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09 Abr 2018
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Dietas saludables Niños

El consumo de yogur se asocia a un mayor aporte de nutrientes, una mejor calidad de la dieta y perfiles metabólicos favorables en la infancia

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Los niños que consumen yogur con frecuencia podrían recibir una alimentación más saludable y tener perfiles metabólicos mejores que los que no toman yogur, de acuerdo con este estudio. La inclusión del yogur en la dieta infantil quizá constituya una excelente manera de reforzar el aporte de algunos nutrientes esenciales, en particular de calcio, magnesio, yodo y riboflavina, afirman los autores.

El consumo de yogur ya se ha asociado con un mayor aporte de nutrientes y una mejoría en la calidad de la dieta y los perfiles metabólicos de los adultos pero, hasta la fecha, este tipo de asociaciones apenas se habían estudiado en la infancia.

En este estudio se analizaron los datos del National Diet and Nutrition Survey del Reino Unido, que incluía a 1687 niños de dos grupos etarios: 4-10 años y 11-18 años. El consumo infantil de yogur se evaluó a través de un diario dietético llevado durante 4 días consecutivos. La calidad de la dieta se calculó con el Healthy Eating Index (HEI, índice de alimentación saludable) de 2010 y los perfiles metabólicos se midieron a través de diversas variables.

El yogur parece gozar de más popularidad entre los niños pequeños que entre los adolescentes

Los resultados revelaron que los niños pequeños tenían más posibilidad de tomar yogur que los adolescentes. De ahí que el 62 % de los niños de 4-10 años y el 31 % de los de 11-18 años consumieran yogur, como se reflejó en el registro dietético de 4 días. Se dividió a estos niños en grupos según la cantidad de yogur que consumían. Se definió a los niños como no consumidores si no habían tomado ningún yogur durante los 4 días o durante el período de cumplimentación del diario.

El consumo de yogur se asoció a un mejor aporte e idoneidad de los nutrientes

Los niños que más yogur consumieron (media de 98 g de yogur/día para los de 4-10 años y de 105 g/día para los de 11-18 años) presentaron un aporte mayor de ciertos nutrientes —en particular, calcio, yodo y riboflavina— que los que no habían tomado yogur.

Las dietas que no alcanzaron la ingesta mínima recomendada (LRNI) de una amplia variedad de nutrientes, como riboflavina, calcio, yodo y potasio se dieron más entre los no consumidores que entre los que más yogur consumían. Asimismo, entre los no consumidores se apreciaron más carencias de vitamina A, zinc, vitamina B12 y vitamina C que entre los consumidores intensos de yogur.

Como el yogur es una fuente abundante de varios de estos nutrientes, es probable que el mayor consumo de yogur hubiera contribuido a un aumento del aporte de nutrientes y a su idoneidad, en opinión de los autores. Estos datos también se podrían deber a que estos niños tenían una mejor calidad dietética global que los no consumidores, como lo reflejaron las puntuaciones HEI 2010.

El consumo de yogur se asoció con una dieta de mayor calidad

En este estudio, los niños de 4-10 años que consumían mucho yogur tomaban menos grasa, carne procesada, pasteles y bollos y más pescado, galletas y cereales ricos en fibra para el desayuno, en comparación con los no consumidores de yogur. Dentro del grupo de mayor edad, el consumo más intenso de yogur se asoció a dietas que contenían menos carne procesada y pan blanco así como más pan y cereales ricos en fibra, pescado, frutas y vegetales.

El consumo de yogur se asoció a un mejor perfil metabólico

Los niños de 4-10 años que consumieron más yogur tenían una presión diferencial más baja que los no consumidores. Dentro del grupo de más edad, los consumidores intensos de yogur mostraron concentraciones más bajas de HbA1c (hemoglobina glicada, indicador de los valores de glucemia en los 2-3 últimos meses) que los no consumidores y, además, eran más bajos y tenían un perímetro más reducido de la cadera que los no consumidores. Estos datos se corresponden con investigaciones previas, según las cuales el consumo de yogur se asociaba con concentraciones más bajas de insulina en ayunas.

A pesar de que los niños que tomaban más yogur recibían un aporte mayor de energía total y de azúcar, el peso corporal o el índice de masa corporal no varió respecto de los valores de los no consumidores. Sin embargo, los autores no pudieron controlar la actividad física en este estudio.

Se necesitan más estudios sobre los efectos del consumo de yogur en la salud cardiometabólica, concluyen los autores.

 

Fuente: Hobbs DA, Givens DI, Lovegrove JA. Yogurt consumption is associated with higher nutrient intake, diet quality and favourable metabolic profile in children: a cross-sectional analysis using data from years 1-4 of the National diet and Nutrition Survey, UK. Eur J Nutr. 2018 Jan 12.

26 Mar 2018
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Beneficios para la salud Los beneficios de la fermentación

Han pasado ya 100 años… y los beneficios del yogur para la salud se siguen aún investigando en su totalidad

alimentos fermentados fermentación fermentos probiotic probióticos productos lácteos fermentados yogur yogurt
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El yogur y otros productos lácteos fermentados proporcionan una serie de beneficios reconocidos para la salud y es muy probable que se sigan investigando otros efectos saludables y atractivos del yogur. En los últimos 100 años, estos productos se han difundido gracias a los avances en los conocimientos científicos y los métodos de producción y se ha mejorado su caducidad y seguridad, dicen los autores de esta revisión.

Los productos lácteos fermentados son el yogur, la crema y las salsas agrias, el suero de leche fermentada, la leche acidófila y el kéfir. La popularidad del yogur, consumido durante milenios en el Oriente Próximo y en Asia, ha aumentado muchísimo en el mundo occidental durante los últimos 60 años. Los autores de esta revisión ofrecen un relato extenso de los avances científicos y tecnológicos, sobre todo en la producción de yogur, que han permitido ofrecer los productos que disfrutamos en la actualidad.

El consumo de yogur empezó a aumentar en la década de 1960

Antes de los años 60, el yogur solo se vendía en algunas tiendas de comestibles o alimentos sanos en los países occidentales. Hoy podemos encontrar múltiples tipos de yogur, natural, con aroma de frutas, batido, con cereales, bebible, congelado o griego, y lo único que varía es el contenido de grasa.

Las dietas pobres en grasas se empezaron a generalizar, tras las recomendaciones pertinentes, en las décadas de 1980 y 1990 y posteriores; a partir de ese momento, la mayoría de los yogures eran desnatados o con un contenido bajo de grasa. Desde hace poco tiempo, la evidencia revela que el aporte de una cantidad mayor de grasa láctea saturada conlleva un menor riesgo de cardiopatías. Por eso, se están multiplicando las ventas de los yogures enteros.

Los ingredientes añadidos al yogur lo hacen más apetitoso

El yogur es un producto lácteo fermentado que contiene dos bacterias lácticas, Streptococcus thermophilus y Lactobacillus bulgaricus. Estos cultivos iniciales fermentan la lactosa (azúcar de la leche) para dar ácido láctico. El aumento en la acidez transforma la leche en un gel blando. Al yogur se le pueden añadir diversos ingredientes para mejorar su textura y su sabor.

La mayoría de los yogures actuales se edulcoran con azúcar u otros edulcorantes y pueden contener fruta, que los hace más apetitosos para el consumidor. La adición de leche sólida —a menudo, en forma de leche en polvo o estabilizantes como almidón modificado o pectina— otorga una textura más espera y dura al yogur, impide la separación del suero de la leche y facilita la suspensión de la fruta.

Las técnicas avanzadas de producción, como la ultrafiltración y los tratamientos con calor y presión, han permitido reducir la necesidad de estabilizantes y espesantes y mejorado la seguridad y caducidad de los yogures.

Probióticos y beneficios del yogur para la salud

Entre los múltiples beneficios del yogur para la salud se encuentran estos:

  • mejora de la función intestinal y refuerzo de la inmunidad
  • alto contenido de vitamina A y D, en comparación con la leche
  • idoneidad para personas con intolerancia a la lactosa, debido al contenido reducido de lactosa derivado de la fermentación
  • contenido reducido de colesterol
  • riesgo reducido de obesidad y síndrome metabólico
  • presión arterial reducida de los pacientes hipertensos mayores
  • menor colonización/infección por levaduras en las mujeres

Los cultivos probióticos, como las especies Lactobacillus acidophilus y Bifidobacteria, se suelen añadir al yogur y esto refuerza muchos de sus beneficios para la salud. Los efectos de los productos lácteos que contienen probióticos sobre la microbiota que habita el tubo digestivo y su posible impacto en la salud posiblemente constituyan un área importante de investigación futura. Así, los datos preliminares indican que la incorporación de microorganismos al yogur altera el microbioma gastrointestinal y puede contribuir a aliviar la depresión y las anomalías conductuales.

Para más información, lea el artículo original.

Fuente: Aryana KJ, Olson DW. A 100-year review: yogurt and other cultured dairy products. J Dairy Sci. 2017;100(12):9987-10013.

 

22 Mar 2018
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Intolerancia a la lactosa Preguntas sobre la intolerancia a la lactosa Publicaciones

Intolerancia a la lactosa, ¿qué riesgos?, ¿qué síntomas?, ¿qué solución?

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Eliminar los lácteos puede provocar deficiencias de nutrientes

La mal digestión de lactosa en sí no tiene consecuencias directas sobre la salud. Afecta a la mayor parte de la población mundial; es un proceso normal, que normalmente pasa inadvertido. Por el contrario, la intolerancia a la lactosa, que produce uno o muchos síntomas como inflamación, diarrea y flatulencia, sí puede afectar a la calidad vida, aunque tampoco tiene consecuencias directas sobre la salud.

Sin embargo, puesto que la intolerancia a la lactosa auto-diagnosticada o incluso diagnosticada puede dar lugar a limitar o evitar de manera infundada el consumo de lácteos, la intolerancia a la lactosa puede provocar deficiencias de nutrientes, como por ejemplo baja ingesta de calcio, que pueden producir efectos adversos para la salud. (23, 24, 28-30)

calcio

Recomendaciones nutricionales para los intolerantes a la lactosa

Para asegurar la ingesta diaria recomendada de calcio, los intolerantes a la lactosa pueden consumir, otras formas de productos lácteos como quesos con bajo contenido de
lactosa o sin contenido de lactosa y, más específicamente, yogures que contengan bacterias vivas, que mejoran la digestión de la lactosa contenida en el yogur. (24, 32)

directrices-nutricionales

Los intolerantes a la lactosa también pueden consumir alimentos que contengan lactosa en pequeñas cantidades, de hasta 12 g (el equivalente a un cuenco de leche) de una vez o de hasta 24 g (el equivalente a dos cuencos de leche) preferiblemente en cantidades fraccionadas a lo largo del día, durante las comidas, sin que se desencadenen síntomas. (22, 33, 34)

El consumo regular de alimentos que contengan lactosa por parte de los mal digestores de lactosa podría incluso provocar la adaptación colónica de la microbiota intestinal y permitirles tolerar mejor la lactosa. (14)

Los alimentos sin lactosa o la eliminación total del consumo de lácteos solo son necesarios en los raros casos de bebés con deficiencia de lactasa congénita. (6)

Sin embargo, la eliminación de un tipo específico de alimento podría provocar desequilibrios nutricionales y tener consecuencias importantes para la salud.

*NMA (Asociación Médica Nacional), NIH (los Institutos Nacionales de Salud, encuadrados en el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos), EFSA (la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), WGO (la Organización Mundial de Gastroenterología) y FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación).

Fuentes:

6. Vandenplas, Y et al. Asia Pac J Clin Nutr 2015;24 Suppl 1:S9-13.
14. Szilagyi, A. Nutrients 2015;7:6751-79.
22. Suarez, FL et al. N Engl J Med 1995;333:1-4.
23. Suarez, FL et al. Am. J. Clin. Nutr., 1997, 65 1502-6.
24. Suchy, FJ et al. NIH Consens State Sci Statements 2010;27:1-27.
28. Black, RE et al. Am J Clin Nutr 2002;76:675-80.
29. Heaney, RP. J Am Coll Nutr 2000;19:83S-99S.
30. Heaney, RP. J Am Coll Nutr 2009;28 Suppl 1:82S-90S.
31. EFSA Panel on Dietetic Products, EFSA Journal 2010;8.
32. 31. EFSA Panel on Dietetic Products, EFSA Journal 2010;8.
33. Bailey, RK et al. J Natl Med Assoc 2013;105:112-27.
34. EFSA Panel on Dietetic Products, EFSA Journal 2010;8.
36. WGO. World Digestive Health Day. 10 global diet and lifestyle tips on how to improve digestive health. May 29, 2012.
37. Muehlho, E et al. Milk and products in human nutrition, 2013.

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12 Mar 2018
4 min de lectura
Beneficios medioambientales Beneficios para la salud

Los productos lácteos son ricos en nutrientes, asequibles y apetitosos

cost dairy densidad de nutrientes Nutrient density Producto lácteo requerimientos nutricionales sostenibilidad yogur
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Garantizar la sostenibilidad de la alimentación humana a las futuras generaciones exige alimentos y patrones alimentarios ricos en nutrientes, asequibles, aceptables para las diferentes culturas y respetuosos con los recursos naturales y el ambiente. La leche, el yogur y otros productos lácteos cumplen muchos de estos requisitos.    

Cuando se examina la sostenibilidad de los alimentos y patrones alimentarios hay que analizar aspectos como la nutrición, la economía, la sociedad y el ambiente. A veces, se produce un conflicto entre ellos y hay que establecer soluciones intermedias, afirma el autor de este artículo. Así, lo que resulta más saludable para las personas podría no serlo para el ambiente, y viceversa.

Aplicando distintas medidas de sostenibilidad, el autor explica qué alimentos y patrones alimentarios proporcionan más ventajas.

Los productos lácteos son ricos en nutrientes y tienen una densidad energética baja

Los alimentos con densidad energética tienen más calorías que nutrientes, mientras que los alimentos ricos en nutrientes poseen más nutrientes que calorías. La calificación de los nutrientes se mide por su contenido en proteínas, fibras, vitaminas (A, C y E), calcio, hierro, potasio y magnesio. La grasa saturada, los azúcares añadidos y el sodio son nutrientes que requieren limitación. Sin embargo, el estado de la grasa saturada podría cambiar a la luz de estudios recientes, según los cuales los ácidos grasos lácteos saturados no aumentan el riesgo de cardiopatías o ictus.

Los alimentos provenientes de los animales poseen una relación mayor entre proteínas y calorías (densidad proteínica) que los vegetales.

La leche y los productos lácteos, incluido el yogur, aportan relativamente más nutrientes —en particular, proteínas y calcio— que calorías. Los productos lácteos representan una fuente importante de diversos micronutrientes, como calcio, fósforo, magnesio, zinc, yodo, potasio y vitaminas A, D, B2 y B12. La leche desnatada y el yogur desnatado contienen una densidad de nutrientes especialmente alta. El queso es rico en proteínas y calcio, pero su densidad de nutrientes es más baja debido a su contenido en sodio y grasa saturada.

Los productos lácteos son más baratos que la carne y gozan de más aceptación

No es fácil aportar alimentos nutritivos con un coste bajo. Los alimentos ricos en nutrientes (p. ej., carnes, aves, pescado, productos lácteos) suelen ser más caros que los alimentos con densidad energética (p. ej., cereales, dulces, chocolates, grasas y aceites).

La leche y los productos lácteos cuestan menos que la carne, las aves o el pescado. Además de aportar proteínas de gran calidad, la leche y los productos lácteos satisfacen los requerimientos de calcio de manera más barata que cualquier otro grupo alimentario.

Los patrones alimentarios globales están cambiando de las proteínas vegetales a las animales. La tradición, la religión y la cultura influyen en la elección de los alimentos, sobre todo de las fuentes de proteína. La leche y los productos lácteos se prefieren, en algunos países, como fuente de proteínas a la carne.

La industria láctea moderna desea reducir la huella de carbono

La producción, la distribución y el almacenamiento de los alimentos crean emisiones de gases con efecto invernadero. Los alimentos vegetales poseen un menor impacto ambiental que los animales (sobre la base de la unidad de peso) pero, en contrapartida, su densidad de nutrientes es menor.

El impacto ambiental de la industria láctea se debe sopesar frente a la elevada densidad de nutrientes de la leche, el yogur y el queso, en comparación con los alimentos vegetales, concluye el autor.

Para más información, lea el artículo original.

Fuente: Drewnowski A. Measures and metrics of sustainable diets with a focus on milk, yogurt, and dairy products. Nutr Rev. 2018;76(1):21-8.

01 Mar 2018
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Intolerancia a la lactosa Publicaciones

El diagnóstico de intolerancia a la lactosa

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auto-diagnosticarse-intolerancia-lactosa

La manera correcta de diagnosticar la intolerancia a la lactosa, denominada la prueba de hidrógeno en el aliento, consiste en medir en el aire exhalado el hidrógeno producido por la microbiota intestinal después del consumo de una dosis de lactosa estándar (normalmente de 20 a 50 g). Este diagnóstico debe efectuarse bajo control médico. (20) El diagnóstico solo es completo cuando se producen uno o más de los siguientes síntomas: in amación, diarrea y atulencia. En algunos pacientes, esta prueba puede mejorarse mediante la medición simultánea de metano. (21)

diagnostico-intolerancia-lactosa

Un auténtico diagnóstico médico es especialmente importante, ya que cuando se efectúa solo se con rman el 50% de los auto-diagnósticos de intolerancia a la lactosa. (20, 22, 23) Además, la intolerancia a la lactosa percibida e incluso diagnosticada es una de las razones para limitar o evitar el consumo de lácteos, lo que podría producir posibles de ciencias de nutrientes y consecuencias para la salud. (24)

intolerancia-alergia

 

Fuentes:

 20. Marteau, A et al. Cahiers de nutrition et de diététique 2005;40:20-23.

21. Hermans, MM et al. Am J Gastroenterol 1997;92:981-4.

22. Suarez, FL et al. N Engl J Med 1995;333:1-4.

23. Suarez, FL et al. Am. J. Clin. Nutr., 1997, 65 1502-6.

24. Suchy, FJ et al. NIH Consens State Sci Statements 2010;27:1-27.

25. Crittenden, RG et al. J Am Coll Nutr 2005;24:582S-91S.

26. Luyt, D et al. Clin Exp Allergy 2014;44:642-72.

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22 Feb 2018
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Intolerancia a la lactosa Publicaciones

La actividad de la lactasa

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Durante la digestión, en el intestino la lactasa descompone normalmente la lactosa en glucosa y galactosa. Esta enzima se encuentra en las microvellosidades de la membrana apical de los enterocitos, las células absortivas del intestino delgado. La lactasa, codi cada por el gen LCT, se vuelve normalmente menos activa con la edad. (11) En la de ciencia de lactasa congénita, un trastorno genético extremadamente raro (afecta a menos de 50 pacientes en el mundo, en su mayor parte en Finlandia), la actividad de la lactasa presenta una reducción drástica o simplemente no existe.1 Los niños afectados por esta enfermedad pueden experimentar síntomas como náuseas, in amación, calambres abdominales, vómitos, atulencia, diarrea, deshidratación, heces blandas, acidosis metabólica, presencia de lactosa en la orina y abdomen distendido. Estos niños deben evitar la lactosa por completo. (6, 12)

En la población normal, la actividad de la lactasa alcanza su nivel máximo en el momento del parto y comienza a disminuir después del destete hasta alcanzar menos del 10% del nivel previo al destete. Esta reducción normal se denomina no persistencia de lactasa.

Es más común en las personas de ascendencia asiática, africana, sudamericana, de Europa meridional y aborígenes australianos.
Sin embargo, en algunas poblaciones de ascendencia noreuropea (Escandinavia, las Islas Británicas y Alemania), que siguen consumiendo productos lácteos durante la edad adulta, la actividad de la lactasa se mantiene en la mayoría de las personas.

Fig 3 Mapa mundial de la no persistencia de lactasa

Mal digestión de lactosa e intolerancia a la lactosa, dos trastornos diferentes

En el caso de la actividad reducida de la lactasa, parte de la lactosa no se digiere. Esta situación se denomina mal digestión de lactosa. La lactosa no digerida entra en el colon, donde es digerida por
la macrobiota residente. En la mayoría de las personas, esta mal digestión de lactosa produce pocos o ningún síntoma.

Figura 4 Mal digestion de lactosa
transito-intestinal

Sin embargo, estos síntomas pueden producirse por otras razones y no son especí cos de la intolerancia a la lactosa. Pueden observarse en algunas disfunciones gastrointestinales, como por ejemplo el síndrome del intestino irritable, enfermedades in amatorias intestinales (enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa) e intolerancia a los FODMAP (oligo, di y monosacáridos fermentables y polioles por sus siglas en inglés, que son carbohidratos de cadena corta que se absorben mal en el intestino delgado). Factores psicológicos como la ansiedad somática, el estrés y la depresión también pueden provocar la ocurrencia de estos síntomas. (15-18)

La malabsorción de lactosa también puede producirse temporalmente en caso de diarrea infecciosa, malnutrición, radioterapia, daños de la mucosa debido a la enfermedad celíaca o el uso de algunos fármacos, y puede dar lugar a síntomas similares. (19)

Así pues, la presencia de los síntomas intestinales antes mencionados no tiene porqué llevar sistemáticamente a un diagnóstico correcto de intolerancia a la lactosa.

Fuentes:

1. Misselwitz, B et al. United European Gastroenterol J 2013;1:151-9.

6. Vandenplas, Y. Asia Pac J Clin Nutr 2015;24 Suppl 1:S9-13.

11. Szilagyi, A. Can J Gastroenterol Hepatol 2015;29:149-56.

12. Swallow, DM. Annu Rev Genet 2003;37:197-219.

13. Adolfsson, O et al. Am J Clin Nutr 2004;80:245-56.

14. Szilagyi, A. Nutrients 2015;7:6751-79.

15. Deng, Y et al. Nutrients 2015;7:8020-35.

18. Ledochowski, M et al. Dig Dis Sci 1998;43:2513-7.

19. Usai-Satta, P et al. World J Gastrointest Pharmacol Ther 2012;3:29-33.

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22 Feb 2018
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Personas mayores Salud ósea

El consumo de yogur en personas mayores de 60 se asocia con unos huesos más sanos y una mejor función física

bone huesos nutrients osteoporosis yogurt
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Fomentar el consumo de más yogures en personas mayores podría resultar una estrategia valiosa de salud pública para mantener unos huesos fuertes, afirman los autores de  este amplio estudio irlandés. Los resultados revelaron que, entre las personas mayores, quienes tomaban yogur con más frecuencia solían presentar menos debilidad y una mejor función física que los que consumían muy poco yogur.

Los huesos débiles y frágiles son característicos de la osteoporosis, un trastorno cada vez más frecuente en el mundo. En la Unión Europea, la osteoporosis, con el riesgo consiguiente de fractura ósea,  afecta al 21 % de las mujeres y al 6 % de los hombres de 50-84 años.

Los productos lácteos se encuentran entre las fuentes más abundantes de nutrientes relevantes para la salud de los huesos, como proteínas, calcio, magnesio y vitamina B. En estudios previos se ha comprobado que el consumo de lácteos se relaciona de manera positiva con la salud ósea.

En este estudio, los autores examinaron la relación entre el consumo de yogur y la densidad mineral ósea (DMO), los biomarcadores de salud ósea y la función física. Se analizaron los datos de 4310 personas mayores de 60 años que habían participado en el estudio de cohortes de envejecimiento del Departamento de Agricultura de Trinity, Ulster (TUDA).

Los consumidores de muchos yogures tienen huesos más fuertes

Entre las mujeres del estudio, aquellas que consumían yogur con frecuencia (más de un yogur al día) tenían unos huesos más fuertes; la DMO total de la cadera y del cuello femoral se situaba un 3,1-3,9 % por encima de la de aquellas que rara vez o nunca tomaban yogur (menos de una vez por semana).

Entre los hombres, los que consumían mucho yogur mostraban una concentración media de vitamina D un 12,9 % más alta que la de los no consumidores, y la cifra de Trap 5b, un marcador del número de osteoclastos (las células de los huesos que contribuyen a mantener y reparar el hueso), resultó un 9,5 % más baja.

La función física se asocia al consumo de yogur

Comparadas con las mujeres que no consumen yogur, aquellas que lo toman con frecuencia alcanzaron una puntuación TUG, es decir, del tiempo que se tarda en levantarse de una silla, caminar 3 metros, retroceder y volverse a sentar, más baja. El TUG es una medida de la movilidad y las puntuaciones peores se asocian a una mayor debilidad de la musculatura y del equilibrio, factores de riesgo ambos para las caídas de las personas mayores.

El riesgo de osteoporosis se puede reducir en más de un tercio

Aplicando una modelación estadística, los autores detectaron que, si se incrementa el consumo de yogur, se puede predecir de manera significativa la salud ósea. Cada incremento en una porción semanal de yogur se asoció a un descenso del 39 % en el riesgo de osteoporosis femenina y del 52 % en el de osteoporosis masculina.

Los beneficios del yogur destacan entre todos los productos lácteos

Cuando se analizaron otros tipos de productos lácteos (leche y quesos), los autores descubrieron que los biomarcadores óseos y la DMO se asemejaban, al margen de la frecuencia con la que los participantes bebieran leche; sin embargo, las puntuaciones TUG resultaron más bajas entre los que no tomaban leche, comparados con los que la consumían en gran cantidad. La frecuencia de aporte de queso no ocasionó diferencias significativas con ninguna de las mediciones efectuadas.

De acuerdo con los autores, la posibilidad de que el yogur fomente la fortaleza de los huesos y la función física podría deberse a su mezcla singular de macro y micronutrientes con compuestos bioactivos. El yogur contiene altas concentraciones de vitaminas y minerales que estimulan los huesos y que se han asociado a un descenso de la fragilidad. Además, contiene proteínas, péptidos bioactivos y biocultivos que podrían contribuir a mantener los huesos y los músculos sanos durante el envejecimiento.

Los autores destacan que, si se confirman estos resultados, el incremento en el consumo de yogur podría representar una estrategia de bajo coste y riesgo relativamente reducido para mejorar la salud de los huesos, combinada con el tratamiento farmacológico.

Si desea más información, lea el artículo original.

Fuente: Laird E, Molloy AM, McNulty H y cols. Greater yogurt consumption is associated with increased bone mineral density and physical function in older adults. Osteoporos Int. 2017;28(8):2409-2419.

15 Feb 2018
3 min de lectura
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La lactosa como un nutriente

lactase lactosa lactose lactose intolerance microbiota nutriente WGO
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La lactosa es el principal azúcar (o carbohidrato) presente de manera natural, en diversas cantidades, en la leche y en los productos lácteos.

figura-1 cantidad promedio de lactosa en productos lacteos habituales

La lactasa, una enzima presente en el intestino delgado, es necesaria para descomponer la lactosa en glucosa y galactosa, dos azúcares simples.

figura-2 digestion de la lactosa en el intestino

La glucosa es la fuente de energía principal del cuerpo y puede encontrarse en varios tipos de alimentos.

Por otra parte, la lactosa es la única fuente de galactosa en los seres vivos. Es un componente de varias macromoléculas (cerebrósidos, gangliósidos y mucoproteínas). La galactosa desempeña diversas funciones biológicas e interviene en los procesos neuronales e inmunológicos. También es un componente de las moléculas presentes en las células sanguíneas que determinan grupos sanguíneos ABO. (2)

La lactosa, un nutriente esencial durante la infancia

La lactosa es un sustrato necesario, tal como demuestra la leche humana, que tiene un contenido de lactosa del 7,2%, y cubre hasta el 50% de las necesidades energéticas de un bebé, mientras que la leche de vaca solo contiene un 4,7% de lactosa y solo cubre hasta un 30% de las necesidades energéticas de un bebé. (3, 4)

La lactosa es un nutriente útil

Cuando la lactosa no se digiere en el intestino delgado, puede ser utilizada como un nutriente por la microbiota intestinal (la población de microorganismos que viven en el tracto digestivo). (5) Las bacterias producen su propia lactasa, lo que les permite digerir la lactosa. Como resultado de esta digestión se producen ácidos grasos de cadena corta (acetato, propionato, butirato) y gases (hidrógeno, dióxido de carbono, metano). Los ácidos grasos de cadena corta sirven de fuente de energía a nivel local para la microbiota intestinal y a nivel sistémico después de su absorción y su transporte al hígado. La lactosa no digerida y otros azúcares de la leche también contribuyen al crecimiento de las bi do- bacterias, un género de bacterias positivo para la salud. (6)

bifidobacterias probiotico prebiotico

De acuerdo con estudios más recientes, la lactosa también puede intervenir en la absorción del calcio y otros minerales, como por ejemplo el cobre y el cinc, especialmente durante la infancia. (9, 10)
Sin embargo se necesitan más estudios para con rmar esta hipótesis.

 Fuentes:

1. Misselwitz, B et al. United European Gastroenterol J 2013;1:151-9.

2. Lukito, W et al. Asia Pac J Clin Nutr 2015;24 Suppl 1:S1-8.

3. Vandenplas, Y Asia Pac J Clin Nutr 2015;24 Suppl 1:S9-13. 4.

4. Venema, K et al. International Dairy Journal 2012;22:123-40. 5.

5. He, T et al. Eur J Clin Invest 2008;38:541-7

6. Vandenplas, Y et al. Asia Pac J Clin Nutr 2015;24 Suppl 1:S9-13.

9. Kobayashi, A et al. Am J Clin Nutr 1975;28:681-3.

10. Ziegler, EE et al.  J Pediatr Gastroenterol Nutr 1983;2:288-94.

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08 Feb 2018
2 min de lectura
Beneficios para la salud Niños

El yogur contribuye poco al aporte de azúcar de los niños europeos

aporte de azúcar children consumo de azúcar ninos sugar yogurt
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El aporte excesivo de azúcar representa un problema de salud pública. Los alimentos edulcorados son los favoritos de los niños y estos los consumen en cantidades exageradas. Las dudas sobre si los alimentos lácteos edulcorados contribuyen a un aporte excesivo de azúcar son, en principio, equivocadas. En esta revisión se resumen los datos de diferentes países europeos; V. Azaïs-Braesco y cols. demuestran que la cantidad total de azúcares y los azúcares añadidos alcanzan valores altos, sobre todo, en la infancia. Sin embargo, los productos y las bebidas edulcoradas son los que más contribuyen a los azúcares añadidos; el yogur apenas contribuye.

Los niños toman demasiados azúcares añadidos

El aporte elevado de azúcar se asocia a un mayor riesgo de diversas enfermedades, como obesidad y trastornos metabólicos. Numerosos países se plantean medidas políticas o regulaciones de salud pública para combatir el aporte excesivo de azúcar, sobre todo, en la infancia. Los autores centraron su trabajo en los datos de 11 encuestas representativas de Europa. Los resultados pusieron de manifiesto que los niños consumen un total de azúcares (16-26 % del aporte energético total) algo mayor que los adultos (15-21 %). Los azúcares añadidos también representan un porcentaje mayor del aporte en la infancia (11-17 %) con respecto a la vida adulta (7-11 %).

El yogur aporta pocos azúcares

Así como más del 50 % del total de azúcares y el 66 % de los azúcares añadidos o azúcares extrínsecos a la leche (NME, por sus siglas en inglés)* de las dietas infantiles provienen de productos edulcorados (pasteles, dulces, etc.) y bebidas, el yogur solo aporta el 1–8 % del total de azúcares y el 4–9 % de los azúcares añadidos o NME, dependiendo del país.

* Los azúcares extrínsecos a la leche son: azúcar de mesa, miel, glucosa, fructosa y jarabes de glucosa, azúcares añadidos a los alimentos y azúcares de los zumos de fruta.

Para saber más, lea el artículo original.

Fuente: Azaïs-Braesco V y cols. Nutrition Journal 2017;16:6.

29 Ene 2018
3 min de lectura
Beneficios para la salud Los beneficios de la fermentación

¿Por qué los alimentos fermentados deberían estar representados en las guías de nutrición?

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Las guías de nutrición de todo el mundo se basan en métodos muy similares para presentar sus conceptos de patrón dietético “ideal” y ofrecer a los consumidores una selección de los grupos alimentarios recomendados. En esta revisión, Victoria Bell y cols. explican por qué los alimentos fermentados tradicionales y suplementados deberían constituir un nuevo foco de las recomendaciones dietéticas nacionales para adultos y niños.

Un punto de inflexión es aquel “en el que una serie de pequeños cambios o incidentes adquiere la significación suficiente para inducir cambios mayores e importantes”. Este término se basa en la idea de que el consumo de microbios vivos a través de alimentos fermentados debería recomendarse a través de los canales gubernamentales oficiales. Los alimentos fermentados se remontan a milenios atrás y representan una de las medidas más antiguas de la humanidad para conservar los alimentos.

¿Cuál es el estado actual de recomendaciones de las guías nutricionales?

A pesar de la enorme variación en la representación visual, las guías de nutrición de todo el mundo son bastante homogéneas a la hora de traducir los requerimientos nutricionales —en términos de nutrientes— en alimentos y grupos alimentarios para alcanzar una dieta equilibrada. Estas guías tienen en cuenta las diferencias culturales y también la seguridad de los alimentos. Sin embargo, los alimentos fermentados no aparecen sistemáticamente representados en estos modelos. Los alimentos y las bebidas fermentadas se lactofermentan con bacterias o levaduras naturales que generan ácido láctico. Los alimentos fermentados más populares son: yogur, queso, soja, judías, pescado, carne, col y chucrut. En esta revisión, los autores evaluaron las guías de nutrición de diversos países, verificaron su valor tradicional y cultural y determinaron cómo se encontraban representadas en los modelos.

Los alimentos fermentados pueden aportar beneficios para la salud

En su análisis, los investigadores se centraron en la importancia de un alimento fermentado habitual, el yogur, y observaron que algunos países incluyen el yogur (como parte de los productos lácteos) en sus guías dietéticas basadas en alimentos. Tal sucede con Suiza, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Australia, Japón, Suecia y Portugal. Aunque los alimentos fermentados y los probióticos formen parte de la dieta humana global desde hace mucho tiempo y puedan aportar ciertos beneficios para la salud, sigue existiendo incertidumbre en cuanto a su posición como categoría de las guías nacionales de alimentación. Esto podría explicarse por el sistema legal y por el hecho de que los beneficios de los alimentos fermentados para la salud no se han traducido ampliamente en su inclusión global dentro de la definición de alimento. Si bien los alimentos fermentados se consideran una bendición para el intestino, no solo mejoran la salud digestiva sino que también parecen ser beneficiosos frente a las alergias, ayudan a adelgazar y en la diabetes de tipo 2. Así pues, Bell y cols., concluyen que, conociendo sus beneficios generales, los alimentos fermentados tradicionales y suplementados, deberían incluirse en las recomendaciones diarias de la mayoría de las guías nacionales de nutrición.

Para saber más, lea el artículo original.

Fuente: Bell V et al. Foods 2017;6:65.