las funciones del fósforo - YINI

El déficit de fósforo puede causar síntomas como anemia, pérdida del apetito, debilidad muscular, confusión, aumento del riesgo de infección y, por supuesto, enfermedades óseas (dolor de huesos, raquitismo, osteomalacia u osteoporosis).

Según la National Health and Nutrition Examination Survey (Encuesta sobre salud y alimentación [NHANES]) de Estados Unidos, la mayoría de los estadounidenses consumen más fósforo del indicado en las cantidades recomendadas, así que es muy poco habitual que se produzcan deficiencias de fósforo y lo más probable es que no se deban al consumo escaso a través de la alimentación.

Recomendaciones alimentarias

La cantidad diaria recomendada de fósforo para personas adultas es de 700 mg. En cuanto a los adolescentes, se recomienda una ingesta más elevada (1250 mg) para ajustarse a la rapidez del crecimiento y garantizar el buen estado de los huesos.

Si se sigue una dieta saludable y equilibrada, no es probable que se consuma tanto fósforo como para que tenga efectos negativos sobre la salud, porque su consumo resulta seguro hasta 3000 mg al día.

Fuentes de fósforo en la alimentación

Hay muchos tipos de alimentos que contienen fósforo, sobre todo los ricos en proteínas, como los lácteos, la carne, el pescado, los cereales y las legumbres.

En algunos alimentos, el grado de biodisponibilidad del fósforo es escaso. Por ejemplo, en el caso del pan ácimo y las semillas se encuentra en forma de ácido fítico, y el organismo carece de la enzima fitasa, que degrada ese ácido y permite absorber el fósforo.

El fósforo en los lácteos

Los lácteos representan alrededor del 20 % del consumo total de fósforo en Estados Unidos y también contienen calcio y vitamina D, que son los otros dos micronutrientes esenciales para la salud de nuestros huesos.

Es importante mantener una buena proporción de calcio y fósforo. Si se consumen grandes cantidades de fósforo y poco calcio, la gran cantidad de fósforo evitará que se absorba parte del calcio, de manera que la concentración de calcio será escasa y afectará a la salud ósea, y lo mismo ocurre a la inversa. Los productos lácteos son una buena forma de obtener parte del fósforo biodisponible, así como otros micronutrientes que intervienen en nuestra salud ósea y nuestra salud en general

El fósforo en los lácteos - YINI

De acuerdo con diversos estudios, las personas que consumen yogures tienen huesos más fuertes y presentan mejor movilidad cuando llegan a una edad avanzada. El consumo de yogur también se asocia a una mayor densidad mineral ósea en el caso de los niños.

Se recomienda consumir entre dos y tres raciones de productos lácteos al día.

Referencias
29 Jul 2024
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La vitamina D al detalle

calcium nutrient vitamin D vitamina vitamina D
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La vitamina D es esencial para los huesos, la dentadura y el sistema inmunitario, entre otros componentes del cuerpo; aunque los lácteos contienen esta vitamina, muchas personas no la consumen en cantidades suficientes. Vamos a echarle un vistazo.

¿Qué es la vitamina D?

La vitamina D es una vitamina liposoluble que se presenta en dos formas diferentes: la vitamina D2 (ergocalciferol), producida fundamentalmente por algunos vegetales, y la vitamina D3 (colecalciferol), que se sintetiza en la piel del cuerpo humano por la acción de los rayos ultravioleta.

La vitamina D destaca por su gran importancia en la homeostasis y en el metabolismo del calcio, pero tiene otros muchos efectos en el organismo; por ejemplo, contribuye a:

  • el funcionamiento normal del sistema inmunitario;
  • la respuesta inflamatoria,
  • las funciones musculares.

Las funciones de la vitamina D

La vitamina D potencia la salud de los huesos porque contribuye a la absorción del calcio modulando esa absorción por transporte activo y manteniendo una buena proporción de calcio y fosfato para la mineralización ósea.

Reduce la inflamación y regula el crecimiento celular, el metabolismo de la glucosa y la función neuromuscular e inmunitaria mediante la modulación de los genes que codifican las proteínas encargadas de esos procesos.

La deficiencia crónica de vitamina D se traduce en una mineralización ósea inadecuada, porque el intestino delgado absorbe menos calcio y menos fósforo, lo que puede producir hipocalcemia (bajos niveles de calcio en la sangre) y fosfaturia (presencia de fosfatos en la orina), cosa que, a su vez, provoca la aceleración de la desmineralización ósea. Algunas de sus posibles consecuencias son trastornos de mineralización ósea, como la osteomalacia, la osteoporosis y el raquitismo en el caso de la infancia. Para prevenir estas enfermedades, es importante tener niveles adecuados de vitamina D combinada con calcio.

La vitamina D que se consume a través de los alimentos se absorbe en el intestino mediante difusión pasiva, proceso de absorción que se intensifica gracias a las grasas.

Recomendaciones alimentarias

La vitamina D se sintetiza en la piel cuando ésta se expone a la luz ultravioleta. Sin embargo, la cantidad de vitamina D que se sintetiza depende de muchos factores, como el lugar de residencia, el tiempo atmosférico, los niveles de melanina de la piel y si se lleva o no protector solar.

En las recomendaciones alimentarias se suele partir de la hipótesis de que la producción endógena de vitamina D es nula para así asegurarse de que en las directrices se recomienda una alimentación que conlleve vitamina D en cantidades suficientes. La cantidad diaria recomendada es de 15 µg en el caso de las personas adultas. La capacidad que tiene nuestro organismo de producir y absorber vitamina D disminuye con la edad; por eso, la recomendación aumenta de 20 µg al día para las personas de más de 70 años.

Es importante no consumir demasiada vitamina D, porque el exceso de esta sustancia es tóxico para el organismo y puede generar síntomas como dolor de cabeza, náuseas y vómitos, pérdida de peso o cansancio. Se recomienda no consumir más de 100 µg al día. Sin embargo, eso prácticamente solo puede ocurrir si se abusa de los suplementos alimentarios, no es una cuestión que deba preocupar a la mayoría de la población. De hecho, la mayoría de la gente se queda corta y no llega a las cantidades recomendadas; en Estados Unidos, más del 90 % de las personas adultas no consumen suficiente vitamina D, y lo mismo sucede en la mayoría de los países del hemisferio norte.

Fuentes de vitamina D en la alimentación

No hay muchos alimentos que contengan vitamina D; algunos ejemplos son el pescado azul, los aceites de hígado de pescado, el hígado de vaca, la yema de huevo, el queso y los lácteos enriquecidos. En Estados Unidos, por ejemplo, casi toda la leche se enriquece con vitamina D y, de hecho, en Canadá es obligatorio.

Algunos tipos de setas, hongos y champiñones pueden contener vitamina D si se tratan con luz ultravioleta: reciben los rayos ultravioleta y, entonces, producen la vitamina D.

La vitamina D en los lácteos

Como los productos lácteos suelen enriquecerse con vitamina D, son una fuente importante de este nutriente para la población. En Francia, por ejemplo, el 25 % de la ingesta de vitamina D proviene de los lácteos.

Ya que el enriquecimiento de lácteos no altera su sabor y, además, ayudan a absorber el alto contenido de calcio y a garantizar el buen estado de los huesos, este proceso resulta conveniente.

Los lácteos enriquecidos son una fuente relevante de vitamina D, porque proporcionan un buen porcentaje de la cantidad que se recomienda ingerir a través de la alimentación.

Según datos procedentes de la National Health Nutrition and Examination Survey (Encuesta sobre salud y alimentación [NHANES]) de Estados Unidos, el Community Health Survey (Estudio de salud comunitaria) de Canadá y el National Diet and Nutrition Survey (Estudio nacional sobre alimentación y nutrición), las personas que toman yogur consumen diariamente cantidades más elevadas de varios nutrientes esenciales, entre ellos la vitamina D.

De acuerdo con las investigaciones, las personas que consumen yogur tienen huesos más fuertes y muestran marcadores de resorción ósea menos elevados. En el caso de las personas de edad más avanzada, el consumo de yogur está asociado a un mayor grado de densidad mineral ósea y una mayor práctica de actividad física. Por lo tanto, animar a la gente de edad avanzada a tomar más yogure (sobre todo, enriquecidos con calcio y vitamina D) puede ser una estrategia de salud pública muy valiosa para eludir la osteoporosis.

Fuentes:
23 Jul 2024
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Deportistas El yogur, un alimento rico en nutrientes Infografías Salud intestinal y microbiota

El yogur en la nutrición deportiva

nutricion deportiva probiotic probioticas proteinas
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Descubra la nueva infografía sobre nutrición deportiva y yogur. Practicar deporte conlleva unas necesidades nutricionales específicas y el yogur puede ser un recurso muy valioso para satisfacerlas.

Deporte, nutrición y yogur

La práctica regular de un deporte lleva al organismo a ciertas adaptaciones fisiológicas y puede dar lugar a un aumento del gasto energético diario total.
El yogur aporta vitaminas, minerales, fermentos y proteínas de alta calidad, que son inestimables para la reparación y el mantenimiento de los músculos, y los productos lácteos fermentados ofrecen diversas opciones para suministrar de forma natural la cantidad necesaria de proteínas.
Además, los fermentos pueden tener efectos positivos en la salud intestinal de los deportistas.

Salud intestinal, prácticas deportivas y fermentos

Los estudios muestran una relación entre las prácticas deportivas y la salud intestinal.
Los productos lácteos fermentados pueden contener probióticos. Algunos de ellos pueden afectar a los parámetros del rendimiento, en particular : promover la salud intestinal y la función inmunitaria; facilitar la digestión y la absorción de nutrientes, reducir potencialmente el riesgo de molestias gastrointestinales durante el ejercicio.

El yogur en la nutrición deportiva: la infografía

El yogur en la nutricion deportiva - part 1
El yogur en la nutricion deportiva - part 2
El yogur en la nutricion deportiva - part 3
El yogur en la nutricion deportiva - part 4
El yogur en la nutricion deportiva - part 5
El yogur en la nutricion deportiva - part 6
22 Jul 2024
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¿Cómo contribuyen los lácteos a la ingesta de nutrientes durante la adolescencia?

adolescencia adolescentes calcium children children dairy micronutriente nutrient
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Según una investigación irlandesa, con frecuencia, los adolescentes no alcanzan los niveles necesarios de ingesta de nutrientes. Por esto, sería esencial diseñar estrategias de alimentación dirigidas a adolescentes.

Desde el ámbito de la nutrición se ha descubierto una tendencia preocupante que indica que en los países occidentales, un gran porcentaje de adolescentes, en periodo decisivo de crecimiento y desarrollo físico y cognitivo,  no alcanzan a través de  su alimentación las cantidades necesarias de micronutrientes (1).

Según la investigación, consumir productos lácteos como parte de una dieta equilibrada y medioambientalmente sostenible puede ser la clave que aporte micronutrientes esenciales para la salud y el bienestar durante la adolescencia.

Cómo valorar las necesidades nutricionales de la población adolescente

Conforme van cumpliendo años, las personas adolescentes tienen cada vez más autonomía para decidir qué alimentos consumen y cómo se alimentan. Sin embargo, la ingesta de nutrientes no siempre es lo que más preocupa a un adolescente cuando decide qué va a comer, y eso puede tener consecuencias para su salud durante la edad adulta (2).

Para averiguar si la población adolescente obtiene los nutrientes necesarios en su alimentación, un grupo de investigadores especializados en nutrición de Cork (Irlanda) , analizaron en profundidad la ingesta de micronutrientes de este grupo de la población y sus consecuencias para la salud pública.

Los investigadores examinaron datos de estudios recientes sobre ingesta de micronutrientes por parte de adolescentes en Europa, Canadá, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. Concluyeron que, de forma sistemática, los adolescentes de países occidentales no llegan a consumir las cantidades recomendadas de vitaminas A, C, D y E, ni tampoco de folato, calcio, hierro, magnesio, zinc y potasio, cosa que puede tener consecuencias a largo plazo para la salud ósea, la función cognitiva y el sistema inmunitario.

¿Cuáles son las necesidades nutricionales de la población adolescente?

Los micronutrientes son fundamentales para la salud y el desarrollo durante la adolescencia porque contribuyen a muchas de las funciones esenciales del organismo (3):

  • Vitamina D, calcio, magnesio y fósforo: esenciales para crear masa ósea y para la salud de nuestros huesos.
  • Vitaminas A y C: necesarias para el desarrollo celular, la integridad celular y la reparación de tejidos.
  • Vitamina B y folato: importantes para el crecimiento, la síntesis de ADN y la división celular.
  • Hierro: esencial para el transporte de oxígeno; se necesita más durante la adolescencia.
  • Zinc: esencial para la expresión génica y para regular la señalización intracelular.
  • Yodo: crucial para el desarrollo de las capacidades neurológicas y cognitivas.

Los lácteos son un componente esencial para la salud ósea de la población adolescente

Según los resultados del estudio, los adolescentes de países occidentales presentan una ingesta baja de vitamina D, calcio y magnesio: el 70-95 % consumen niveles insuficientes de vitamina D, el 45-73 % no alcanzan los niveles necesarios de calcio, y el 33-88 % de los adolescentes no consumen el magnesio suficiente.

Estos datos son relevantes porque más de la mitad de la masa ósea de una persona se establece durante la adolescencia, y para ello es necesario consumir vitamina D, calcio y magnesio en cantidades suficientes (4). El consumo escaso de estos nutrientes puede afectar a la salud ósea durante la adolescencia y materializarse en un mayor riesgo de fracturas y de osteoporosis en etapas posteriores de la vida.

Según las investigaciones, las fuentes esenciales de calcio, magnesio y vitamina D para los adolescentes son los productos lácteos, la carne y los cereales enriquecidos. Hay que incorporar estas fuentes de nutrientes para seguir una dieta saludable durante la adolescencia.

Seguir una dieta equilibrada y saludable puede potenciar la función cognitiva durante la adolescencia

Según los resultados de este estudio, los adolescentes de países occidentales consumen cantidades bajas de hierro y folato en comparación con los niveles recomendados: en el caso del hierro, el 7-44 % no llegan a consumir los niveles adecuados y, en el del folato, el 14-57 % no alcanzan esos niveles. El déficit de hierro suele ser más habitual en chicas que en chicos.

Es importante porque la adolescencia es una época de crecimiento y de desarrollo cognitivo rápido, y los niveles bajos de folato y hierro pueden repercutir negativamente en esos procesos (3). La necesidad de hierro, sobre todo, se incrementa durante esta etapa vital porque el volumen sanguíneo total y la composición corporal magra aumentan, y también por la aparición de la menstruación en el caso de las chicas.

De acuerdo con las investigaciones, una combinación de lácteos, carne y cereales aporta las fuentes esenciales de hierro y folato para la adolescencia, y las verduras también son una fuente importante de folato.

Lo que los adolescentes eligen comer influye en su salud general y su sistema inmunitario

Según este estudio, la población adolescente de países occidentales por lo general no alcanza los niveles recomendados de ingesta de nutrientes importantes para la salud general, como las vitaminas A, C y E, el zinc y el potasio.

La ingesta escasa de estas vitaminas y minerales puede traducirse en un mayor riesgo de trastornos inmunitarios y una mayor  vulnerabilidad frente a infecciones (5, 6).

De acuerdo con la investigación, los lácteos y la carne son fuentes importantes de vitamina A y zinc en la adolescencia, mientras que las frutas y verduras hacen un aporte esencial de vitamina C. Las verduras, los cereales, la carne y los lácteos son fuentes esenciales de potasio, mientras que las grasas y los aceites son una fuente importante de vitamina E.

¿Qué podemos hacer para afrontar esta cuestión?

Aunque el estudio subraya los déficits en la ingesta de nutrientes durante la adolescencia, en opinión de los investigadores y según los datos recogidos, no parece haber riesgo de ingesta excesiva de micronutrientes.

Llegaron a la conclusión que, para aumentar el consumo de micronutrientes en la adolescencia, las estrategias deben centrarse en impulsar la ingesta y no preocuparse por la posibilidad del consumo excesivo. Hay que diseñar y hacer un seguimiento exhaustivo de estas estrategias para garantizar que realmente se da importancia a la carne y los lácteos en lo que respecta al consumo de nutrientes en la adolescencia y, al mismo tiempo, asegurarse de que sean estrategias sostenibles desde el punto de vista medioambiental.

«La ingesta suficiente de micronutrientes es crucial durante la adolescencia para impulsar una salud y un crecimiento óptimos durante esta etapa de la vida y también en la edad adulta, porque esos hábitos alimentarios clave también marcan el camino de otras etapas posteriores de nuestra vida.» – Walsh NM, et al., 2024

Fuente: (1) Walsh NM, Flynn A, Walton J, Kehoe L. Optimal growth and development: are teenagers getting enough micronutrients from their diet? Proc Nutr Soc. 2024 Mar 4:1-9. doi: 10.1017/S002966512400017X.
Otras referencias:
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