Salud de los huesos

Los productos lácteos fermentados están relacionados con unos huesos sanos y fuertes

yogur-lacteos-fermentados-huesos

El consumo de productos lácteos fermentados como el yogur está relacionado con un crecimiento saludable de los huesos en la juventud, una menor pérdida ósea a lo largo de la edad adulta y un menor riesgo de fracturas óseas durante la vejez.

Estos beneficios comprobados en todas las etapas de la vida se han obtenido a través de varios mecanismos, señalan los autores de este artículo de revisión. No solo los yogures aportan nutrientes vitales para tener unos huesos sanos y fuertes, sino que además contienen prebióticos y probióticos, lo que puede beneficiar a los huesos modificando la microbiota que está presente en nuestro intestino.

Una fuente rica de nutrientes

Desde hace mucho tiempo, los productos lácteos fermentados en forma de yogur o queso blando se han utilizado para preservar la leche. Son ricos en calcio, fósforo y proteínas, todos nutrientes clave para fomentar el crecimiento óseo y mantener unos huesos sanos.

El yogur y los quesos blandos pueden ser más ricos en estos nutrientes que la leche entera, debido a la leche en polvo que se añade al yogur para hacerlo más espeso.

Un crecimiento saludable para niños y adolescentes

Los ensayos de intervención han demostrado que ofrecer productos lácteos fermentados a niños y adolescentes influye de forma positiva en su salud ósea, especialmente en su densidad mineral ósea.

Protección frente a la pérdida ósea relacionada con la edad

En los adultos el consumo de productos lácteos fermentados protege contra la pérdida ósea y permite mantener unos huesos fuertes a medida que envejecemos.

Entre los estudios analizados se encuentra un estudio irlandés realizado a más de 4000 personas de más de 60 años. En él, un mayor consumo de yogur se asoció a un menor riesgo de osteoporosis, un efecto mayor que el observado con la ingesta de leche. En otro estudio realizado a mujeres de 65 años, la pérdida ósea era menor en aquellas que consumían productos lácteos fermentados, pero no en aquellas que bebían leche o comían queso.

Los productos lácteos y las fracturas

Los datos sobre la relación entre los productos lácteos y el riesgo de sufrir una fractura ósea son limitados, pero el estudio de Framinghan Offspring observó que con el consumo de yogur se apreciaba una ligera tendencia protectora frente a la fractura de cadera, pero no así con otros productos lácteos. En un estudio realizado a largo plazo en Suecia se registró que las mujeres que presentaban un elevado consumo de queso o productos lácteos fermentados eran menos propensas a morir o a sufrir una fractura de cadera durante el seguimiento, que aquellas con una ingesta escasa.

Prebióticos y probióticos

Asimismo, los prebióticos y probióticos presentes en los productos lácteos fermentados pueden aportar beneficios adicionales a nuestros huesos.

Prebióticos como la inulina —derivada de las raíces de achicoria— pueden añadirse al yogur para hacerlo más espeso. Son compuestos de fibra que estimulan el crecimiento o la actividad de las bacterias presentes en el intestino grueso. Además, a través de un proceso de fermentación, los prebióticos pueden transformarse en ácidos grasos de cadena corta en el intestino grueso. Estos poseen diversos efectos beneficiosos para el intestino, aumentando la absorción y la biodisponibilidad de calcio a través de la reducción del pH presente en el intestino y mejorando las funciones de barrera intestinal.

Por su parte, los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, aportan beneficios para la salud. Los probióticos constituyen un medio para depositar bacterias beneficiosas directamente en el intestino.

Los prebióticos y probióticos presentes en los productos lácteos fermentados pueden ejercer efectos específicos que no se observan en otros tipos de productos lácteos, al modificar la composición y el metabolismo de la microbiota intestinal. La microbiota intestinal posee varias posibles influencias beneficiosas:

·      Afecta a la permeabilidad de la pared intestinal: la microbiota intestinal participa en la digestión de los nutrientes alimentarios, y puede incrementar la absorción de calcio.

·      Se cree que afecta a las vías endocrinas: el aumento de la absorción de calcio puede conducir a una reducción de la producción de la hormona paratiroidea, lo que a su vez puede llevar a una reducción de la reabsorción ósea. La secreción de serotonina también puede modularse, aumentando así la formación de los huesos.

·      Desempeña un importante papel en la modulación del sistema inmune: una función significativa dado que la inflamación está relacionada con la pérdida ósea.

Comer más yogur podría suponer un ahorro de dinero

Los autores de esta revisión sugieren que el aumento del consumo de lácteos podría permitir ahorrar costes gracias a su efecto protector en nuestros huesos. Por tanto, la ingesta de un yogur al día es rentable para reducir el riesgo de sufrir una fractura ósea en las personas de más de 70 años, del mismo modo que  comer dos yogures al día lo es para aquellas de más de 80 años.

Además, según los autores, como los yogures suelen ser de sabores y azucarados, pueden ser útiles para obtener un mayor consumo de productos lácteos.

Asimismo, concluyen que es necesaria una mayor investigación para aclarar si el consumo de productos lácteos fermentados puede ser un factor causal o simplemente un indicador de un estilo de vida saludable que favorece unos huesos sanos.

Para obtener más información, consulta el artículo original.

Fuente: Rizzoli R, Biver E. Effects of fermented milk products on bone. Calcif Tissue Int. 2017 Aug 19.

Pin It on Pinterest