La lactosa es el principal azúcar (o carbohidrato) presente de manera natural, en diversas cantidades, en la leche y en los productos lácteos.
La lactasa, una enzima presente en el intestino delgado, es necesaria para descomponer la lactosa en glucosa y galactosa, dos azúcares simples.
La glucosa es la fuente de energía principal del cuerpo y puede encontrarse en varios tipos de alimentos.
Por otra parte, la lactosa es la única fuente de galactosa en los seres vivos. Es un componente de varias macromoléculas (cerebrósidos, gangliósidos y mucoproteínas). La galactosa desempeña diversas funciones biológicas e interviene en los procesos neuronales e inmunológicos. También es un componente de las moléculas presentes en las células sanguíneas que determinan grupos sanguíneos ABO. (2)
La lactosa, un nutriente esencial durante la infancia
La lactosa es un sustrato necesario, tal como demuestra la leche humana, que tiene un contenido de lactosa del 7,2%, y cubre hasta el 50% de las necesidades energéticas de un bebé, mientras que la leche de vaca solo contiene un 4,7% de lactosa y solo cubre hasta un 30% de las necesidades energéticas de un bebé. (3, 4)
La lactosa es un nutriente útil
Cuando la lactosa no se digiere en el intestino delgado, puede ser utilizada como un nutriente por la microbiota intestinal (la población de microorganismos que viven en el tracto digestivo). (5) Las bacterias producen su propia lactasa, lo que les permite digerir la lactosa. Como resultado de esta digestión se producen ácidos grasos de cadena corta (acetato, propionato, butirato) y gases (hidrógeno, dióxido de carbono, metano). Los ácidos grasos de cadena corta sirven de fuente de energía a nivel local para la microbiota intestinal y a nivel sistémico después de su absorción y su transporte al hígado. La lactosa no digerida y otros azúcares de la leche también contribuyen al crecimiento de las bi do- bacterias, un género de bacterias positivo para la salud. (6)
De acuerdo con estudios más recientes, la lactosa también puede intervenir en la absorción del calcio y otros minerales, como por ejemplo el cobre y el cinc, especialmente durante la infancia. (9, 10)
Sin embargo se necesitan más estudios para con rmar esta hipótesis.
Fuentes:
1. Misselwitz, B et al. United European Gastroenterol J 2013;1:151-9.
2. Lukito, W et al. Asia Pac J Clin Nutr 2015;24 Suppl 1:S1-8.
3. Vandenplas, Y Asia Pac J Clin Nutr 2015;24 Suppl 1:S9-13. 4.
4. Venema, K et al. International Dairy Journal 2012;22:123-40. 5.
5. He, T et al. Eur J Clin Invest 2008;38:541-7
6. Vandenplas, Y et al. Asia Pac J Clin Nutr 2015;24 Suppl 1:S9-13.
9. Kobayashi, A et al. Am J Clin Nutr 1975;28:681-3.
10. Ziegler, EE et al. J Pediatr Gastroenterol Nutr 1983;2:288-94.