En las personas con mala digestión e intolerancia a la lactosa, evitar el consumo de leche y lácteos puede tener consecuencias para la salud. Todas las organizaciones médicas recomiendan a las personas con mala digestión e intolerancia a la lactosa que, para evitar la falta de nutrientes, no dejen de consumir productos lácteos. Las personas con mala digestión e intolerancia a la lactosa tendrían que cambiar su alimentación.
Se pueden consumir pequeñas cantidades de lactosa sin que aparezcan los síntomas. Tomar yogur, que contiene bacterias vivas que ayudan a digerir la lactosa del propio yogur, y quesos sin lactosa o bajos en lactosa es una buena alternativa, e incluso, se anima a que se consuman estos alimentos (chédar, provolone, mozzarella, etc.).
Comer alimentos sin lactosa o evitar los lácteos son medidas necesarias únicamente en casos poco frecuentes, como es el caso de niños con deciciencia de lactasa congénita. . La deficiencia total de lactasa es una enfermedad rara (hay menos de 50 pacientes en el mundo, principalmente en Finlandia). Se trata de un trastorno genético conocido como «alactasia congénita» ó deficiencia de lactasa total congénita.
Tampoco son necesarios los alimentos con suplementos de lactasa en las personas con mala digestión e intolerancia a la lactosa.