El yogur, un alimento rico en nutrientes

¿Cómo brindar una Atención Nutricional con enfoque interdisciplinario de calidad en la lucha contra la malnutrición?

YINI at FENS - can yogurt adresse malnutrition

Recientes investigaciones clínicas y epidemiológicas sugieren la influencia de nutrientes individuales que contribuyen a la prevención de enfermedades no transmisibles.

Dentro del marco de La 13a Conferencia Europea de Nutrición de la Federación de Sociedades Europeas de Nutrición (FENS) 2019, el Simposio Yogurt in Nutrition reunió a renombrados científicos de la nutrición para discutir el papel del yogurt para el abordaje de la desnutrición. En esta reseña que recoge las principales conclusiones de la conferencia, la dra Edna Judith Nava Gonzalez, Subdirectora General, FaSPyN, UANL reflexiona sobre la composición de las dietas, que no deben abordarse solo como un proceso bioquímico, ya que está fuertemente influenciada por el comportamiento humano y los factores ambientales.

En la actualidad existen varios enfoques dietéticos alternativos con resultados prometedores favorables para la población. La evaluación de los rasgos de la dieta correcta para México, es de acuerdo con los conocimientos reconocidos en la materia, que cumple con las necesidades específicas en las diferentes etapas de la vida, promueve en los niños el crecimiento y el desarrollo adecuados y en los adultos permite conservar o alcanzar el peso esperado para la talla y previene el desarrollo de enfermedades.

Las tendencias de las dietas saludables están enfocadas en patrones de alimentación, educar a la población, evaluar las preferencias alimentarias, las tradiciones culturales o regionales, la disponibilidad de alimentos, facilitar procesos de cambio para promover la adherencia y la motivación. Además, la dieta no puede abordarse solo como un proceso bioquímico, ya que está fuertemente influenciada por el comportamiento humano y los factores ambientales.

La actualización profesional es muy importante para los nutriólogos para brindar una Atención Nutricional con enfoque interdisciplinario de calidad, basado en el Proceso de Atención Nutricia y, eventos como el Simposio Yogurt in Nutrition YINI que se celebró en Dublin el 16 de octubre de 2019, brindan a los profesionales información de actualidad para la comunidad de nutricionistas. Este simposio reunió a renombrados científicos de la nutrición para discutir el papel del yogurt para el abordaje de la desnutrición.

La Dra Barbara J. Rolls (USA) investigadora de The Pennsylvania State University, University Park, estudia la caracterización de mecanismos que controlan la sed, así como el hambre, saciedad y obesidad. Sus investigaciones han demostrado cómo las características de los alimentos, así como la variedad, la densidad energética y el tamaño de las porciones pueden influir en la ingesta de energía a lo largo de la vida.

En su presentación, la Dra. Rolls centró el papel saciante del yogurt, lo comparó con otros alimentos y mencionó cuáles son las propiedades que afectan la saciedad y cómo podemos incorporar el yogurt para el control del peso.

Revisó algunos de los hallazgos sobre la saciedad que surgieron de los estudios con yogurt. Las teorías actuales incluyen los efectos del yogur sobre la absorción intestinal, la microbiota y la inflamación.

Después de este enfoque global realizado por la Dr. Rolls, el Pr. Angelo Tremblay, de la Universidad Laval en Quebec, mencionó el impacto del consumo de yogur más allá de la densidad de nutrientes.

El profesor Tremblay presentó datos de su experiencia en investigación y mencionó que el yogurt tiene una funcionalidad de matriz flexible que favorece el control del apetito. Demostró que los consumidores de yogurt tienen un perfil de glucosa e insulina en plasma más favorable que los no consumidores, incluso después de ajustar la densidad de nutrientes de los alimentos. Finalmente, propuso la idea de que el consumo de yogurt forma parte de un estilo de vida saludable, que contrarresta la malanutrición y promueve la salud metabólica.

El Pr. Frans Kok, director de la División de Nutrición Humana de la Universidad Wageningen University, demostró que los lácteos son parte de dietas sostenibles y que los productos lácteos en la dieta pueden satisfacer más fácilmente las necesidades nutricionales de la población que a través de alimentos de origen vegetal solamente. Los datos existentes muestran que una ingesta diaria de leche o equivalentes derivados todavía se ajusta a dietas sostenibles y saludables, con un interés especial para el yogurt debido a su riqueza en nutrientes, bajo contenido de grasa y sus fermentos.

En la práctica, el yogurt sigue siendo un alimento bajo en densidad energética. Por lo tanto, intercambiar alimentos ricos en energía con yogurt puede permitir disfrutar porciones más grandes o controlar las calorías, al tiempo que mejora la concentración de nutrientes de la dieta, con los efectos de nutrientes específicos como el calcio y las proteínas sobre el control del apetito, la glucemia y la alteración de la microbiota intestinal.

Se ha descubierto que el yogurt es más saciante que otros alimentos:

  • Los estudios con yogurt indican que puede mejorar la saciedad y reducir la ingesta de energía en el día.
  • El yogurt proporciona una serie de opciones ricas en nutrientes que pueden ser sustituidas por alimentos más densos en energía para controlar la ingesta.

Cuando los alimentos consumen rápidamente conducen a una alta ingesta y bajos efectos de saciedad, la razón es que estos alimentos solo proporcionan breves períodos de exposición sensorial, lo que le da al cuerpo humano señales insuficientes de saciedad (Graf & Kok, 2010).

La Dra. Rolls refirió que muchos factores influyen en cómo el yogurt afecta la saciedad y la ingesta, entre los cuales mencionó sus propiedades sensoriales, propiedades físicas, composición de macronutrimentos, que pueden disminuir la velocidad de alimentación y, por lo tanto, reducir la ingesta. La densidad de energía puede tener una influencia crítica en la saciación, la saciedad o la ingesta.

Puntos clave:

  • Varios estudios epidemiológicos y clínicos han sugerido un efecto beneficioso del consumo de yogurt en el control del peso corporal y la homeostasis energética.
  • El yogur posee propiedades únicas, incluida su composición nutricional; bacterias del ácido láctico, que pueden afectar la microbiota intestinal; y matriz alimentaria, que puede tener un papel potencial en el apetito y el control glucémico.
  • Los posibles mecanismos de acción del yogurt incluyen un aumento en la pérdida de grasa corporal, una disminución en la ingesta de alimentos y un aumento en la saciedad, una disminución en la respuesta glucémica e insulina.
  • La energía relativa y el contenido de nutrientes y la contribución de una porción estándar de yogurt a la dieta general sugieren que el porcentaje de ingesta diaria de estos nutrientes contribuye en gran medida a las necesidades de nutrientes y proporciona una fuerte contribución a la regulación del metabolismo energético (Panahi & Tremblay, 2016).

Dougkas et. al (2012) estudiaron el efecto del consumo de productos lácteos como snack sobre el apetito y la ingesta de energía ad libitum posterior. Los refrigerios lácteos redujeron el apetito y el consumo alimentario en comparación con el agua. El yogurt tuvo el mayor efecto en la supresión de las calificaciones subjetivas del apetito, pero no afectó posteriormente la ingesta de alimentos en comparación con la leche o el queso.

Por lo tanto, se puede reflexionar que:

  • Múltiples patrones dietéticos son efectivos para controlar el peso, con la densidad de energía como un factor unificador en todos los patrones.
  • Hay una serie de estrategias basadas en la evidencia para reducir la ingesta de energía, reducir la densidad energética y mejorar la calidad que se puede aplicar a los patrones de alimentación individualizados para el control del peso.
  • Se puede incorporar una variedad de herramientas para ayudar a administrar la ingesta de energía en patrones de alimentación personalizados para facilitar el control de peso.

Como por ejemplo, las cantidades diarias recomendadas de alimentos de cada grupo para el patrón de alimentación saludable como la dieta DASH y el patrón de alimentación mediterránea se incluye al yogurt y yogurt congelado, con opción sin grasa o con poca grasa, considerando una porción equivalente de lácteos es 1 taza de yogurt, en la categoría de Muy baja densidad de energía de 0.0 a 0.6; los alimentos para comer en cualquier momento están consideradas la mayoría de las frutas y verduras, sopas a base de caldo y lácteos sin grasa, como el yogurt (Smethers & Rolls, 2018).

 

Recomendación de estrategia dietética

  1. Monitorear porciones

Elija porciones de tamaño apropiado para ayudar a cumplir con los requerimientos diarios de energía:

  • Sirva grandes porciones de alimentos muy bajos y bajos en energía.
  • Sirva porciones más pequeñas y menos frecuentes de alimentos medianos y densos en energía.
  • Limite las porciones de alimentos ricos en energía.
  1. Aumentar la proporción de comidas de baja densidad energética.

Los alimentos bajos en energía contienen porciones satisfactorias para ayudar a aumentar la saciedad.

  • Llene la mitad del plato con frutas y verduras.
  • Comience la comida con una sopa o ensalada a base de caldo de primer plato.
  • Utilice alimentos bajos en grasa como el yogurt, combinarlos con frutas para satisfacer la necesidad de energía en un snack.

Resumen realizado por Edna Judith Nava Gonzalez, Subdirectora General, FaSPyN, UANL

Referencias
  • Cees de Graaf & Frans J. Kok. 2010. Slow food, fast food and the control of food intake, Nature Reviews Endocrinology volume 6, pages290–293.
  • Panahi STremblay A. 2016. The Potential Role of Yogurt in Weight Management and Prevention of Type 2 Diabetes. J Am Coll Nutr.;35(8):717-731.
  • Dougkas AMinihane AMGivens DIReynolds CKYaqoob P. 2012. Differential effects of dairy snacks on appetite, but not overall energy intake. Br J Nutr. ;108(12):2274-85
  • Smethers ADRolls BJ. 2018. Dietary Management of Obesity: Cornerstones of Healthy Eating Patterns. Med Clin North Am.;102(1):107-124.

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