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14 Oct 2019
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Cómo puede ayudarte el yogur Intolerancia a la lactosa Publicaciones

Intolerancia a la lactosa: revisión cientifica

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En esta nueva revisión, publicada en agosto de 2019 y coordinada por «Yogurt In Nutrition» y la Organización Mundial de Gastroenterología, se han reunido y analizado varios estudios sobre el estado actual de conocimientos acerca de la intolerancia a la lactosa y acerca del yogur.

Estado actual de conocimientos sobre la intolerancia a la lactosa

Cuando la enzima lactasa falta o resulta insuficiente, la lactosa no hidrolizada se queda en la luz intestinal y atrae por ósmosis líquido hacia el intestino, aumentando así el volumen y la fluidez del contenido intestinal; la lactosa no digerida pasa al colon, donde es fermentada por las bacterias del colon. Esta fermentación puede causar retortijones, flatulencia y diarrea. Sin embargo, no todos los sujetos con malabsorción de lactosa manifiestan síntomas. Por lo general, el pilar del tratamiento de la intolerancia a la lactosa consiste en evitar consumir leche con lactosa y otros productos lácteos, pero por lo general lo último no resulta necesaria.

El papel del yogur en la mala digestión de la lactosa

En esta publicación se destacan los principales estudios en los que se demuestra la utilidad del consumo de yogur con cultivos vivos.

El yogur es una opción muy interesante, porque la lactosa del yogur se encuentra parcialmente digerida por los dos cultivos bacterianos activos (L. delbrueckii subsp. bulgaricus y S. thermophilus). Estas bacterias vivas producen lactasa que descompone parte de la lactosa del yogur.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha aprobado la alegación de que el yogur mejora la digestión de la lactosa. Algunas personas que evitan los productos lácteos debido a su mala digestión de la lactosa carecen de nutrientes importantes de la dieta, en especial de calcio; el yogur podría ser una alternativa interesante para ellas.

El yogur puede ser una alternativa más fácil de digerir que la leche

En este artículo se analizan los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento de la deficiencia de lactasa y la función de la lactosa en la salud, y se presenta una compilación de las investigaciones realizadas hasta la fecha.

La revisión completa se puede descargar aquí

Lactose Intolerance - review - document to download

YINI WGO - Lactose intolerance review - open access publication

 

References: Lorenzo Morelli et al., (2019) Lactose Intolerance: Clinical Symptoms, Diagnosis and Treatment. Global Diabetes Open Access Journal, 1(1); 1-10
03 Oct 2019
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El yogur, un alimento rico en nutrientes

Reserva la fecha: ¿Puede el yogur corregir la malnutrición?

FENS 2019 fermented foods manutricion Nutrient density
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Reserva  la fecha

Nuestra próxima conferencia de YINI sobre el yogur y su capacidad para corregir la malnutrición se celebrará durante la FENS2019 en Dublín (Irlanda) el 16 de octubre de 2019, desde las 13.30 hasta las 15.00 horas.

¿Puede el yogur corregir la malnutrición?

  • El yogur: un alimento versátil y saciante que puede ser útil para el control de peso. (Dra. Barbara J. Rolls, EE.UU.)
  • Yogur : mas allá de su densidad nutricional (Prof. Angelo Tremblay, Canadá)
  • Can Yogurt be a sustainable food choice? (¿Puede el yogur ser una opción alimentaria sostenible?) (Prof. Frans Kok, Países Bajos)
23 Sep 2019
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Los beneficios de la fermentación

Las bacterias amigables del yogur pueden ayudar a mejorar la salud

bacteria microbiota probiotics producto lacteo fermentado
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Dese una vuelta por cualquier supermercado uno de estos días y verá una gran cantidad de probióticos, es decir, alimentos que contienen microbios vivos (incluidas bacterias “amigables”). Estas bacterias están presentes de forma natural o se añaden a los alimentos para mejorar el equilibrio y la función de los microorganismos propios que habitan en nuestro intestino.

La evidencia científica apunta hacia el papel cada vez mayor de los alimentos probióticos como promotores de la salud; sin embargo, estos beneficios dependen del tipo de probiótico y de las diferencias entre las bacterias intestinales de cada persona.

Los productos lácteos fermentados, como los yogures, resultan muy prometedores. Según este último estudio, los beneficios para la salud de la ingestión regular de yogur se empiezan a manifestar en seguida, al cabo de un mes. Al parecer, el consumo de productos lácteos fermentados fomenta cambios en la composición microbiana intestinal que se asocian con una mejora de los marcadores inflamatorios, hormonales y cardíacos.

El yogur potencia las bacterias amigables

Los autores invitaron a 150 adultos voluntarios sanos a tomar, dos veces al día durante 30 días, un yogur con el probiótico Bifidobacterium animalis subsp. lactis BB-12. Durante el primero y el último día del estudio se recogieron los datos médicos y muestras de heces.

Los resultados revelaron un aumento de las bacterias intestinales potencialmente beneficiosas al final del estudio, en particular Bifidobacterium y también Adlercreutzia equolifaciens y Slackia isoflavoniconvertens. Este aumento se acompañó de una mayor capacidad para asimilar la lactosa y producir aminoácidos, las unidades elementales de las proteínas.

Además, se redujo la posibilidad de que se produjeran lipopolisacáridos, lo cual denota un menor riesgo de inflamación intestinal.

Es posible que, en el futuro, la elección de los probióticos se adapte a sus necesidades

El análisis reveló que los cambios en la composición microbiana del intestino de los voluntarios al final del estudio dependían de la composición microbiana inicial. Así pues, cabe la posibilidad de que, si se determina la composición microbiana del intestino de una persona, se logren identificar los probióticos más idóneos para ella, señalan los autores.

“Los cambios significativos en la taxonomía y la función de los microbios intestinales indican que el consumo de [producto lácteo fermentado] durante un solo mes promueve un efecto positivo general en el intestino humano y posiblemente en la fisiología global del huésped”. – Volokh O, y cols., 2019

En respaldo de las bacterias beneficiosas

Los resultados del estudio corroboran los beneficios para la salud de Bifidobacteria, que, como se sabe desde hace mucho tiempo, son bacterias beneficiosas residentes en el intestino humano. Estas bacterias desempeñan un papel importante en la producción de vitaminas y ayudan al organismo a combatir las infecciones. El uso de bifidobacterias como probióticos mejora, como ya se ha demostrado, diversos problemas de salud, por ejemplo ciertos tipos de diarrea, eccema y otros trastornos alérgicos.

“…los resultados indican que el consumo de producto lácteo fermentado puede surtir un efecto polivalente sobre la microbiota intestinal humana al fomentar cambios en las especies de la microbiota que conllevan un impacto positivo en los biomarcadores habituales de la función inflamatoria, hormonal y cardiovascular”. – Volokh O y cols., 2019

¿Beneficios hormonales, cardíacos y anticancerosos?

El aumento de Adlercreutzia equolifaciens y Slackia isoflavoniconvertens podría revestir importancia, ya que estas bacterias intervienen en la regulación de un grupo de sustancias biológicas activas, las isoflavonas, por el organismo.

La mayor parte de las isoflavonas provienen de las legumbres, en particular de la soja, que contiene dos isoflavonas (genisteína y daidzeína) que actúan como fitoestrógenos; su ingestión se ha asociado con una mejora de la función reproductora y con un menor riesgo de cáncer de mama en las mujeres.

Adlercreutzia y Slackia convierten una de las isoflavonas en otra sustancia, el equol, que,  aparte de actividad anticancerosa, posee efectos potencialmente beneficiosos sobre las funciones hormonal y cardiovascular.

Los autores concluyen que el aumento de Adlercreutzia y Slackia tras la ingestión de yogur probiótico mejora la capacidad del intestino humano para responder a una dieta rica en isoflavonas, incluidos los productos de soja. Según ellos, estas consideraciones podrían ayudar al diseño de alimentos y dietas.

Para más información, consulte el artículo original.
Fuente: Volokh O, Klimenko N, Berezhnaya Y, et al. Human gut microbiome response induced by fermented dairy product intake in healthy volunteers. Nutrients 2019;11(3).
09 Sep 2019
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Beneficios para la salud Dietas saludables Niños

Los hogares con una alimentación saludable crean hábitos alimentarios saludables en los niños

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La infancia es el momento óptimo para sentar las bases de hábitos alimentarios saludables a lo largo de toda la vida. El informe de un grupo de expertos, Nurturing Children’s Healthy Eating, muestra el papel clave de las familias en la creación de  buenos hábitos alimentarios en los niños.

Teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de las comidas se efectúan en casa, la calidad y la accesibilidad de los alimentos del hogar contribuyen de manera decisiva a la creación de hábitos saludables en los niños.

«Es esencial que las familias conozcan la importancia de llevar alimentos saludables a sus hogares y asegurarse de que sus hijos tengan acceso a ellos».

La importancia del hogar

En los Estados Unidos, los adultos consumen entre el 65 y el 72 % del aporte energético diario dentro del hogar, que se convierte así en un espacio esencial para crear hábitos alimentarios saludables en la familia. La calidad y la cantidad de alimentos de un hogar desempeñan un papel importante en la salud y en las conductas alimentarias de todos los miembros de la familia. Los alimentos existentes dependerán de muchos factores, como los recursos familiares (tanto económicos como emocionales), la accesibilidad a los alimentos, la preparación de las comidas…

Los recursos familiares influyen en el entorno de alimentación en el hogar

Los recursos de la familia, incluidos los ingresos económicos y los estudios de los padres, contribuyen a moldear los tipos de alimentos del hogar.

Los ingresos económicos de la familia y el coste de los alimentos son los principales factores que influyen en el tipo de alimentos que los progenitores llevan a casa. El coste de los alimentos saludables, como frutas y verduras frescas, carnes magras y pescado, suele ser mayor que el de los alimentos ricos en calorías, como los cereales refinados, los alimentos con azúcares añadidos y las grasas.

Además del poder adquisitivo, las familias con ingresos bajos afrontan costes económicos y restricciones de tiempo, puesto que los progenitores suelen tener varios empleos y poco tiempo para preparar la comida y comer con sus hijos, lo que explica el mayor consumo de comida rápida o fácil de preparar.

Si bien los ingresos contribuyen a la disponibilidad de alimentos saludables en el hogar, no representan el único factor: los alimentos no saludables están presentes en los hogares con ingresos tanto bajos como altos.

El entorno emocional modifica la calidad de la alimentación familiar

En los estudios se ha comprobado que el entorno emocional puede surtir un impacto importante en la calidad de la alimentación familiar. De hecho, los niveles altos de estrés parental, causados por factores diversos (presión económica, responsabilidades laborales y familiares, limitaciones de tiempo…) se asocian con menos comidas en familia, un consumo más frecuente de comida rápida y bebidas edulcoradas. A medida que aumenta el estrés, las comidas familiares también se vuelven menos saludables y el peso de los niños se eleva. Conviene, en la medida de lo posible, crear un entorno agradable y positivo para la comida en casa.

Alimentos saludables en el hogar para una alimentación saludable

Los alimentos del hogar influyen de manera significativa en las opciones alimentarias de los hijos. En casa, los padres son los guardianes que guían a sus hijos hacia la opción más saludable. Según los expertos, los padres pueden dar a sus hijos una alimentación saludable, es decir, equilibrada con una variedad de alimentos saludables y ricos en nutrientes en cantidad idónea.

Ofrecer alimentos saludables en el hogar permite a los niños tener más probabilidades de elegir y disfrutar de la opción adecuada. Los estudios muestran que los niños toman más fruta y verdura cuando disponen de más alimentos saludables en casa. Por el contrario, la presencia de alimentos ricos en energía y pobres en nutrientes hace que los pequeños de la familia tengan más probabilidades de optar por golosinas y refrigerios salados y de consumir bebidas más ricas en calorías.

El riesgo de obesidad parental y filial se ha asociado con la disponibilidad de alimentos en el hogar. Por eso, es esencial que los padres conozcan la importancia de ofrecer el mayor número posible de alimentos saludables en el hogar.

Acceso sencillo a los alimentos saludables

Además de contar con alimentos saludables en el hogar, su accesibilidad influye en los alimentos elegidos por los niños. La accesibilidad se basa en proporcionar alimentos en un lugar y forma adecuados para los niños e incluye asimismo un tamaño idóneo de la porción.

¿Cómo facilitar el acceso a los alimentos saludables?

  • Facilite siempre el acceso a los alimentos saludables: prepare alimentos saludables que resulten sabrosos y fáciles de comer. Por ejemplo, los niños toman más fruta y verdura si está ya pelada y cortada.
  • Haga que el niño se sienta feliz con los alimentos saludables:incluya alimentos saludables en las fiestas, como celebraciones familiares o cumpleaños; así ayudará a los niños a pensar que los alimentos saludables le hacen «feliz». Por ejemplo, este verano, para sus veladas con amigos o familiares, prepare una sabrosa salsa de yogur para mojar palitos de verduras.
  • Facilite el acceso al agua:asegúrese de que el agua  simple  esté siempre accesible para garantizar la hidratación de los pequeños.
  • Adapte las porciones:adapte el tamaño de las porciones a la edad de los niños, présteles atención y respete sus señales de saciedad y hambre. Ofrezca porciones más pequeñas de los alimentos y refrigerios menos saludables.

Las maneras de comer en casa influyen en la selección de los alimentos

El hogar es un espacio que proporciona numerosas claves de alimentación que influirán en el aporte inmediata de alimentos y moldearán los hábitos sobre qué, cuándo y cuánto se come. Los padres actúan como modelosestablecen reglas sobre la alimentación, que proporcionan a sus hijos ciertas claves importantes para la comida.

Sin embargo, ver la televisión en casa también supone una clave muy atractiva para los niños: los anuncios de alimentos ofrecen ideas para comer incluso cuando no hay hambre y fomentan el consumo de alimentos poco saludables. Reducir el acceso a la televisión es un buen sistema para disminuir el riesgo de obesidad, posiblemente porque evita el sedentarismo y la publicidad alimentaria.

Importancia del yogur en un entorno alimentario saludable

El yogur se ha asociado a una diversidad de beneficios para la salud. En varios estudios se ha establecido una correlación inversa entre el consumo de productos lácteos y el IMC. Los niños que consumen con frecuencia yogur (al menos una porción por semana) siguen una alimentación de mejor calidad y presentan un mejor perfil metabólico, incluido un mejor perfil de insulina. Por eso, tener yogur en casa representa una herramienta valiosa para mejorar la alimentación de los niños y ayudarles a elegir opciones alimentarias saludables.

Facilitar el acceso a los alimentos saludables supone un reto: los alimentos ricos en nutrientes (carne, pescado, lácteos…) suelen ser más caros que los alimentos ricos en energía (cereales refinados, dulces, grasas…). Sin embargo, el yogur es una excepción, este alimento saludable proporciona más nutrientes, en especial calcio y proteínas, que calorías, y es más barato que la carne, las aves o el pescado.  Así pues, el yogur tiene un lugar en el entorno alimentario saludable: es un alimento rico en nutrientes, asequible y accesible.

Dado que el hogar es el espacio principal para la alimentación de los niños, el entorno alimentario del hogar debe ofrecer a los niños alimentos saludables y accesibles para ayudarles a elegir los productos más saludables.

Sources:
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26 Ago 2019
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Beneficios para la salud Dietas saludables Los beneficios de la fermentación

Una revisión corrobora los beneficios del yogur para la salud de los niños pequeños (4-24 meses de edad)

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Conviene saber que, cuando su bebé o niño pequeño está tomando el yogur, aprovecha también los beneficios del yogur para la salud. De hecho, los expertos afirman que el yogur es una gran elección entre los alimentos complementarios iniciales de un bebé.

Tomar un yogur al día no solo es bueno para la barriguita, sino que también ayuda a prevenir problemas de piel y alergias. En esta revisión de estudios publicados, los autores obtuvieron una evidencia de que el consumo de yogur por niños de 4 a 24 meses refuerza las bacterias intestinales «buenas» y se asocia a un riesgo menor de eccema y sensibilidad a los alimentos y a una duración más corta de la diarrea infecciosa.

Los beneficios para la salud del yogur son bien conocidos en los niños mayores y adultos, incluida la asociación con un riesgo reducido de diabetes. Sin embargo, no conocemos bien los efectos del yogur en bebés y niños pequeños, declaran los autores.

En la primera revisión científica centrada en los efectos del yogur durante los 2 primeros años de vida, los autores señalaron 10 estudios en los que se habían notificado resultados de salud en jóvenes que tomaron yogur o productos lácteos fermentados cuando tenían entre 4 y 24 meses de edad.

«…El yogur parece reducir la gravedad y la duración de la diarrea, prevenir las alergias y promover la salud intestinal de bebés y niños pequeños. En ninguno de los estudios se notificaron acontecimientos adversos del consumo de yogur entre los lactantes o niños pequeños» – Donovan SM y Rao G,  2019

Los niños que toman yogur muestran un riesgo reducido de eccema

En un estudio de 1041 niños, la introducción del yogur en la alimentación durante el primer año de vida se asoció de manera independiente con un menor riesgo de eccema.

En un segundo estudio de 1166 niños, el consumo de yogur a los 12 meses de edad se asoció con una menor probabilidad de eccema y sensibilidad a los alimentos a los 5 años de edad, en comparación con quienes no habían comido yogur. Los autores concluyen que el consumo regular de yogur en la infancia previene el eccema y la sensibilización alimentaria.

El consumo de yogur se asocia a una duración más corta de las enfermedades diarreicas

En un estudio clínico, en el que 45 lactantes con diarrea persistente recibieron una fórmula o bien yogur durante 5 días, la diarrea continuó en 10 de los tratados con la fórmula, frente a solo 3 de los que tomaron yogur. Los bebés que consumieron yogur también aumentaron de peso y necesitaron menos solución de rehidratación, indican los autores.

¿Cómo produce el yogur estos beneficios para la salud?

Consumir yogur se asocia a niveles más altos de la bacteria Lactobacillus y a una proporción mayor de bifidobacterias en la población microbiana de nuestro intestino. Se sabe que estas bacterias “buenas» aportan beneficios para la salud intestinal.

Los científicos están investigando cómo los microbios intestinales afectan al desarrollo de trastornos alérgicos, como el eccema y las alergias alimentarias, pero aún no se han aclarado por completo los mecanismos exactos.

Es probable que las bacterias Lactobacillus revistan especial importancia para acortar la diarrea infecciosa, ya que contribuyen a normalizar el equilibrio microbiano del intestino después de una afección diarreica. Además, parece que mejoran la intolerancia a la lactosa y refuerzan la función inmunitaria.

¿Cuáles son las implicaciones para la nutrición del lactante?

La selección de alimentos sólidos para iniciar la alimentación complementaria del bebé surte un gran impacto en el crecimiento y el desarrollo, así como en la salud y el bienestar general. El yogur ha constituido una opción popular desde hace tiempo, pues aporta muchos nutrientes y es una excelente fuente de potasio, calcio y vitamina D.

En esta revisión de los estudios publicados se detectaron muchos beneficios potenciales para la salud del consumo de yogur y ningún efecto adverso, por lo que los autores concluyen que el yogur debería incluirse dentro de los primeros alimentos complementarios de los bebés.

«El yogur debería incluirse dentro de los primeros alimentos complementarios de los bebés: recomendación en línea con las pautas de la American Academy of Pediatrics» – Donovan SM y Rao G, 2019.

Para más información, consulte el artículo original.
Fuente: Donovan M and Rao G.  Health benefits of yogurt among infants and toddlers aged 4 to 24 months: a systematic review. Nutr Rev 2019;77(7): 478-486.
19 Ago 2019
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Beneficios para la salud Dietas saludables

Comer en familia es una experiencia social que beneficia a los niños

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La infancia es el momento óptimo para sentar las bases de  hábitos alimentarios saludables a lo largo de toda la vida. El informe de un grupo de expertos, Nurturing Children’s Healthy Eating, muestra el papel clave de las familias en la creación de unos buenos hábitos alimentarios en los niños. 

Comer en familia es una experiencia social que beneficia a los niños. Es un momento ideal para observar, imitar, comentar, preguntar y aprender sobre los alimentos y la cultura y para que los niños establezcan así su identidad, un sentido de pertenencia y hábitos saludables.

«Comer juntos en familia se asocia a muchos resultados favorables para los niños, incluido el establecimiento de hábitos alimentarios saludables.»

Comer en familia para fomentar hábitos alimentarios saludables

Los expertos definen «comer juntos» o «comer en familia» como » una comida planificada del niño con uno de sus progenitores (o un familiar/cuidador) como mínimo». Las organizaciones científicas y de salud, como la OMS, recomiendan encarecidamente que las familias coman más veces juntas. La frecuencia y el contexto de las comidas familiares pueden mejorar el aporte de alimentos a los niños.

Los niños que comen con frecuencia en familia tienen más probabilidades de desarrollar hábitos alimentarios saludables, como desayunar y tomar alimentos con una mayor densidad de nutrientes, como frutas, verduras y productos lácteos. Por el contrario, los niños que comen poco en familia tienden a consumir más comida rápida, bebidas edulcoradas y grasas saturadas.

Las comidas familiares asiduas mejoran los hábitos alimentarios de los niños a través de diversos mecanismos:

  • los alimentos que se consumen durante las comidas familiares son más saludables que los que se consumen individualmente o fuera del hogar
  • comer juntos permite a los padres modelar el aporte de alimentos saludablesy los patrones de alimentación
  • comer juntos proporciona a los niños un entorno donde aprenden de forma implícita la alimentación saludable a través de las conversaciones y del ámbito emocional de la comida.

Las comidas familiares moldean los hábitos alimentarios de los niños de una manera sostenible y ejercen un impacto positivo no solo en la dieta de los niños, sino también en la de los jóvenes adultos.

Y muchos resultados positivos más

Los beneficios de las comidas familiares no se limitan a la adopción de hábitos alimentarios saludables. Las comidas en familia abren un espacio para la relación entre el progenitor y su hijo; comer juntos se asocia a muchos resultados psicológicos positivos, como una mejor autoestima y un buen rendimiento académico, aparte de contribuir a proteger frente a los trastornos alimentarios, la violencia o la depresión.

Comer juntos es asimismo un modo de transmitir la importancia de las relaciones familiares y la cultura y de fortalecer el vínculo parentofilial.

El entorno importa

Sin embargo, el entorno y los efectos beneficiosos de las comidas familiares dependen de cómo se coma en familia. Por ejemplo, los estudios muestran que, si se mira una pantalla o una televisión durante la comida, los beneficios de las comidas familiares disminuyen y se aportan e ingieren menos alimentos saludables.

Por otro lado, ciertas medidas concretas influyen de manera positiva en la creación de  hábitos alimentarios saludables, por ejemplo:

  • invitar a los niños a preparar las comidas
  • comer con un horario regular
  • compartir padres e hijos la misma comida

Comer en familia supone un reto en esta vida tan acelerada

Si comer juntos ayuda a crear hábitos alimentarios saludables, conviene saber que el número de comidas familiares está disminuyendo desde la década de 1960 y que cuesta compaginar estas comidas con el ritmo actual de vida.

Las familias están muy ocupadas y conciliar trabajo y familia resulta complicado. Hay que cocinar y comer con rapidez: los progenitores que trabajan dedican menos tiempo a preparar la comida y es más fácil que sirvan una comida rápida a sus hijos, sobre todo si la familia cuenta con ingresos bajos y los padres están pluriempleados. El estrés relacionado con el trabajo y los horarios laborales también se asocia con menos comidas familiares y más cenas rápidas.

La cantidad de comidas familiares depende también en gran medida de la cultura y varía de un país a otro: en Europa, solo el 33 % de los británicos comparten más de cinco comidas a la semana con sus hijos, frente al 78 % de los españoles.

Comer juntos en la práctica

Consejos para aprovechar al máximo las comidas en familia:

  • Adapte el número de comidas compartidas a su horario:establezca un objetivo realista en función de su horario. Si solo puede compartir tres comidas por semana con sus hijos, adelante, hágalo. ¡Cada comida cuenta!
  • Apague la televisión y todas las pantallas:apague el televisor y no deje que los teléfonos y las tabletas interfieran en la comida. Así fomentará el debate y la comunicación.
  • Converse sobre las comidas saludables y sabrosas:aproveche la oportunidad de la comida en familia para charlar sobre los alimentos saludables y cuénteles a sus hijos que disfruta compartiendo con ellos esos alimentos saludables. Si los niños ven a los padres comer brócoli y se da cuenta de que les gusta, tal vez desee probarlo.

¡Para que la familia entera adopte hábitos alimentarios saludables, elija y comparta alimentos ricos en nutrientes, como el yogur!

Los alimentos ricos en nutrientes contienen en esencia «más nutrientes valiosos» que «nutrientes restrictivos». El yogur, por ejemplo, contiene proteínas de alta calidad, incluidos los nueve aminoácidos esenciales en las proporciones necesarias para la síntesis de proteínas y las proteínas del yogur se digieren mejor que las proteínas de la leche entera, probablemente porque el proceso de fermentación inicia su descomposición en unidades más pequeñas.

El yogur es una fuente bien conocida de calcio, pero además aporta cantidades menores de otros muchos micronutrientes, entre ellos potasio, zinc, fósforo, magnesio, vitamina A, riboflavina, vitamina B5, vitamina B12 y, en algunos países, vitamina D.

Comer juntos es una experiencia social, un espacio para la comunicación entre hijos y padres. A través de las comidas familiares, los padres pueden influir de manera positiva en los hábitos saludables y en la salud física y psicológica de sus hijos.

Sources:
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  • Vik FN, Bjørnarå HB, Overby NC, et al. Associations between eating meals, watching TV while eating meals and weight status among children, ages 10–12 years in eight European countries: the ENERGY cross-sectional study. Int J Behav Nutr Physic Act 2013;10:58.
  • White H, Haycraft E, Meyer C. Family mealtimes and eating psychopathology: The role of anxiety and depression among adolescent girls and boys. Appetite 2014;75:173–179.
  • World Health Organization. Commission on Ending Childhood Obesity. Facts and figures on childhood obesity. Geneva: World Health Organization, 2017.
22 Jul 2019
7 min de lectura
Beneficios para la salud Dietas saludables Niños

Los padres son un ejemplo importante para que sus hijos adquieran hábitos alimentarios saludables

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La infancia es el momento ideal para sentar las bases de unos hábitos alimentarios saludables que duren toda la vida. Según un informe de un grupo de expertos, Nurturing Children’s Healthy Eating, las familias desempeñan una misión crucial para crear buenos hábitos alimentarios en los niños. Cada mes, publicaremos un resumen con algunos de los mensajes esenciales de este informe a fin de ayudar a las familias a cultivar hábitos alimentarios más saludables.

La conducta alimentaria y los alimentos que ingieren los niños dependen de sus padres y cuidadores. La actitud, las acciones y los conocimientos de los padres influyen en la conducta alimentaria de sus hijos.

«Los padres, al erigirse en modelos positivos, inculcan a sus hijos hábitos alimentarios que estos probablemente trasladarán a la vida adulta.»

La cultura influye en la conducta alimentaria

Los padres suelen animar a sus hijos a adoptar objetivos y valores que faciliten la toma apropiada de decisiones en su vida cotidiana a medida que van creciendo y haciéndose más independientes. En este proceso global, llamado «socialización», los padres ayudarán a sus hijos a adoptar pautas, valores y comportamientos alimentarios que son practicados y aceptados en su unidad familiar y en su medio cultural.

El conocimiento de los padres acerca de la nutrición y de lo que es saludable, o no, influirá en los alimentos que ofrezcan a sus hijos. Comer es un acto en el que se unen nutrición, placer, identidad y socialización, por lo que este acto varía de una cultura a otra y refleja las pautas, creencias y disponibilidad de alimentos en esa región concreta. Por ejemplo, los padres británicos tienden a poner el énfasis de la educación alimentaria en la salud y la calidad de los nutrientes, mientras que los franceses otorgan mucho valor al desarrollo del gusto y al placer.

La cultura no solo influye en la manera en que los padres alimentan a sus hijos, sino también en la manera en que perciben los hábitos alimentarios saludables y un peso sano. La educación parental es clave para que conozcan los hábitos alimentarios saludables. Por otro lado, los padres deben ser conscientes del rol esencial que desempeñan, no solo como cuidadores, sino también como modelos para sus hijos.

Los padres son el modelo a seguir

Comer es una experiencia social y los niños crean sus hábitos y conductas alimentarios por imitación de sus padres y cuidadores. Además de adoptar un estilo y unas pautas de alimentación positivas, si los padres actúan como modelo y dan ejemplo a sus hijos, estos desarrollarán hábitos alimentarios saludables.

En primer lugar, la calidad de la alimentación de los padres sirve de modelo, ya que repercute en la calidad alimentaria de sus hijos. Los niños cuyos padres ingieren alimentos saludables, como frutas y verduras, también suelen comer alimentos más sanos.

No obstante, la calidad no lo es todo, la cantidad —o aporte energético diario medio— también importa. La ingesta energética, las preferencias y los hábitos alimentarios parentales influyen en la calidad y la cantidad de alimentos almacenados en el hogar. La comida casera desempeña un papel enorme a la hora de crear hábitos saludables en los niños, al establecer los alimentos que los pequeños pueden elegir.

Los padres, que adoptan hábitos alimentarios saludables, ocupan un lugar idóneo para guiar a sus hijos en la dirección correcta. Los padres ejercen una influencia positiva cuando fijan las normas familiares sobre los horarios de las comidas y los refrigerios.

Actuar como modelo conlleva consecuencias a largo plazo: es probable que los niños mantengan esos hábitos alimentarios saludables en su etapa adulta.

Cómo actuar como modelo en la vida cotidiana

Siguen algunos consejos para ayudar a los padres a actuar como modelos para sus hijos:

  • Adoptar una alimentación saludable: Si los padres comen muchos alimentos saludables, los hijos tendrán tendencia a comer más alimentos saludables. Se pueden cambiar gradualmente los hábitos alimentarios sustituyendo algunos productos por otros, igual de sabrosos pero más «saludables». Por ejemplo, se puede sustituir un postre muy energético por otra opción sabrosa y rica en nutrientes, como un yogur natural con trozos de fruta fresca. La ventaja es que el yogur gusta tanto a los adultos como a los niños, posee una alta densidad de nutrientes y constituye la base de muchas recetas personalizadas…
  • Disfrutar de la comida sana y contarlo: si los niños advierten que usted disfruta comiendo alimentos saludables, sentirán curiosidad y tenderán a seguir su ejemplo. A la inversa, ¡no espere que sus hijos coman algo que usted rechace! Recuerde que la exposición repetida a alimentos saludables, como el yogur, la fruta o las verduras, permitirá a sus hijos disfrutar de alimentos saludables
  • Comer juntos: comer con los hijos es esencial para fomentar el gusto por unos buenos alimentos y hábitos alimentarios; tome alimentos saludables en las cantidades óptimas. Cree un ambiente agradable donde los niños asocien los alimentos saludables con un momento de placer.
  • Dejar que los niños participen: deje que los niños ayuden a preparar comidas saludables. Esta es una buena manera de charlar sobre los alimentos y de conocer los alimentos saludables. Después de cocinar, es posible que los niños deseen probar lo que ellos han preparado. Una manera sencilla de empezar, incluso con los niños pequeños, consiste en sugerirles que preparen tazones de yogur y que cada uno elija sus propios ingredientes para mezclarlos con el yogur natural (fruta, cereales, etc.). ¡Es una experiencia sencilla, sabrosa, divertida y saludable!

Los padres moldean los hábitos alimentarios de sus hijos porque estos aprenden por imitación. Los padres constituyen un modelo para sus hijos; para que los niños creen hábitos alimentarios saludables, los padres deben seguir asimismo este tipo de hábitos. El primer paso para crear hábitos alimentarios saludables a largo plazo podría consistir en adoptar hábitos cotidianos nuevos y comer productos sabrosos con una alta densidad de nutrientes, como el yogur.

Sources:

References:
  • Cardel M, Willig AL, Dulin-Keita A, et al. Parental feeding practices and socioeconomic status are associated with child adiposity in a multi-ethnic sample of children. Appetite 2012;58(1):347–353.
  • Caton SJ, Ahern SM, Hetherington MM. Vegetables by stealth: An exploratory study investigating the introduction of vegetables in the weaning period. Appetite 2011;57,816–825.
  • Huang SH, Parks EP, Kumanyika SK, et al. Child-feeding practices among Chinese-American and non-Hispanic white caregivers. Appetite 2012;58(3):922–927.
  • Lindsay AC, Sussner KM, Greaney ML, Peterson KE. Latina mothers’ beliefs and practices related to weight status, feeding, and the development of child overweight. Public Health Nurs 2011;28(2):107–118
  • Palfreyman Z, Haycraft E, Meyer C. Development of the parental modelling of eating behaviours scale (parm): links with food intake among children and their mothers. Matern Child Nutr 2014;10(4):617–29.
  • Robson S, Couch S, Peugh J, et al. Parent diet quality and energy intake are related to child diet quality and energy intake. J Acad Nutr Diet 2016;116(6):984–990.
  • Sherry B, McDivitt J, Birch LL, et al. Attitudes, practices, and concerns about child feeding and child weight status among socioeconomically diverse white, Hispanic, and African- American mothers. J Am Diet Assoc 2004;104:215–221.
  • Vaughn AE, Ward DS, Fisher JO, et al. Fundamental constructs in food parenting practices: a content map to guide future research. Nutr rev 2016;74(2):98–117.
08 Jul 2019
9 min de lectura
Beneficios medioambientales Conferencias internacionales

Dietas sostenibles: última conferencia de YINI (Nutrition 2019, Baltimore)

dietas sostenibles emisiones de carbono emison de gases de efecto invernadero sistema alimentario
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¿Cuáles son las dietas las más sostenibles? ¿Cómo se mide la sostenibilidad? Las dietas sostenibles, ¿deben evitar los productos de origen animal en todos los casos? ¿Forman los productos lácteos y el yogur parte de las dietas sostenibles? Estas son algunas de las preguntas que abordaron Elin Röös (Profesora asociada del Departamento de Energía y Tecnología, Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas), Adam Drewnowski (PhD, Director, Centro de Salud Pública y Nutrición, Universidad de Washington) y Frans Kok (Profesor emérito, Universidad de Wageningen, Países Bajos) en el Simposio de YINI celebrado el lunes 10 de junio, durante la reunión anual de la American Society for Nutrition (Nutrition 2019) en Baltimore, EE.UU.

¿Son las dietas sostenibles un mito o una realidad?

Ese lunes, la sala de conferencias de Nutrition 2019 estaba abarrotada desde la primera hora de la mañana. Ante el auditorio da comienzo, sobre una pantalla*, la conferencia de Elin Röös (Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas, Suecia), quien expone con detalle los diferentes temas y las implicaciones de las posibles dietas sostenibles en los sistemas alimentarios, la producción alimentaria, la nutrición.

De acuerdo con los datos más recientes, debemos reducir con rapidez las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), porque estamos trasladando este problema a las generaciones venideras. Los sistemas alimentarios actuales representan uno de los principales elementos que contribuyen al cambio climático, producen hasta un 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero y son una de las mayores causas de la pérdida de biodiversidad y del uso y contaminación de las aguas dulces La agricultura, los insumos y el uso de la tierra dan cuenta del 15 al 25 % de los GEI en todo el mundo y se estima que el envasado, el procesamiento, los mercados, el uso doméstico y los residuos generan del 5 al 10 % de todos los GEI en el mundo. En cuanto a los aspectos nutricionales, los sistemas alimentarios tampoco ofrecen una alimentación adecuada a las personas con malnutrición masiva (hambre, obesidad, carencia de micronutrientes) en las distintas regiones del mundo.

¿Cómo se pueden diseñar dietas sostenibles a partir de esta información?

Según la FAO: «Las dietas sostenibles son aquellas con un impacto ambiental reducido que garantizan la inocuidad de los alimentos y la nutrición y contribuyen a una vida saludable de las generaciones actuales y futuras. Las dietas sostenibles protegen y respetan la biodiversidad, los ecosistemas y la diversidad cultural, resultan accesibles, tienen un costo justo y asequible; proporcionan nutrientes adecuados, inocuos y saludables y al mismo tiempo optimizan los recursos naturales y humanos» (FAO/Biodiversidad Internacional, 2010).

Si se definiera la sostenibilidad en los ámbitos de salud, economía, sociedad y medio ambiente, para un suministro ideal de alimentos sostenibles habría que producir alimentos ricos en nutrientes, asequibles, socialmente aceptables y sabrosos, con un impacto reducido sobre el medio ambiente.

En entornos con ingresos altos, el acceso a los alimentos saludables suele ser adecuado. Por desgracia, las dietas occidentales y la elevada cantidad de alimentos de origen animal surten un enorme impacto ambiental. En este contexto, se ha propuesto una idea interesante: tomar más dietas vegetarianas. De cualquier modo, resulta complicado saber los tipos y las cantidades de alimentos de origen animal (carne y productos lácteos) que se necesitan para lograr la sostenibilidad.

Mensajes esenciales de Elin Röös:

  • ¡El cambio climático es una realidad! La sostenibilidad es una responsabilidad compartida por todos y exige un enfoque global.
  • Cerca de una cuarta parte de las emisiones de carbono provienen de nuestro sistema alimentario. Nuestro sistema alimentario absorbe hasta un 70 % de las aguas dulces y probablemente justifique el 60 % de la pérdida mundial de biodiversidad.
  • El cambio de las dietas actuales podría reducir los GEI hasta en un 50 %. Debemos cambiar la forma en que se producen, gestionan y consumen los alimentos
  • Las mejoras de producción, las innovaciones técnicas, la reducción de las pérdidas de alimentos y residuos y las modificaciones del consumo representan cambios imprescindibles para disponer de unos sistemas alimentarios sostenibles

Podemos limitar los efectos del cambio climático restringiendo la emisión de gases de efecto invernadero. Para ello se necesita una transformación radical de nuestro sistema alimentario (producción de alimentos, residuos alimentarios y consumo de alimentos)

¿Cómo se mide la huella ambiental?

Adam Drewnowski (Universidad de Washington, EE.UU.) enriqueció la reflexión en su presentación sobre el enfoque metodológico y los datos de la investigación reciente.

Las dietas sostenibles se definen en 4 dimensiones: nutrición y salud (densidad de energía y nutrientes, perfil de nutrientes, calidad de la dieta), economía (asequibilidad, coste por kcal o nutriente, presupuesto, cuestiones laborales), sociedad (importancia cultural, identidad social, actitudes, creencias, preocupaciones, religiones, rituales) y medio ambiente (costo ambiental, GEI, tierra, agua, energía, suelo, clima, residuos, pérdida).

No obstante, estos 4 dominios están cambiando a lo largo del tiempo y del espacio: lo mismo ocurre con las dietas. Por eso, la forma de medir la sostenibilidad resulta muy compleja

Conviene recordar que los alimentos deben contener nutrientes en abundancia, ser asequibles, accesibles y sabrosos, además de inocuos y (cada vez más) naturales y con un impacto reducido sobre el medio ambiente.

Cada uno de estos dominios de la sostenibilidad cuenta con métricas y medidas propias:

  • La densidad de nutrientes se mide usando herramientas del perfil de nutrientes (NP).
  • La asequibilidad se mide en forma de energía o nutrientes por costo unitario,
  • El valor social de los alimentos es más difícil de medir y tiene en cuenta las actitudes y creencias, el placer percibido y el contexto social de la alimentación.
  • El impacto ambiental de las dietas se mide por el uso de la tierra, el agua y la energía a lo largo de la producción, distribución y venta al por menor de los alimentos. Si se pone el énfasis en la huella de carbono, el impacto ambiental de los alimentos se expresa a menudo por kilogramo de peso del alimento, cuando debería expresarse por 2000 kcal/día o por nutriente.

En resumen, según Adam Drewnowski:

  • Para que un sistema alimentario sea sostenible, debe tener en cuenta las influencias nutricionales, sanitarias, económicas y culturales, así como el impacto ambiental
  • Los cuatro ámbitos contemplados son la nutrición y la salud, el medio ambiente, la sociedad y la economía. En muchos enfoques solo se consideran dos ámbitos (nutrición/salud y medio ambiente); sin embargo, resulta crucial examinar los cuatro ámbitos y su evolución.
  • El sistema alimentario ideal no solo debería producir calorías suficientes para alimentar a la creciente población mundial, sino también una diversidad de alimentos ricos en nutrientes que fomenten la salud humana y apoyen la sostenibilidad del medio ambiente.
  • Está claro que se necesitan métricas nuevas: ajustar el índice de alimentos ricos en nutrientes (NRF, por sus siglas en inglés) a la calidad de las proteínas y expresar los GEI por kcal o nutriente.

«Para mantener la salud humana, conviene cambiar el enfoque basado en nutrientes por un enfoque basado en alimentos; a modo de ejemplo, la cantidad de proteínas no resulta suficiente, hemos de examinar también la calidad de las proteínas «

¿Y qué pasa con  los productos lácteos?

Después de esta presentación sobre la importancia de la calidad de las proteínas en toda dieta sostenible, Frans Kok (Universidad de Wageningen, Países Bajos), se centró en los productos lácteos.

Según el artículo de Eat Lancet, publicado a principios de este año, para mantener la producción alimentaria dentro de los límites y seguir ofreciendo dietas saludables en 2050 (sobre todo, a base de vegetales) se necesitan cambios concretos (modificaciones de la dieta, evolución de las normas de producción, reducción de los residuos alimentarios) .

Al analizar los estudios conocidos, en su mayoría de ámbito nacional, F. Kok señaló que la mayoría de los resultados revelan que los productos lácteos forman parte de una dieta sostenible. Las carnes tienen el mayor impacto en el calentamiento global, seguidas por el queso, el yogur, la leche y los productos vegetales. Aun cuando las proteínas lácteas generen mayores emisiones que una combinación de legumbres y cereales, los estudios de modelación muestran que, si los productos lácteos se mantienen dentro la dieta, las necesidades nutricionales de la población se satisfacen mejor que con una dieta exclusivamente vegetariana.

En resumen, según Frans Kok, para el año 2030 podríamos reducir en un 20-30 % las emisiones de GEI a través de la dieta a fin que el aumento de la temperatura global no excediera de 2 °C  (conforme al Acuerdo de París sobre el cambio climático); en el artículo de EAT LANCET se recomienda un menú saludable para todo el planeta que se compondría en un 50 % de alimentos de origen vegetal y en el que se reduciría la carne de manera considerable y se limitarían los productos lácteos. Pero esta no debería ser la única solución.

En opinión de Frans Kok:

  • Los datos conocidos revelan que la ingestión diaria de leche o derivados lácteos sigue encajando dentro de las dietas sostenibles y saludables, en particular el yogur, debido a su riqueza en nutrientes, su bajo contenido graso y su aportación de fermentos.
  • No obstante, para cuantificar su impacto ambiental se necesitan más estudios.

Según la publicación de Eat-Lancet, la ingestión diaria hasta de 500 gramos de leche o una cantidad equivalente de un producto lácteo encajaría dentro de una dieta sostenible y saludable. Según Frans Kok, el yogur tiene un interés especial debido a su riqueza en nutrientes, sus fermentos y su bajo contenido en grasas

Todos los ponentes resaltaron la necesidad de realizar nuevos estudios y de disponer de una métrica adecuada.  Asimismo, es evidente que las dietas sostenibles se pueden diseñar con modelos diferentes y que los hábitos y culturas alimentarios locales deben representar la base para que este cambio fructifique. Por último, la recomendación de reducir y sustituir algunos alimentos, en lugar de eliminarlos por completo, podría resultar más eficaz para la salud planetaria.

* Para limitar su huella de carbono, Elin Röös decidió presentar su charla en línea y evitar el viaje en avión desde Suecia.

24 Jun 2019
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Los beneficios de la fermentación

Los científicos desvelan los secretos de los probióticos para la salud

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Los probióticos, unos seres demasiado pequeños para contemplarlos a simple vista, pueden marcar una enorme diferencia en la salud. Poco a poco, estos productos han ido desvelando sus secretos y su popularidad ha experimentado un auge considerable gracias a los beneficios que empiezan a vislumbrarse.

Los probióticos son bien conocidos por impulsar la salud gastrointestinal e inmunitaria y los médicos los recomiendan cada vez más en virtud de los nuevos hallazgos científicos. Con todo, los conocimientos sobre estos diminutos seres vivos y aliados nuestros representan tan solo la punta del iceberg. En este momento, se realizan nuevas investigaciones para averiguar hasta dónde llegan los beneficios para la salud.

Los autores de este artículo hacen referencia a un grupo de consenso especial que revisó los estudios recientes sobre probióticos, la importancia de los alimentos fermentados como fuente de probióticos y las cuestiones aún no resueltas.

«…hay una evidencia sólida de que los probióticos pueden resultar beneficiosos para la salud humana por varias vías».  – Sanders ME et al, 2018.

¿Qué son los probióticos y cómo actúan?

Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidad adecuada, confieren al huésped, es decir, a la persona que los consume, un beneficio para la salud.

Muchos tipos diferentes de microorganismos, con formas variadas, actúan como probióticos. Algunos residen en los alimentos, suplementos dietéticos y productos farmacéuticos; se conocen incluso cosméticos probióticos.

Los microorganismos más habituales utilizados como probióticos son cepas de los grupos de bacterias Lactobacillus, Bifidobacterium y Saccharomyces.

Los probióticos ejercen sus efectos sobre la salud por diferentes vías, muchas de las cuales aún no se conocen bien, afirman los autores. Una vía común es la producción de ácidos orgánicos (p. ej., láctico y acético) en el colon, donde fomentan un entorno saludable, inhiben los microbios «enemigos» y estimulan la presencia de otros microbios «amigos».

Los probióticos pueden interactuar con la microbiota intestinal

Muchos expertos consideran que los probióticos también influyen en la microbiota intestinal, es decir, los billones de bacterias que residen de manera natural en el tubo digestivo. De acuerdo con los estudios, aunque el consumo de una cepa probiótica solo aumente de manera pasajera la cantidad de esa cepa en la microbiota, puede proporcionar beneficios para la salud.

Las investigaciones han revelado que la microbiota intestinal de las personas sanas se diferencia de la de las personas enfermas. Se sabe que los microbios colonizadores integrantes de esa comunidad responden a la dieta, incluso a dietas con microorganismos vivos que forman parte de los alimentos fermentados.

Alimentos fermentados como fuente de probióticos

Durante milenios, los pueblos han recurrido a la fermentación como medio de conservación de alimentos y bebidas. Así es como se fabrican la cerveza, el vino, el yogurt y el queso. Se ha demostrado que los microorganismos vivos contenidos en estos productos propician la salud, declaran los autores.

En el caso del yogur y el queso, estos microorganismos están presentes en los cultivos vivos empleados para fabricar los alimentos. El yogur representa además un gran vehículo de otros microorganismos probióticos, que se agregan durante su fabricación.

Gracias a estos microorganismos, el yogur mejora la digestión de la lactosa en las personas con maldigestión de lactosa. Según los estudios, las personas que toman yogur tienen asimismo menos probabilidades de engordar a largo plazo.

Por otro lado, los productos lácteos fermentados se han asociado con mejoras en la presión arterial de las personas hipertensas y con una disminución de las enfermedades infecciosas en la infancia.

 «…incluso si los microbios asociados a la fermentación estuvieran únicamente de paso, podrían asimismo influir en la microbiota normal, comunicarse con el sistema inmunitario del huésped y surtir otros efectos positivos, de acuerdo con la evidencia más reciente». – Sanders ME et al, 2018.

Beneficios de los probióticos para la salud

Pese a que los beneficios para la salud tiendan a resultar específicos de ciertas cepas de probióticos, se desconocen aún muchos datos sobre los probióticos más adecuados para determinados problemas de salud y sobre sus destinatarios. Hasta la fecha y de acuerdo con los estudios, los probióticos se han asociado con beneficios frente a una serie de problemas de salud, entre ellos:

  • Intolerancia a la lactosa: los probióticos facilitan la digestión de la lactosa a las personas con intolerancia a la lactosa.
  • Diarrea aguda de lactantes y niños: los probióticos pueden acelerar la recuperación.
  • Diarrea asociada a antibióticos e infección por Clostridium difficile: los antibióticos alteran en ocasiones la microbiota intestinal y provocan diarrea. La modificación de la microbiota intestinal también reduce la resistencia al Clostridium difficile, que puede causar una diarrea grave. En varios estudios se ha comprobado que los probióticos, tomados junto con los antibióticos, disminuyen el riesgo de diarrea asociada a los antibióticos y a  difficile.
  • Resfriado:los probióticos reducen la incidencia y la duración de las infecciones respiratorias altas más comunes de la infancia.
  • Colesterol alto: los probióticos ayudan a controlar los lípidos en la sangre de las personas con un colesterol ligeramente elevado
  • Síndrome del intestino irritable (SII): los expertos han concluido que se debe considerar la administración de probióticos concretos para controlar varios síntomas del SII.
  • Cólicos de los lactantes: los probióticos reducen el período de llanto de los lactantes que sufren este trastorno frecuente y de difícil tratamiento.
  • Eccema:los probióticos disminuyen el riesgo de eccema de los lactantes si sus madres los consumen durante el último trimestre del embarazo o la lactancia o si los administran a los bebés.
  • Enfermedad inflamatoria intestinal: los probióticos prolongan la remisión de la colitis ulcerosa en adultos.
  • Vaginosis bacteriana: los probióticos mejoran la eficacia del tratamiento antibiótico en esta frecuente afección femenina.

Se están examinando muchos otros usos potenciales de los probióticos, como por ejemplo para el control del estrés y la ansiedad.

«La investigación indica que se puede efectuar un uso de los probióticos basado en la evidencia para tratar una serie de problemas de salud. Los probióticos y los alimentos fermentados proporcionan una vía dietética que fomenta la salud y mejora el funcionamiento de la microbiota intestinal de los consumidores sanos». – Sanders ME et al, 2018.

¿Cómo se sabe cuál es el producto probiótico idóneo?

La compleja variedad de probióticos dificulta la elección de un producto adecuado y de alta calidad. Examine con atención la etiqueta del producto. La etiqueta de un producto probiótico debe indicar el género, la especie y la o las cepas del producto. Para saber qué probiótico está adquiriendo, necesita conocer estos tres nombres, ya que cepas diferentes, incluso de una misma especie, pueden surtir efectos diferentes.

Las etiquetas también deben indicar la cantidad de probiótico contenida en el producto. Este dato suele señalarse como «unidades formadoras de colonias» (UFC). Evite los productos que etiqueten la cantidad de UFC en el momento de la fabricación, ya que las UFC pueden disminuir durante el almacenamiento, afirman los autores. Lo mejor es conocer el recuento de cada cepa en UFC y lo ideal sería que este recuento hubiera mostrado eficacia en los estudios con seres humanos.

Los autores sostienen que las etiquetas varían mucho de un país a otro y de un tipo de producto a otro. Si está buscando un probiótico para solucionar un problema concreto, quizá le resulte difícil saber cuáles son los productos que se han investigado para aliviar ese problema.

En parte, esto se debe a que la reglamentación sobre los reclamos de salud, incluidos en las etiquetas de los productos probióticos, varía mucho en las distintas regiones del mundo. Y así como en las publicaciones científicas se puede revisar toda la evidencia acerca del beneficio para la salud de un probiótico concreto, el marco reglamentario impide a menudo la exhibición de estos datos en las etiquetas, explican los autores.

Algunas directrices útiles son las de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (Braegger et al. 2011 Szajewska et al. 2014, 2016 Kolacek et al. 2017)

Para más información, consulte el artículo original.
Fuente: Sanders ME, Merenstein D, Merrifield CA, Hutkins R. Probiotics for human use. Nutrition Bulletin 2018,43:212–225.
17 Jun 2019
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¿Cómo ayudan los productos lácteos a reducir las emisiones de carbono de los alimentos?

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Si piensa salvar el planeta fomentando el consumo de vegetales y reduciendo los alimentos de origen animal, reconsidere su decisión. Según este artículo, es posible que cause un mayor daño ambiental.

El motivo es que los alimentos de origen animal, como los productos lácteos, contienen nutrientes difíciles de extraer de los vegetales. De acuerdo con los autores, el problema surge cuando los nutrientes omitidos se compensan con otros para mantener una dieta nutritiva y saludable.

En esta investigación se calculó el impacto ambiental de los alimentos que ingerimos y lo que sucede cuando modificamos la dieta.

Los resultados revelaron que la corriente popular a favor de una dieta con un mayor contenido de vegetales no reduce necesariamente la huella ambiental, sino que incluso puede ensancharla, sostienen los autores.

Algunos cambios de la dieta cotidiana se encuentran, sin embargo, a nuestro alcance y marcarían una diferencia sustancial para proteger el mundo en el que vivimos.

Los alimentos acarrean un costo ambiental inesperado

Cerca de una cuarta parte de las emisiones de carbono provienen de los alimentos. Muchos productos de origen animal, en particular la carne de vacuno, generan más emisiones de carbono que los vegetales. En nuestra dieta sobresale la carne de vacuno por ser la que más suelo cultivado requiere por kg de producto alimentario, declaran los autores.

No obstante, otros alimentos imponen asimismo, debido en muchas ocasiones a su transporte y distribución, una carga ambiental llamativa. Por ejemplo, una banana importada de Sudamérica imprime una huella mayor que una manzana de una huerta local.

«Seguir una dieta sana y sostenible no es tan sencillo como parece». – van Est L et al, 2017.

Para desentrañar este rompecabezas, los autores evaluaron el contenido nutricional y el impacto ambiental de los alimentos, desde la granja hasta el plato; en concreto, analizaron 208 productos consumidos de manera habitual en los Países Bajos, país donde se llevó a cabo la investigación.

Tras tomar la dieta holandesa habitual como punto de partida, los autores aplicaron un modelo matemático para calcular de qué modo afectaría el reemplazo de ciertos elementos de la dieta a su huella de carbono. Con este modelo se calculó la huella de carbono por cada 20 g de variación en un grupo de alimentos, así el uso de suelo de cultivo con una dieta diferente; esta dieta diferente debía proporcionar en cualquier caso todos los nutrientes adecuados para satisfacer las normas de una buena alimentación.

Las emisiones de carbono se reducen disminuyendo el consumo de carne, no de productos lácteos

Los resultados indicaron que, cuanta más carne de vacuno ingerimos, mayor es el impacto ambiental de nuestra dieta, lo cual no supone sorpresa alguna. Por otra parte, el cambio en la cantidad de productos lácteos consumidos tiene un impacto ambiental mínimo.

El motivo obedece a que los productos lácteos contienen tantos nutrientes que, si se excluyen de la dieta, es necesario tomar mucha más fruta y vegetales (p. ej., espinacas para aportar calcio) a fin de compensar los nutrientes extraídos de los productos lácteos y cubrir así las cantidades diarias recomendadas. Si se suman los efectos ambientales de los nuevos alimentos, el efecto ambiental obtenido es casi el mismo que si se hubieran mantenido los productos lácteos, según observaron los autores.

«El principio sostenible basado en consumir menos productos de origen animal y más vegetales no se traduce automáticamente en una dieta más respetuosa con el ambiente». – van Est L et al, 2017.

El pan y las semillas reducen el impacto ambiental de la dieta

Este modelo reveló dos grupos de alimentos vegetales con un efecto ambiental positivo: el pan, por un lado, y los frutos secos y las semillas, por el otro. Estos alimentos contienen bastantes nutrientes y el impacto ambiental de la dieta se reduce cuanto más los consumimos.

La alimentación sana podría entrar en conflicto con los beneficios ambientales.

A continuación, los autores aplicaron este modelo a 10 menús diarios recomendados para satisfacer las pautas holandesas de alimentación y compararon estos menús con la dieta holandesa habitual.

Si las dietas más sostenibles se basan en comer menos carne y más vegetales, cabría esperar que los menús saludables recomendados tuvieran un menor impacto ambiental que el menú holandés habitual con carne, queso y otros productos lácteos. Sin embargo la mitad de los menús recomendados (incluido el menú «sin carne del día») surtió un impacto ambiental mayor que la dieta holandesa habitual. El menú del día «Viva Holanda» con carne, productos lácteos, frutas y verduras de las granjas holandesas mostró el impacto ambiental más bajo de todos.

Por este motivo, resulta tan difícil dar con una dieta más sostenible, que contenga menos productos animales y más vegetales de los que ingieren la mayoría de las personas de Europa occidental, concluyen los autores. La razón estriba en que, antes de llegar al plato, las frutas exóticas precisan transporte, mientras que los productos locales recorren un trayecto mucho más corto y económico para el ambiente.

«Si se ingiere mucha fruta y verdura exótica, resulta difícil alcanzar una huella sostenible». – van Est L et al, 2017.

Dejar de comer en exceso

¿Qué se puede hacer entonces? La respuesta, para muchos de los que vivimos en la sociedad occidental, es muy sencilla. Las personas que comen demasiado pueden contribuir a salvar el planeta simplemente reduciendo el consumo hasta un valor razonable. Así, los autores calcularon que un hombre que comiera en exceso podría reducir casi a la mitad sus emisiones de carbono si respetara la ingesta calórica recomendada (2600 kcal diarias) a los varones. La ingesta diaria recomendada para las mujeres es de  1900 kcal.

Cambie los hábitos de vida que emiten carbono

Antes de confirmar sus conclusiones, los autores advierten del largo camino que aún queda por recorrer en la investigación de los aspectos científicos de las dietas sostenibles y saludables.

Mientras tanto, conviene recordar que la dieta es un piñón más de la rueda de sostenibilidad y que los hábitos de vida probablemente tengan un impacto ambiental mayor que la comida. Por ejemplo, una persona puede seguir una dieta sostenible durante un año, pero su posible beneficio ambiental se esfumará si a continuación esa persona toma un vuelo de larga distancia en sus vacaciones.

Ocho sencillos pasos para lograr una dieta sostenible

  • Limite el impacto ambiental siguiendo estos pasos sugeridos por los autores:
  • Si usted tiende a comer demasiado, intente comer menos
  • Coma menos carne roja
  • Tome alimentos menos procesados, en especial carne procesada
  • Beba menos alcohol y bebidas gaseosas
  • Limite los refrigerios y dulces
  • Coma más pan
  • Coma más fruta y verdura local
  • Siga tomando productos lácteos

Para más información, consulte el artículo original.

Fuente: van Est L, Blom L, Peters S.  Decreasing the environmental footprint of our diet – wrong paradigm? ‘less animal more plant-based’. 2018. Traducción de: Voeding Magazine (1) 2017:p15-22.