La ingesta de yogur durante el embarazo o la lactancia se relaciona con cambios en el sistema inmunitario que podrían ayudar a proteger frente a la dermatitis atópica infantil y las alergias alimentarias o respiratorias
Los lactantes cuyas madres consumieron yogur durante el embarazo presentan un menor riesgo de dermatitis atópica y alergias respiratorias
La ingesta frecuente de yogur por las embarazadas se asocia con una reducción del riesgo de que sus hijos presenten dermatitis atópica y alergias respiratorias durante la lactancia, según demuestran estudios
observacionales.
En un estudio de EE. UU., se demostró la relación entre la ingesta diaria de yogur durante el embarazo
y un menor riesgo de que los lactantes presentaran dermatitis atópica, asma o alergia al polen hasta los
4 años, en comparación con una ingesta de yogur menos frecuente.
En un estudio de Japón, se demostró que los lactantes presentaban un menor riesgo de dermatitis atópica y asma a la edad de 2 años si sus madres habían consumido productos lácteos, como leche, yogur y queso, durante el embarazo.
En un estudio llevado a cabo en Turquía, se asoció la ingesta diaria de yogur durante el embarazo a
una reducción del 78 % del riesgo de aparición de dermatitis atópica en los lactantes hasta los 2 años,
en comparación con una ingesta de yogur menos frecuente.
Los lactantes que habitualmente consumen yogur tienen un menor riesgo de dermatitis atópica infantil y alergias alimentarias
La introducción del yogur en la dieta de los lactantes en su primer año de vida se asocia con una educción del riesgo de presentar dermatitis atópica y alergias alimentarias más tarde, según demuestran estudios observacionales.
En un estudio llevado a cabo en Japón, se asoció la ingesta de yogur antes de los 12 meses de vida a una reducción del 30 % del riesgo de aparición de dermatitis atópica y del 47 % del riesgo de padecer sensibilidad alimentaria hasta los 5 años, en comparación con la no ingesta de yogur.
En un estudio europeo, se asoció la introducción del yogur antes de los 12 meses a una reducción del 59% del riesgo de aparición de dermatitis atópica hasta los 4 años, en comparación con su no introducción
En otro estudio realizado en Nueva Zelanda participaron lactantes predispuestos a las alergias, dados los
antecedentes alérgicos de sus padres. Se reveló que la introducción del yogur durante el primer año de vida se asociaba a una reducción mayor de la dermatitis atópica y las alergias alimentarias a la edad de 12 meses.
El riesgo de presentar dermatitis atópica y alergias alimentarias también parece estar relacionado con la
frecuencia con la que se consume yogur durante la lactancia. En un estudio, los lactantes que consumían yogur cada día presentaron un menor riesgo de padecer tanto dermatitis atópica como sensibilidad alimentaria que los que tomaban yogur con menos frecuencia.
En otro estudio, los lactantes que consumían yogur diariamente, o de 2 a 6 veces por semana, tenían una
probabilidad significativamente menor de presentar dermatitis atópica que los que tomaban yogur menos de una vez al mes.
Los posibles efectos protectores del yogur frente a las alergias podrían deberse a las cepas de bacterias que contiene
Una comparación de los alimentos introducidos en la dieta del primer año de vida reveló que el efecto
protector frente a la aparición de la dermatitis atópica relacionado con el yogur era superior al asociado a
otros productos lácteos.
En un estudio de observación de gran tamaño, se documentó la relación entre el consumo de leche
con cepas añadidas de probióticos Lactobacillus y Bifidobacterium, por las madres durante el embarazo
y por los lactantes, y una reducción del riesgo de dermatitis atópica a la edad de 18 meses.
En una serie de estudios controlados y aleatorizados, se demostró que la administración diaria de un
aporte complementario de probióticos Lactobacillus rhamnosus a los lactantes, desde su nacimiento hasta los 2 años, se asociaba a una protección frente a la dermatitis atópica y las alergias alimentarias evaluada hasta los 11 años.
Otro estudio de intervención reveló que la ingesta diaria de yogur con cepas añadidas de probióticos
Lactococcus lactis durante 8 semanas reducía la gravedad de la dermatitis atópica existente en los
niños de entre 2 y 15 años.
Se podría lograr la protección frente a las alergias mediante el microbioma intestinal
Los expertos apuntan a que el consumo de productos lácteos fermentados durante el embarazo o la primera lactancia podría proteger frente a las alergias en la segunda infancia, mediante el aumento de la diversidad y la función del microbioma intestinal de los lactantes, lo que contribuye a eliminar las respuestas alérgicas.
En las investigaciones se ha documentado la posibilidad de que una mayor ingesta de yogur aumente la
diversidad del microbioma intestinal de los niños y los adultos, lo que puede influir en el desarrollo del sistema inmunitario para proteger frente a las alergias.
La alimentación de las madres podría afectar al microbioma de los lactantes y a las complicaciones
alérgicas mediante la relación directa o indirecta con el microbioma materno.
«Cada vez más pruebas indican que los lactantes que habitualmente consumen yogur, o cuyas madres lo tomaron frecuentemente durante el embarazo, tienen un menor riesgo de presentar dermatitis atópica infantil y alergias. Esto se explicaría, en parte, por los efectos protectores frente a las alergias de las bacterias que suelen estar presentes en los alimentos lácteos fermentados. «