Beneficios de la fermentación

El yogur probiótico ayuda a mantener la microbiota sana

Probiotic yogurt can help maintain normal microbiota

La función de la microbiota en la salud y en el desarrollo de enfermedades atrae cada vez más atención. Es bien sabido que la alimentación, así como los probióticos, pueden afectar al medio intestinal. En este estudio, Odamaki y cols. demostraron que un yogur enriquecido con una cepa probiótica y consumido mientras se sigue una dieta basada en alimentos de origen animal puede ayudar a mantener normal la composición de la microbiota.

200 g al día de yogur con Bifidobacterium longum

Se reclutó a un total de 33 sujetos que participaron en un estudio abierto, aleatorizado y con grupos paralelos, y a los que se distribuyó en tres grupos. Todos los participantes siguieron una dieta inicial de cinco días basada en alimentos de origen animal, seguida de una dieta equilibrada durante 14 días. El primer grupo consumió 200 g de yogur enriquecido con Bifidobacterium longum cada día durante los dos periodos (el de la dieta basada en alimentos de origen animal y el de la dieta equilibrada); el segundo grupo recibió el yogur únicamente durante el periodo de la dieta equilibrada, mientras que el tercer grupo (el de control) no consumió yogur durante el experimento. Se obtuvieron muestras fecales antes y después de cada periodo.

Normalización de la microbiota

En el análisis se observaron modificaciones significativas causadas por la dieta a base de alimentos de origen animal en los dos grupos que no recibieron el yogur probiótico durante ese periodo; algunas cepas proliferaron en el intestino y otras disminuyeron. No obstante, estos cambios, excepto el de la bacteria Ruminococcus, no se produjeron en el grupo de sujetos que tomó yogur probiótico a diario durante el periodo de dieta basada en alimentos animales. Según estos datos, el consumo de yogur probiótico durante una dieta a base de carne puede ayudar a mantener normal la composición de la microbiota.

Para saber más, lea el artículo original.

Fuente: Odamaki et al., Beneficial Microbes 2016;7:473-484.

 

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