Solo se necesita acudir al área de refrigerados del supermercado para darse cuenta de la popularidad creciente de las leches vegetales alternativas. Muchos compradores, preocupados por el medio ambiente y el bienestar animal, las prefieren a los productos lácteos e incluso creen que resultan más saludables. ¿Cuál es la realidad?
La realidad, según los autores de este artículo, es que el impacto sobre la salud y el medio ambiente de los productos lácteos viene a ser el mismo que el de las alternativas vegetales. Por un lado, las alternativas vegetales podrían reducir el impacto ambiental y, por el otro, es esencial examinar sus implicaciones para la nutrición y la salud, afirman los autores.
Para que una dieta resulte sostenible, debe tener un impacto ambiental bajo, pero también contribuir a la seguridad alimentaria y a una vida saludable para las generaciones actuales y futuras. Las dietas sostenibles fomentan la biodiversidad y los ecosistemas, proporcionan nutrientes adecuados y resultan accesibles, asequibles y aceptables por las diferentes culturas.
¿Qué es lo mejor para el medio ambiente, la leche vegetal o la leche de vaca?
La producción de alimentos genera cerca de una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero (p. ej., dióxido de carbono, metano) que contribuyen al cambio climático, declaran los autores de este artículo. Los productos de origen animal son los principales contribuyentes y se asocian además a un uso considerable de la tierra y del agua dulce y a la contaminación del agua. De cualquier manera, la ganadería también tiene un cierto impacto positivo. Los animales de pastoreo, como las vacas, ayudan a preservar los pastos y a conservar la naturaleza y transforman en alimentos nutritivos la vegetación no apta para el consumo humano.
Las leches vegetales alternativas se fabrican con soja, legumbres, semillas, frutos secos o cereales. Los científicos creen que su producción podría tener menos efectos negativos para el medio ambiente. Así, por ejemplo, se estima que la cantidad de dióxido de carbono liberada durante la producción de leche es de 2 a 3 veces mayor que la de las leches vegetales. Sin embargo, en la producción de bebidas a base de almendras se utiliza más agua que en la producción de leche.
Se necesitan muchos más estudios antes de extraer conclusiones firmes sobre los pros y contras para el medio ambiente.
Contenido de nutrientes de las leches vegetales frente a la de vaca
«Los productos lácteos actuales aportan muchos nutrientes importantes a grupos grandes de la población y son muy apreciados». – Röös et al., 2018.
Las bebidas vegetales se denominan a menudo «leche», de ahí que la gente crea que está comprando productos con una composición nutricional parecida a la de la leche de vaca. Existen, sin embargo, diferencias importantes entre ambas.
La mayoría de las bebidas vegetales tienen menos proteínas y grasas, pero también menos hidratos de carbono, que la leche. Las excepciones son las bebidas de avena, que contienen muchos más hidratos de carbono, y las bebidas de soja, que contienen una cantidad de proteínas similar a la de la leche de vaca.
Los productos lácteos son ricos en nutrientes y una fuente notable de muchas vitaminas y minerales esenciales, como la vitamina B12 y el calcio. La mayoría de las alternativas vegetales están enriquecidas con vitaminas y minerales, pero de manera natural contienen más hierro que la leche. La bebida de soja es única porque aporta más riboflavina, folato, vitamina E y vitamina K que la leche, incluso si no está enriquecida.
«Si se enriquecen las alternativas vegetales para asemejarlas a la leche de vaca, alcanzan una densidad de nutrientes muy parecida a la de la leche de vaca y siguen conservando la ventaja ambiental. No obstante, no está claro si el contenido de nutrientes logrado con el enriquecimiento se puede considerar ‘equivalente’ al contenido ‘natural’ de nutrientes de la dieta». – Röös et al., 2018.
Efectos sobre la salud de los vegetales frente a los productos lácteos
El consumo de lácteos se asocia con diversos beneficios para la salud, entre ellos un menor riesgo de diabetes de tipo 2, una mejora en el control del peso, un desarrollo óseo saludable y una posible reducción del riesgo de ciertos tipos de cáncer (colorrectal, vesical, gástrico y mamario).
El consumo de proteínas de soja se asocia con una reducción del colesterol en la sangre y otros efectos (p. ej., descenso de la presión arterial) que podrían mejorar la salud del corazón. Los productos a base de soja también se asocian en ocasiones a un menor riesgo de determinados tipos de cáncer. De todas maneras, las leches vegetales alternativas no llevan el tiempo suficiente para que conozcamos a fondo sus efectos a largo plazo sobre la salud.
Por lo tanto, si bien la inclusión de alternativas vegetales en la dieta, asociadas a productos lácteos o como reemplazo de estos, podría ofrecer algunas ventajas para el medio ambiente, se necesitan más estudios sobre las posibles implicaciones para la nutrición y la salud, señalan los autores.
[Las alternativas vegetales] «podrían reemplazar y complementar los productos lácteos en la dieta humana, ya que en principio pueden reducir el impacto ambiental del consumo alimentario. Sin embargo, […] se deben evaluar los aspectos nutricionales de un cambio como este». – Röös et al., 2018.