“Hablando del yogur, hay un gran mal entendido de la información disponible, lo que hace más complicado que los nutriólogos o los profesionales de la salud en general tengan el escenario completo sobre los beneficios del consumo de yogur en la salud. Por lo tanto, aunque hay información disponible en internet, mucha de ésta no puede ser considerada como válida porque no está sustentada en la evidencia científica y lamentablemente muchas personas no tienen idea de cómo buscar en bases de datos y obtener información confiable basada en la evidencia científica, y esto es algo que también veo en los estudiantes del área de la salud. Al parecer, existe poca habilidad para encontrar información confiable y esto favorece que se propague la circulación de información inadecuada que sólo genera una mayor desconocimiento y confusión.

Por ejemplo, podemos ver que hay personas que tienen un impacto relevante en las redes sociales y que toman ventaja de éste alcance para difundir información falsa sin sustento científico, como es en el caso de la leche. En esta perspectiva, la Iniciativa para una Dieta Correcta: Efectos del Yogur en la Salud tiene una contribución clara, pues explica los beneficios del consumo de yogur respaldados por la evidencia científica, incluyendo su beneficio al ser integrado en la alimentación de las personas que viven con diabetes”.

Todos los días en mi consultorio compruebo los beneficios del consumo de yogur en el control de glucosa de mis pacientes

“Sin embargo, la principal barrera que encuentro en mis pacientes es con respecto a los mitos que existen sobre el tema de los lácteos y el consumo de yogur. En el caso de la intolerancia a la lactosa, creen que afecta su capacidad para disfrutar del yogur, y así nos enfrentamos otra vez a un problema de desinformación. En el caso de la Diabetes, puede ser aún más evidente, especialmente cuando se trata de las dudas que hay sobre la alimentación que debe llevar una persona que sufre ésta condición».

«La mayoría de mis pacientes que acuden a mi consultorio tienen Diabetes tipo 2 y me he percatado de que no siempre conocen los beneficios del consumo de yogur. Y tal como lo hace el resto de las personas, buscan información en internet, encuentran recomendaciones dietéticas distorsionadas y creen que el yogur tiene mucha azúcar, y que no lo pueden incluir en su alimentación”.

«Cuando los pacientes vienen por primera vez a mi consultorio, empieza mi labor en la Educación en Diabetes. Primero identifico sus necesidades, su vivencia de la experiencia con el diagnóstico y sus conocimientos sobre la Diabetes, además me aseguro que tengan claro qué es la Diabetes y cuáles son los aspectos claves en su tratamiento para tener una mejor calidad de vida. Les comento que la investigación científica reciente ha comprobado que el consumo de yogur está asociado con un menor riesgo de Diabetes tipo 2, que está relacionado a un mejor metabolismo de la glucosa y control de peso. Algunos estudios epidemiológicos demuestran que existe una reducción de un 17% en el riesgo de padecer diabetes cuando se consumen 3 raciones de yogur en un día.»

Esta es una manera en que les enseño que el yogur integrado en su alimentación diaria puede ser parte de su tratamiento en el control de la Diabetes

«En conclusión, en mi experiencia como Nutrióloga y Educadora en Diabetes, he comprobado que existe la suficiente evidencia científica que respalda los beneficios del consumo de yogur en el control de la glucosa en sangre. La prueba para medir la glucosa en sangre, es una herramienta práctica de validación para que mis pacientes comprueben que sus niveles de glucosa en sangre se mantienen estables mientras consumen yogur de manera regular. Esta es una manera en que les enseño que el yogur integrado en su alimentación diaria puede ser parte de su tratamiento en el control de la Diabetes.»

«Considero desde mi punto de vista, que las dos mejores opciones para el paciente con Diabetes son el yogur natural; que preferentemente contenga probióticos (cultivos vivos y activos) y el yogur griego natural. Por lo que recomiendo incluir al menos una ración de cada uno en su plan de alimentación diario. Al final, ésta es la manera como mis pacientes se dan cuenta de que el consumo de yogur puede ser un componente valioso en el tratamiento de la Diabetes”.

Tomo en cuenta sus preferencias y negocio con ellos un plan de alimentación que se adecúe a su estilo de vida y que puedan mantener por más tiempo

“A mis pacientes, siempre les pregunto por sus preferencias de alimentos y negocio con ellos un plan de alimentación que se les facilite, para que lo puedan seguir y mantener por más tiempo como parte de su tratamiento para la Diabetes. Afortunadamente, el yogur es un alimento versátil y práctico que se puede consumir de diferentes maneras y combinarse con una gran variedad de alimentos.»

«Como resultado, siempre encontramos la manera de incluirlo dentro del plan de alimentación en cualquier tiempo de comida, ya sea como parte de un desayuno, en las colaciones (intermedios o snacks) o incluso, como aderezo para las ensaladas, como sustituto de mayonesa o crema agria, en salsas o sopas-cremas a la hora de la comida, como postre combinado con fruta para los que tengan preferencia por lo dulce y también en otras combinaciones para quienes tengan preferencia por lo salado. Hay una gran gama de posibilidades que permiten el intercambio de ciertos alimentos menos saludables por el consumo de yogur.»

«Como Nutrióloga, te das cuenta que el cambio de hábitos en el patrón de alimentación de tus pacientes no puede suceder de manera drástica. Además, hay un comportamiento particular en las personas que sufren una condición crónica, por lo que es preferible que los cambios se vayan realizando paso a paso, al ritmo de cada paciente. Esto es lo que mejor funciona para que se logren cambios de manera más efectiva en la conducta alimentaria. Hay que invertir tiempo en conocer a cada uno de tus pacientes, tomar en cuenta sus preferencias y ser prácticos al momento de construir una solución personalizada para cada uno de ellos”.

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Referencias recomendadas por Alejandra

• Díaz‐López, et al. (2016). Dairy product consumption and risk of type 2 diabetes in an elderly Spanish Mediterranean population at high cardiovascular risk. Eur J Nutr.
55:1, 349-360
• Chen et al. (2014). Dairy consumption and risk of type 2 diabetes: 3 cohorts of US adults and an updated. BMC Medicine, 12:215. http://bmcmedicine.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12916-014-0215-1
• Tong, X.; Dong, J.Y.; Wu, Z.W.; Li, W.; Qin, L.Q. (2014). Dairy consumption and risk of type 2 diabetes mellitus: A meta-analysis of cohort studies. Eur. J. Clin. Nutr. http://www.nature.com/ejcn/journal/v65/n9/pdf/ejcn201162a.pdf
• O’Connor, L. M.; Lentjes, M. A. H.; Luben, R. N.; Khaw, K.; Wareham, N.J.; Forouhi, N. G. (2014). Dietary dairy product intake and incident type 2 diabetes:
a prospective study using dietary data from a 7-day food diary. Diabetologia, 57:909–917. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3980034/pdf/125_2014_Article_3176.pdf
• Salas-Salvadó J, et al. (2014). Prevention of Diabetes With Mediterranean Diets: A Subgroup Analysis of a Randomized Trial. Ann Intern Med 7;160(1):1-10
• Ramon Estruch, Emilio Ros, Jordi Salas-Salvadó, Maria Isabel Covas, Dolores Corella, Fernando Arós, Enrique Gómez-Gracia et al.(2013) Primary Prevention of Cardiovascular Disease with a Mediterranean Diet. Engl J Med 368:1279-1290. http://www.nejm.org/doi/pdf/10.1056/NEJMoa1200303
• Mozaffarian, D.; Hao, T.; Rimm, E.B.; Willett, W.C.; Hu, F.B. (2011). Changes in diet and lifestyle and long-term weight gain in women and men. N. Engl. J. Med., 364, 2392–2404. http://www.nejm.org/doi/pdf/10.1056/NEJMoa1014296
• Nancy Babio Sánchez, Guillermo Mena Sánchez and Jordi Salas-Salvadó. Report New Scientific Evidence of Benefits or Yogur Consumption. IISPV Institute D’ Investigació Sanitaria Pere Virgili. Reus, Tarragona (Spain). http://nutriciohumana.com/pdf/informe_beneficios_yogur_ENG.pdf
• Panahi  et al. (2016). The Potential Role of Yogurt in Weight Management and Prevention of Type 2 Diabetes. J Am Coll Nutr. Jun 22:1-15 May; 67(3):232-8. http://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/07315724.2015.1102103

Fermented foods have been produced and consumed since the development of human civilization. In this paper, M L Marco (University of California, Davis) and colleagues reviewed the evidence that fermented foods provide health benefits well-beyond the starting food materials.

The unknown properties of fermented foods

Fermented foods, such as yogurt and fermented milk, wine and beer, sauerkraut and kimchi, are made through controlled microbial growth and enzymatic conversion of major and minor food components. Since several years, there is a growing interest in their health-promoting potential. Some experts have even suggested that fermented food should be included as part of national dietary recommendations. Marco noted that recent human clinical studies on fermented foods support the possibility that the fermentation, and the contribution of microbes, in particular, may provide additional properties beyond basic nutrition. Recent relevant data suggest benefits of some fermented foods in weight management and numerous other chronic diseases.

A potential necessity for fermented foods

There still critical needs for additional fundamental research and randomized, controlled, clinical trials to evaluate the effects of different fermented foods. However, wrote the authors, the benefits of fermented food are likely greater than the sum of their individual microbial, nutritive, or bioactive components. The research could highlight the relevance, and potentially the necessity, of certain fermented foods in the human diet and justification for inclusion into national dietary guidelines.

4 reasons to eat more fermented foods like yogurt

• Fermentation can enhance or alter nutritive and health-modulating properties of food constituents.
• Microbes in fermented foods helps to digest some foods, produce vitamins like B12 and K, introduce new compounds to the foods that are delivered to the gut.
• Many of the species found in fermented foods are phylogenetically related to probiotic strains.
• Fermented foods can be an important dietary source of live microorganisms.

To learn more, read the original article.

Source: Marco M L et al. Current Opinion in Biotechnology 2017;44:94-102.

El porcentaje de niños que ingieren la cantidad suficiente de calcio desciende considerablemente después de los dos años de edad. Entre los niños con edades comprendidas entre dos y once años, el consumo de potasio y vitamina D es bajo, pero ambos suelen estar presentes en el yogur. Los huesos de los niños crecen rápidamente, y el calcio y las proteínas presentes en el yogur son fundamentales para su salud ósea. De hecho, se ha demostrado que los niños y adolescentes que consumen yogur de forma regular (como mínimo una vez a la semana) tienen una dieta más saludable que los que no lo hacen.

Además, los niños que consumen yogur habitualmente tienden a comer más frutas y cereales integrales que los que lo hacen con poca frecuencia (1). Asimismo, los pequeños que consumen yogur presentan mayores ingestas de calcio, vitamina D y potasio que los que no lo hacen (4). Y por último, aunque no menos importante, el yogur es una fuente láctea de vitamina B, riboflavina, yodo y fósforo para los niños (3).

El yogur solo representa una pequeña contribución al consumo de azúcar de los niños

Los niños suelen preferir los alimentos dulces; de ahí que estén más dispuestos a comer este tipo de alimentos. Sin embargo, la preocupación de que los productos lácteos azucarados contribuyan a un consumo excesivo de azúcar aparentemente es un error:

·       En Estados Unidos, en los niños con edades comprendidas entre 6 y 17 años, el consumo de productos lácteos azucarados aumenta el número de raciones de lácteos y posee un impacto positivo en la calidad de su dieta, a diferencia de los dulces y las bebidas azucaradas, que tienen un impacto negativo (5,6).

·       En Europa, mientras que más del 50 % del total de azúcar y el 66 % de los azúcares añadidos en las dietas infantiles proceden de bebidas y productos dulces (pasteles, dulces, etc.), el yogur solo representa entre un 1 y un 8 % del azúcar total, y entre un 4 y un 9 % de los azúcares añadidos (7).

·       Un mayor consumo de alimentos lácteos con un bajo contenido en azúcar, especialmente el yogur, a la hora de la merienda, podría aumentar la ingesta de micronutrientes importantes sin contribuir a una alimentación excesiva (8).

Y lo mejor es que el yogur puede ayudar a que los niños disfruten de su merienda, sin superar los límites de calorías diarias. Pero eso no es todo; además, el yogur proporciona una fuente de nutrientes que ayudan a proteger su salud de una forma atractiva y lista para su consumo, algo difícil de encontrar en muchos otros alimentos.

El yogur puede ayudar a mantener el peso y el perfil de insulina

El yogur puede ser muy beneficioso para la salud de los niños, incluso para reducir la obesidad y el riesgo cardiovascular.

De hecho, el consumo de productos lácteos está asociado con un menor riesgo de sobrepeso u obesidad infantil (2, 9), y en estos resultados también se incluye más específicamente el consumo de yogur.

Además, el consumo habitual de yogur (más de una vez a la semana) está asociado con un mejor perfil de insulina en niños y adolescentes, quienes presentan un menor nivel de insulina en ayunas, una menor resistencia a la insulina y una mayor sensibilidad a la insulina. Asimismo, el consumo de yogur les protege frente a la erosión dental, al contrario que las bebidas carbonatadas, los zumos de fruta y los dulces, que la aumentan (10).

Por último, ¡el yogur es versátil y divertido!

No es necesario limitarse a echar unas cucharadas de yogur en un tazón y esperar a que los niños se lo coman. El yogur es extremadamente versátil y puede utilizarse de cualquier forma, desde como aliño para ensaladas hasta en helados de fruta caseros. ¿Cómo conseguir que el yogur sea más divertido para un niño? Puedes añadirlo a los cereales del desayuno, en tortitas de cereales integrales, en batidos, en adobos para carnes y pescados, en salsas vegetarianas, y en muchas otras recetas…

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Fuentes

1. Zhu Y et al., . European Journal of Nutrition 2015;54(4):543–50.

2. Moreno LA et al. Nutrition Reviews 2015;73(S1):8–14.

3. Williams EB et al. British Nutrition Foundation Nutrition Bulletin 2015;40:9–32.

4. Keast DR et al. Nutrients 2015;7:1577–1593.

5. Frary CD et al. Journal of Adolescents Health 2004;34:56–63.

6. Johnson RK, et al.. J. Circulation 2009;15;120(11):1011–20.

7. Azais-Braesco V et al.. Nutrition Journal 2017;16(1):6.

8. Hess J, Slavin J. Nutrients 2014;30;6(11):4750–9.

 9. Lu L et al. Eur Journal of Clinical Nutrition 2016;70:414–423.

10. Salas MM et al.  Journal of Dentistry   2015;43(8):865-75.

Rincón de infografías de YINI (inglés)

La calidad de vida relacionada con la salud es un aspecto clave del bienestar físico, social y mental. Solamente unos pocos estudios basados en la población han observado que los hábitos del estilo de vida pueden influir en la calidad de vida relacionada con la salud en niños y adolescentes. Por ejemplo, recientemente un estudio transversal canadiense realizado con alumnos de 10 y 11 años reveló que los estudiantes con una dieta de mejor calidad y mayores niveles de actividad física tenían significativamente más probabilidades de obtener mejores puntuaciones en la calidad de vida (1). Ahora, este estudio es el primero en investigar la relación entre el consumo habitual de lácteos y la calidad de vida relacionada con la salud en los jóvenes a largo plazo (2). Los autores plantearon la hipótesis de que el consumo de lácteos podía ser un marcador de un estilo de vida y una dieta más saludable en general, lo que a su vez podía influir positivamente en la calidad de vida relacionada con la salud en adolescentes.

The Sidney Childhood Eye Study

Los investigadores australianos estudiaron a 1216 participantes durante más de 5 años, con edades comprendidas entre 12 y 17 años y procedentes del The Sydney Childhood Eye Study. Concretamente, evaluaron el consumo de lácteos en 858 participantes a través de un cuestionario sobre la frecuencia alimenticia semicuantitativa validada con 120 ítems (la ración de yogur era de 200 g). La calidad de vida relacionada con la salud fue evaluada por el Pediatric Quality of Life Inventory (PedsQL). El PedsQL es un cuestionario validado de 23 ítems para los niños con edades comprendidas entre 2 y 18 años [20], que comprende 3 puntuaciones globales: una puntuación de la escala total, una puntuación global de la salud física y una puntuación global de la salud psicológica. Asimismo, en el estudio se incluyeron los posibles factores de confusión (como ver la televisión, el índice de masa corporal, la actividad física, etc.).

El elevado consumo de yogur, vinculado con unos hábitos de estilo de vida saludables en los adolescentes varones

Respecto a la ingesta total de lácteos y el consumo de leche y queso, no se observaron asociaciones significativas en las adolescentes. En cambio, la situación difería bastante entre los adolescentes varones, respecto a los cuales se extrajeron conclusiones bastante interesantes, especialmente para el yogur. El mayor consumo de yogur, de los 12 a los 17 años, conducía a una mayor puntuación en el bienestar mental y la calidad general. En concreto, los chicos que presentaban el mayor consumo de yogur, comparados con lo que menos lo consumían, obtenían puntuaciones incluso más altas, si mantenían el elevado consumo de yogur durante la adolescencia, de los 12 a los 17 años, pero solo en las puntuaciones de rendimiento escolar y salud psicosocial.

Sin embargo, puesto que el estudio era observacional, no es posible establecer una naturaleza causal. Asimismo, han quedado algunas preguntas por resolver, en especial el mecanismo de acción del yogur en los varones o por qué no se observa una asociación significativa en las chicas. Por tanto, es necesario confirmar y aclarar estos hallazgos en el futuro, pero sin duda son bastante prometedores.

Para obtener más información, consulta el artículo original.

Fuentes:

1) Wu et al., Public Health Nutrition 2011; 15:75–81

2) Gopinath et al., Journal of American College of Nutrition 2016; 35 : 522-558.
This article was firstly reviewed in Dairygood.org

Con una comprensión integral de todoss datos científicos que se están acumulando en este ámbito, los profesionales sanitarios pueden desempeñar un importante papel para derribar los mitos que rodean a los productos lácteos. Pese a que sus beneficios para la salud están bien acreditados , algunas personas los evitan en su dieta ya que creen que pueden resultarles nocivos, por ejemplo, por consideraciones sobre la gestión de peso o intolerancia a la lactosa. Este comentario del Belgian Bone Club y la ESCEO (Sociedad Europea sobre los Aspectos Clínicos y Económicos de la Osteoporosis, la Osteoartritis y las Enfermedades Musculoesqueléticas)  se basa en los datos más consistentes de los que se dispone, consultando las publicaciones más recientes posibles.

Los lácteos, fuente de nutrientes clave

Los productos lácteos, que forman parte de las recomendaciones nutricionales oficiales de muchos países de todo el planeta, aportan un paquete de nutrientes clave difíciles de obtener en dietas con ausencia o baja presencia de lácteos, como las dietasveganas o con restricción de lacteos. Además de incluir calcio con una alta tasa de absorción y disponibilidad, los autores indican que los lácteos proporcionan más calcio, proteína, magnesio, potasio, zinc y fósforo por caloría que cualquier otro alimento habitual de la dieta del adulto. El informe señala que, si se excluyen los lácteos de la dieta, son el calcio, el potasio y el magnesio los nutrientes que más riesgo corren.

Hasta tres raciones al día son seguras

Serge Rozenberg et al. afirman que puede haber una relación débil entre el consumo de lácteos y una pequeña reducción potencial de peso, con disminuciones de masa grasa y perímetro de la cintura e incrementos de masa corporal magra. Especifican que tanto el yogur como los quesos de pasta dura se toleran bien, por lo que las personas intolerantes a la lactosa pueden no tener necesidad de eliminar completamente los lácteos de su dieta. Con respecto a la creencia de que eliminar los lácteos sería conveniente con respecto a la artritis, afirman que no hay evidencia de que evitar el consumo de lácteos tenga beneficios. Concluyen que la toma de hasta tres raciones de lácteos al día parece segura y podría aportar beneficios positivos para la salud de los huesos. Más información en el artículo original.

Fuente : Rozenberg et al. Calcified Tissue International. 2016; 98: 1–17.

Referencias

1. Wang H, Troy LM, Rogers GT, et al. Int J Obes (Lond) 2014;38(2):299-305.

2. Martinez-Gonzalez MA, Sayon-Orea C, Ruiz-Canela M, et al. Nutr Metab Cardiovasc Dis 2014 Jun 15. pii: S0939-4753(14)00197-5.

3. Aune D, Norat T, Romundstad P, et al. Am J Clin Nutr 2013;98(4):1066-83.

4. O’Connor LM, Lentjes MA, Luben RN, et al. Diabetologia 2014;57(5):909-17.

5. Bel-Serrat S, Mouratidou T, Jiménez-Pavón D, et al. Pediatr Obes 2014;9(5):401-410.

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El objetivo de este estudio de Mistura fue comparar la calidad de la dieta de los consumidores de yogur con la de quienes no consumen este producto, respecto a una ingesta de alimentos y nutrientes adecuada, mediante un índice de calidad de la dieta para la población italiana adulta y anciana.

PANDiet: índice de probabilidad de una ingesta adecuada de nutrientes

La calidad de la dieta de los consumidores de yogur y de quienes no consumen este producto fue evaluada aplicando el índice PANDiet. Este índice refleja la calidad de la dieta, se puede adaptar para utilizarse en diferentes países y es relevante tanto a nivel poblacional como individual. Comprende probabilidades de una ingesta adecuada para 24 nutrientes.

Una mejor calidad de la dieta

Los resultados generales señalaron que los consumidores de yogur presentaban un consumo medio de energía, calcio y un porcentaje de energía procedente de azúcares totales significativamente superiores; mientras que el porcentaje medio de energía procedente de grasas, totales y saturadas, y carbohidratos era bastante inferior que en los que no consumían este producto. Los investigadores hallaron que, en Italia, los adultos y ancianos que consumían yogur tenían una mayor puntuación del PANDiet para la ingesta de nutrientes como la fibra, la vitamina D, el zinc o el hierro, entre otros. Sin embargo, observaron que la mayor variación de porcentajes entre los consumidores y los no consumidores de yogur se encontraba en el calcio (un 34 % superior en los consumidores de yogur), el potasio (un 33 %) y la riboflavina (un 22 %).

Fuentes: Mistura L et al. Int J Food Sci Nutr. 2016 May;67(3):232-8. doi: 10.3109/09637486.2016.1150436. Epub 2016 Feb 24.

Según estudios anteriores, el consumo de productos lácteos suele estar asociado a una mejor salud. Asimismo, estudios observacionales han demostrado que el consumo de productos lácteos es inversamente proporcional a la incidencia de diversas enfermedades cardiometabólicas. En este sentido, el yogur es un producto especialmente interesante gracias a sus cultivos bacterianos activos añadidos, su alto contenido en proteínas, y sus vitaminas y minerales como el calcio, el magnesio, el potasio, el fósforo y la vitamina D.

La pauta alimentaria prudente frente a la occidental

Este estudio analizó si el consumo de yogur está asociado a unas pautas alimentarias más saludables y a un mejor perfil de riesgo cardiometabólico entre personas sanas.

Para ello, aplicaron un cuestionario sobre los hábitos alimentarios de 91 ítems a 664 personas que participaron en el estudio de INFOGENE. Las medidas antropométricas ayudaron a clasificar a las personas según su IMC, y se recogieron muestras de sangre para conocer los niveles de lípidos de los participantes (colesterol, triglicéridos, HDL y LDL), así como sus niveles de glucosa e insulina en ayunas.

Tras el análisis, se seleccionaron dos pautas alimentarias: la prudente y la occidental. El yogur formaba parte de la pauta alimentaria prudente, que también se caracteriza por un mayor consumo de verduras, frutas, frutos secos, grasas no hidrogenadas, yogur y legumbres, así como pescado y marisco, mientras que la occidental se caracterizaba por un mayor consumo de fritos, condimentos, carnes procesadas, cereales refinados, tentempiés, carne roja, pizza, cerveza, productos lácteos con un alto contenido en grasas (como helado, queso, leche entera o nata), refrescos convencionales, mayonesa y licores fuertes.

El yogur:  un elemento clave de la pauta alimentaria prudente y una alimentación saludable

El yogur contribuye significativamente a una pauta alimentaria prudente. Además, el consumo de yogur está asociado a un peso corporal, una proporción de la cintura a la cadera y un perímetro de la cintura menores, así como a un menor IMC. Los consumidores de este producto presentan niveles más bajos de insulina y colesterol total en ayunas. Asimismo, estos obtuvieron una puntuación media positiva en la pauta alimentaria prudente, mientras que se observó la tendencia opuesta entre las personas que no consumían este producto. Las personas con sobrepeso u obesidad que consumían yogur mostraron un perfil cardiometabólico más favorable, caracterizado por niveles de insulina y triglicéridos en el plasma más bajos, comparados con aquellas que no consumían este producto en el mismo rango de IMC.

Fuentes:

Cormier H, Thifault É, Garneau V, Tremblay A, Drapeau V, Pérusse L, Vohl MC^.. Association between yogurt consumption, dietary patterns, and cardio-metabolic risk factors. Eur J Nutr 2016, Vol 55(2), pp. 577-87.

El objetivo de este estudio, llevado a cabo por científicos franceses del Instituto Pasteur y del centro de investigación del Hospital de Toulouse, fue determinar si los consumidores de productos lácteos frescos tenían unos hábitos nutricionales y alimenticios específicos. Con este fin, analizaron los registros alimenticios de 986 adultos que participaron en el estudio de la CCAF* de 2010 en Francia. Para ello, los dividieron en cuatro grupos en función de su nivel de consumo de productos lácteos frescos. Aquellos que consumían muchos productos lácteos frescos fueron definidos como «personas que consumían más de 6 raciones de PLF a la semana» (1 ración de PLF = 125 g de yogur o 100 g de queso blanco).

Unos hábitos alimentarios e ingestas nutricionales más favorables entre los consumidores de productos lácteos frescos

Se observaron mayores puntuaciones en la calidad de la dieta y un mejor cumplimiento de las recomendaciones alimenticias francesas en las personas que presentaban un mayor consumo de productos lácteos frescos. De hecho, estas tomaban más fruta, pescado, verduras, frutos secos, agua y fibra, y menos alcohol. Además, presentaban una mejor ingesta de 11 micronutrientes, incluidos algunos que no están muy presentes en este tipo de productos, como la vitamina C y la vitamina B9.

Además, estos mejores hábitos alimentarios, junto con la calidad intrínseca de los productos lácteos frescos, incluidos los cultivos probióticos del yogur, podrían contribuir a los beneficios de estos productos en la salud.

*CCAF: «Comportements et Consommations Alimentaires en France», estudio realizado por el CREDOC (París).

Fuentes:

Lecerf, J.M. et al., Who are fresh dairy products consumers ? Analysis of their dietary and nutritional profiles, Nutrition clinique et métabolisme 2015, pg. 1-29.