Come yogur, come sano

El consumo de yogur se asocia a un mayor aporte de nutrientes, una mejor calidad de la dieta y perfiles metabólicos favorables en la infancia

Los niños que consumen yogur con frecuencia podrían recibir una alimentación más saludable y tener perfiles metabólicos mejores que los que no toman yogur, de acuerdo con este estudio. La inclusión del yogur en la dieta infantil quizá constituya una excelente manera de reforzar el aporte de algunos nutrientes esenciales, en particular de calcio, magnesio, yodo y riboflavina, afirman los autores.

El consumo de yogur ya se ha asociado con un mayor aporte de nutrientes y una mejoría en la calidad de la dieta y los perfiles metabólicos de los adultos pero, hasta la fecha, este tipo de asociaciones apenas se habían estudiado en la infancia.

En este estudio se analizaron los datos del National Diet and Nutrition Survey del Reino Unido, que incluía a 1687 niños de dos grupos etarios: 4-10 años y 11-18 años. El consumo infantil de yogur se evaluó a través de un diario dietético llevado durante 4 días consecutivos. La calidad de la dieta se calculó con el Healthy Eating Index (HEI, índice de alimentación saludable) de 2010 y los perfiles metabólicos se midieron a través de diversas variables.

El yogur parece gozar de más popularidad entre los niños pequeños que entre los adolescentes

Los resultados revelaron que los niños pequeños tenían más posibilidad de tomar yogur que los adolescentes. De ahí que el 62 % de los niños de 4-10 años y el 31 % de los de 11-18 años consumieran yogur, como se reflejó en el registro dietético de 4 días. Se dividió a estos niños en grupos según la cantidad de yogur que consumían. Se definió a los niños como no consumidores si no habían tomado ningún yogur durante los 4 días o durante el período de cumplimentación del diario.

El consumo de yogur se asoció a un mejor aporte e idoneidad de los nutrientes

Los niños que más yogur consumieron (media de 98 g de yogur/día para los de 4-10 años y de 105 g/día para los de 11-18 años) presentaron un aporte mayor de ciertos nutrientes —en particular, calcio, yodo y riboflavina— que los que no habían tomado yogur.

Las dietas que no alcanzaron la ingesta mínima recomendada (LRNI) de una amplia variedad de nutrientes, como riboflavina, calcio, yodo y potasio se dieron más entre los no consumidores que entre los que más yogur consumían. Asimismo, entre los no consumidores se apreciaron más carencias de vitamina A, zinc, vitamina B12 y vitamina C que entre los consumidores intensos de yogur.

Como el yogur es una fuente abundante de varios de estos nutrientes, es probable que el mayor consumo de yogur hubiera contribuido a un aumento del aporte de nutrientes y a su idoneidad, en opinión de los autores. Estos datos también se podrían deber a que estos niños tenían una mejor calidad dietética global que los no consumidores, como lo reflejaron las puntuaciones HEI 2010.

El consumo de yogur se asoció con una dieta de mayor calidad

En este estudio, los niños de 4-10 años que consumían mucho yogur tomaban menos grasa, carne procesada, pasteles y bollos y más pescado, galletas y cereales ricos en fibra para el desayuno, en comparación con los no consumidores de yogur. Dentro del grupo de mayor edad, el consumo más intenso de yogur se asoció a dietas que contenían menos carne procesada y pan blanco así como más pan y cereales ricos en fibra, pescado, frutas y vegetales.

El consumo de yogur se asoció a un mejor perfil metabólico

Los niños de 4-10 años que consumieron más yogur tenían una presión diferencial más baja que los no consumidores. Dentro del grupo de más edad, los consumidores intensos de yogur mostraron concentraciones más bajas de HbA1c (hemoglobina glicada, indicador de los valores de glucemia en los 2-3 últimos meses) que los no consumidores y, además, eran más bajos y tenían un perímetro más reducido de la cadera que los no consumidores. Estos datos se corresponden con investigaciones previas, según las cuales el consumo de yogur se asociaba con concentraciones más bajas de insulina en ayunas.

A pesar de que los niños que tomaban más yogur recibían un aporte mayor de energía total y de azúcar, el peso corporal o el índice de masa corporal no varió respecto de los valores de los no consumidores. Sin embargo, los autores no pudieron controlar la actividad física en este estudio.

Se necesitan más estudios sobre los efectos del consumo de yogur en la salud cardiometabólica, concluyen los autores.

 

Fuente: Hobbs DA, Givens DI, Lovegrove JA. Yogurt consumption is associated with higher nutrient intake, diet quality and favourable metabolic profile in children: a cross-sectional analysis using data from years 1-4 of the National diet and Nutrition Survey, UK. Eur J Nutr. 2018 Jan 12.

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